Los mineros del rescate de Julen: "No somos superhombres"
- "Sin las microvoladuras no habríamos avanzado nada", aseguran los mineros
- Se encuentran "desbordados, cansados y con ganas de volver a la rutina"
Los ocho integrantes de la Brigada de Salvamento que participaron en el rescate del pequeño Julen, el niño de dos años encontrado sin vida en un pozo de Totalán (Málaga), no se consideran "superhombres" si no que cumplieron con su trabajo "de la mejor manera posible".
Así lo ha contado este domingo en una comparecencia, el ingeniero jefe de la Brigada de Salvamento Minero, Sergio Tuñón, tras explicar que se encuentran "desbordados, cansados y con ganas de volver a la rutina".
Desde Hunosa, Oviedo y como portavoz de sus siete compañeros, Tuñon ha relatado como ha sido la experiencia del equipo de rescate antes de introducirse en el túnel.
Ante las numerosas dificultades y retrasos, el ingeniero ha afirmado que "la espera representaba mucha presión", pero ha asegurado que se ha trabajado de la manera "más quirúrjica posible".
Primeros metros complicados
"Se han alcanzado hitos", ha dicho tras explicar que los operarios excavaron en tres días con la tuneladora "lo que se tardaría un mes".
Tras ello, descendieron en la cápsula de metal pero asegura "no había ni sitio ni estabilidad para picar". "El primer metro fue muy difícil", ha comentado Tuñon.
Tuñon también ha reconocido que prácticamente no tuvieron problemas técnicos -"Santa Bárbara (patrona de los mineros) nos echó un cable"-, aunque de los tres escenarios que esperaban encontrar a la hora de empezar a picar no se encontraron ni el más blando, ni el más duro, sino el intermedio.
Eso favoreció que no tuvieran que apuntar demasiado la pequeña galería que excavaron, pero también obligó a hacer microvoladuras con las que poder "resquebrajar la piedra" para que luego pudiese entrar el martillo neumático y poder perforar la dura cuarcita.
El equipo de rescate pasó más de 30 horas en el túnel hasta llegar al pozo en el que se hallaba Julen para el rescate. Según ha afirmado el ingeniero, sin las microvoladuras "no habríamos avanzado nada", con ellas se llegaba dónde "el martillo no podía".
Además, ha añadido que se "sincronizaron" con los expertos y la Guardia Civil para que las microexplosiones "tronarán" sin más y seguir avanzando hacia Julen.
En este sentido, ha agradecido la actuación de las 300 personas que han participado en toda operación.
Vuelta al anonimato
Tuñón ha insistido en que esta experiencia "ha sido muy distinta" a otros rescates en los que han participado, por tratarse de un niño y porque casi todos los integrantes del equipo tienen hijos en esa franja de edad.
En cuanto a la solidaridad que se ha despertado en la región, Tuñon ha afirmado que "todos estaban pendientes" de lo que necesitaran los equipos de rescate y ha agradecido la colaboración de los vecinos.
Según ha declarado se sentían "desbordados" y "sorprendidos" porque "sin hacer nada nos daban las gracias y aplaudían".
Tuñon ha declarado que seguirán disponible para otras funciones pero ha pedido que cese la presión mediática: "Normalmente trabajamos desde el anonimato y esto nos desbordó. Ahora básicamente estamos cansados y tratando de recuperar nuestra vida, y mañana o pasado estar de nuevo al pie de teléfono o continuando con las funciones de formación con otros cuerpos", ha afirmado.
Mientras en Málaga se ha celebrado el acto religioso previo al entierro del pequeño Julen, acompañado por cientas de personas.