'Frankenstein' de Dick Briefer, la primera serie de terror del cómic norteamericano
- Uno de los grandes clásicos del cómic, que permanecía inédito en España
- Lo publica Diábolo dentro de su Biblioteca de cómics de terror de los años 50
Por fin se publica en España uno de esos títulos míticos del cómic del que los aficionados habíamos oído hablar durante décadas, pero que nunca habíamos podido leer en español: Frankenstein de Dick Briefer (Diábolo Ediciones). Un tebeo, creado en 1940, que también tiene el honor de estar considerada la primera serie regular de terror del cómic norteamericano. Y además lo hace coincidiendo con el 200 aniversario de la publicación de Frankenstein o el Moderno Prometeo, de Mary W. Shelley (1818).
Un cómic que es un clásico no solo porque se publicase hace casi ochenta años, sino porque, además, es una obra maestra que ha resistido estupendamente el paso del tiempo. Y es una de las mejores versiones del inmortal clásico de Shelley. Y de las más curiosas, porque en sus quince años de historia (1940-1945), el Frankenstein de Briefer pasó del terror al humor y, finalmente, otra vez al terror. Con estilos totalmente distintos en cada etapa.
Esta cuidada edición incluye un puñado de historias exclusivas seleccionadas por Lorenzo Pascual, el editor de Diábolo, que no figuran en el recopilatorio norteamericano. Destacar también el prólogo de Craig Joe, un experto en cómics, que repasa la carrera de Briefer y nos comenta por qué es tan importante este Frankenstein. Además incluye numeroso material promocional de los años 40, originales, portadas... e ilustraciones que Briefer hizo del personaje en a finales de los 70.
El nacimiento del monstruo
Aunque sea prácticamente desconocido en España, Dick Briefer (1915–1980) es uno de los grandes dibujantes del cómic norteamericano. Se formó en el estudio de Will Eisner (The Spirit) y se codeó con otros grandes como Alex Toth o Bob Kane. De hecho, Kane le ofreció irse a trabajar con él pero Briefer decidió no arriesgar el trabajo que tenía entonces. No podía saber que Kane estaba a punto de crear a Batman.
Uno de sus primeros trabajos como dibujante fue una adaptación de El jorobado de Notredame, lo que demuestra su inclinación por los monstruos. Pero fue en 1940 cuando publicó una historia protagonizada por el monstruo de Frankenstein que realmente se inspiraba más en las películas de la Universal que en la novela. Su gran acogida le hizo plantearse una serie con el personaje. Aunque los editores no lo veían claro porque pensaban que la Universal tenía los derechos del personaje.
Para evitar problemas, Briefer se inspiró directamente en la novela para crear su monstruo. Aunque es inevitable que su aspecto siga recordándonos al maquillaje que Jack Pierce creó para Boris Karloff. Eso sí, Briefer le dibuja unas cicatrices mucho más pronunciadas, que le dan un aspecto más deforme y terrorífico.
En esa primera aventura vemos al personaje subirse a la Estatua de la Libertad, en un claro homenaje a King Kong, que unos años antes había hecho lo propio en el Empire State (King Kong, 1933). Como curiosidad destacar que estas primeras historias las firmó con el seudónimo Frank n. Stein. Había nacido la primera serie de cómic de terror.
Del terror al humor y, de nuevo, al terror
La versión del monstruo de Frankenstein de Briefer es una de las más terroríficas y, a la vez, de las más divertidas del personaje. Y es que en las primeras historias creó un monstruo realmente aterrador, mucho más grande que el de las películas y mucho más deforme, con unas cicatrices gigantescas. Aunque igual que en las películas de la universal, el monstruo no era malo, sino un incomprendido.
Pero, tras unos años, Briefer decidió cambiar radicalmente el rumbo de la serie, que pasó a ser una comedia absurda. De pronto nos encontramos con un monstruo adorable, con una única cicatriz (que apenas se notaba) y que tenía la nariz en plena frente (encima de los ojos). Algo tan raro solo podía quedarle bien a este excepcional dibujante, que convirtió al monstruo en un cartoon.
Se adelantaba así una década a la revista Mad. Porque en las páginas de su Frankenstein también empezaron a aparecer parodias de otros personajes, como Blooperman (Superman). En esta etapa se potencia la faceta de monstruo incomprendido del personaje. Incluso, como podéis ver en la imágen, el monstruo se encontró con el mismísimo Boris Karloff.
Finalmente, entre 1952 y 1954, el personaje volvió al terror puro y duro y Briefer dibujó algunas de sus aventuras más espectaculares. Pero ya sabéis que fue justo cuando se publicó el libro La seducción de los inocentes, que culpaba de todos los males de la juventud a los cómics y que introdujo la censura en el cómic (el Comics Code Authority). De esa forma desaparecieron todos los cómics de terror, incluido este Frankestein.
Briefer intentó resucitar un par de veces a su criatura sin éxito. Incluso, en 1956, llegó a dibujar un montón de tiras cómicas del personaje para intentar venderlas a los periódicos. Pero nadie se interesó por ellas. Ni siquiera cuando La familia Addams y Los Munster triunfaron en televisión. Así que el dibujante optó por dedicarse a las artes plásticas y a dibujar retratos.
En 1974 Marvel le propuso resucitar el Frankenstein cómico, pero Briefer se negó, porque según dijo: “no quería verme inmerso en esa rutina otra vez”.
Biblioteca de cómics de terror de los años 50
Este tomo es el segundo de la imprescindible colección Biblioteca de cómics de terror de los años 50, publicada por Diábolo ediciones. En ella se recuperan grandes series y autores míticos de los cómics de terror de esa época. Y es que siempre se habla de las míticas colecciones de terror de EC Comics pero, como demuestra esta colección, hubo muchos otros cómics igual de interesantes, aunque sean menos conocidos.
El primer tomo de la colección fue Haunted love (Diábolo ediciones), en donde se exploraba el amor de forma terrorífica, maliciosa y divertida. Con historias marcadas por los finales sorpresa a los que es tan aficionado el género de terror.
Así que cada una de estas historias es una pequeña joya que mantiene el suspense hasta la última página. Y realizadas por algunos de los autores más destacados de la época, como Bud Thompson, Carmine Infantino, Sheldon Moldoff, Bill Savage, Rocco Mastroserio...
Estamos deseando ya que caiga en nuestras manos el tercer volumen de esta colección de clásicos de terror de los años 50 cuyas páginas esconden numerosas obras maestras, casi olvidadas, como ese maravilloso Frankenstein de Dick Briefer.