García Madrid apuesta por una sastrería joven y nada aburrida
- Los tejidos de prendas deportivas se utilizan para trajes clásicos
- El sastre cambia la pasarela por una pista de baile urbano
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Libra su batalla diaria contra los convencionalismos y los estereotipos ligados a la sastrería clásica para reinventar los armarios masculinos pero sin perder el respeto por la tradición y el oficio. Es consciente de que el nuevo hombre se viste como vive, y lo hace de una forma muy diferente a la de hace décadas. Si la sociedad avanza, el sastre tiene que caminar a su lado y sobre todo a su ritmo.
La colección nueva, para el otoño e invierno de 2019, introduce cambios significativos. También en la forma de presentarla. Manuel García Madrid ha apostado por un espectáculo en el que música y baile se ponen al servicio de la ropa, invitando a ver las prendas de otra forma. “Quiero experimentar y por eso he decidido salir de Ifema y mostrar la colección en mi tienda. En Ifema estamos encantados pero la pasarela te limita mucho y esta otra forma está más cerca del espíritu de la marca”, cuenta. “La gente quiere nuevas experiencias, nuevas sensaciones, y yo quiero crear interacciones con el público, invitarles a tocar las prensas, sentirlas. Quiero que vean que son nuevas ideas sobre la sastrería clásica, que vean que lo que yo hago es un ofrecer un nuevo concepto en el vestir”.
Para ello ha contado con el coreógrafo Dani Pannullo. Su cuerpo de baile ha mostrado las prendas de García Madrid en movimiento para demostrar que un traje no es un coraza que atrapa y presiona el cuerpo, más bien todo lo contrario. "Hemos aunado moda y danza, armonía y elegancia, tradición y vanguardia", decía mientras veía el espectáculo en la abarrotada sala de una de sus tiendas del barrio de Malasaña. A esos conceptos añade otros dos: poesía y tecnología. Los colores, algunos inauditos en los armarios actuales, riman en versos urbanos y los tejidos esconden una interesante labor de investigación, reinventándose para ofrecer diferentes acabados y texturas.
Hablamos de una sastrería urbana, versátil y abierta a los cambios. Una sastrería que hace guiños a la estética deportiva pero también a los nuevos hábitos sociales, a las nuevas formas de vestir y vivir. Las chaquetas van entalladas pero son muy cómodas y los pantalones, con pinzas, son amplios y fáciles de combinar. “Esta colección tiene un marcado aire artístico, es más contemporánea, más joven”, revela. “Mi cliente sabe que hago trajes en azul marino y chaqués para novios pero yo no puedo limitar el desfile a esto, es necesario mostrar que también sabemos hacer otras cosas”.
En esta propuesta, con una atractiva carga estética, destacan la riqueza de los tejidos y el uso del color. Hay trajes en algodón de lana muy texturizados que parecen hechos con rizos de toalla, trajes en punto de neopreno que se usa para sudaderas, trajes en franela y otros en tejido de camisas de invierno… una bandera de tejidos arriesgada que hace más atractiva la colección.
Los colores típicos de la casa conviven ahora con otros nuevos, como el marrón muy oscuro, el naranja o el amarillo. No faltan sus tono marino y sus verdes, como los que tintan los chaquetones más clásicos que se acortan en el bajo y se cruzan al abrocharse o la chaqueta M65 que Robert de Niro lleva en Taxi Driver se reinterpreta en lana cashmere.
En la colección domina un aire despreocupado, intencionadamente abandonado. "Me gusta que el conjunto no se vea calculado, que no sea perfecto pero sí natural, ¡tiene que tener vida!” En ese estilo elegantemente descuidado hace camisas de cuellos lavados, modificados con rebeldía. La misma de la que presumen sus chaquetas en patchwork de cuadros Harry o las hechas con fieltro prensado, que hace pequeños guiños a la estética militar, algo que se repite de forma sutil en la colección.
Más arriesgado es el uso de la pana, “aunque quizá tenga que darle tiempo” , y destaca un chaqué en tono caldero que sabe que hay alguien esperándolo. Osados son las chaquetas de noche, realizadas con terciopelo de seda de distintos colores y acabados. “Son prendas muy potentes, para alfombra roja, pero insisto, hay clientes que también buscan cosas especiales, y yo quiero demostrarles que aquí pueden encontrarlas”.
La expectación era máxima y la sala se abarrotó de artistas y estrellas. Asistieron Antonio Najarro, director del Ballet Nacional de España, actores como Jan Cornet, Ruben Ochandiano y Borja Maestre, el presentador de TVE Martín Barreiro, Paco Clavel y Pepino&Crawford (grandes defensores de la moda española).