Comienza la restricción a 90 km/h en las carreteras convencionales
- La nuevas medidas prevén reducir un 10% las muertes en este tipo de vías
- Se han cambiado 2.719 señales que afectan a 11.856 km. y cuestan 526.000 euros
La limitación de velocidad a 90 km/h en las vías convecionales entra este martes 29 de enero en vigor. La medida fue aprobada en el Consejo de Ministros del 28 de diciembre y publicada en el B.O.E. al día siguiente y se materializa un mes después para permitir un tiempo de adaptación a los titulares de las vías para realizar los cambios pertinentes en la señalización.
Este mismo lunes 28 de enero, los directores generales de Carreteras, Javier Herrero; y de la DGT, Pere Navarro, han participado en el acto de cambio de la última señal que limita a 100 km/h la velocidad en vías convencionales por la de 90 km/h, que ha tenido lugar en el punto kilométrico 44,120 de la N-6, en Madrid.
Los titulares de las vías han procedido en los últimos 30 días a retirar o cambiar 2.719 señales con límites antiguos de velocidad. El director general de Tráfico ha asegurado que “esta reducción de la velocidad debe ir acompañada de una mayor vigilancia y control por parte de las policías encargadas de la vigilancia del tráfico y de mejoras en el diseño de las infraestructuras por parte de los titulares de la vía”.
Por su parte, Javier Herrero ha comentado que uno de los objetivos del Ministerio de Fomento es “la seguridad en las infraestructuras de su titularidad”, además de llevar a cabo “actuaciones para mejorar la propia infraestructura como refuerzos de firme, balizamiento, etc., sin olvidar las nuevas carreteras que vamos poniendo en servicio”.
Cambiar las 2.719 señales ha costado 526.000 euros
El cambio de la señalización en las carreteras convencionales (de un carril por sentido y sin desdoblar) ha supuesto alrededor de 526.000 euros a los titulares de estas vías con calzada de más de siete metros de ancho. Esta medida afecta a 11.856 kilómetros de los más de 14.419 (un 82,2%) de carreteras convencionales que tiene la Red de Carreteras del Estado.
El cambio supone que el límite de velocidad se iguala en todas las carreteras convencionales a 90 km/h independientemente del ancho de su calzada. El tope se fija ahora en esos noventa para vehículos de masa máxima autorizada igual o inferior a 3.500 kilos y de 80 km/h para camiones, tractocamiones, furgonetas, autocaravanas y el resto de vehículos de masa máxima superior a esos 3.500 kilos.
El objetivo es reducir la siniestralidad
El principal objetivo de la medida es reducir la siniestralidad vial y cumplir el objetivo de bajar de 37 la tasa de fallecidos por millón de habitantes, en 2017 dicha tasa era de 39. También converge con las medidas adoptadas en la UE, aunque en los países referentes en seguridad vial, como Países Bajos o Suecia, el límite en estas vías es de 80 km/h.
La bajada del límite de velocidad se produce en las vías que mayor índice de siniestralidad tienen, entre el 75 y el 80% del total en los últimos 5 años. En 2018 fallecieron 877 personas en estas carreteras. El motivo más frecuente es la salida de la vía con un 40% de los accidentes mortales y por colisiones frontales un 27%. Muchos de estos accidentes se relacionan con velocidades excesivas.
Se ha estipulado en 14 metros la distancia de frenado de un vehículo que circula a 100 km/h (84 metros) y uno que lo hace a 90 (70 metros), con pavimento deslizante esa distancia aumenta en un 70%. Asimismo, a mayor velocidad se reduce el campo de visión, de los 70 grados a 65 km/h a los 42 de un conductor que circule a 100.