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La defensa del dueño del pozo donde cayó Julen responsabiliza al pocero: "Dijo que tenía todo en regla"

  • Asegura que el dueño confió en la tramitación de la licencia del pocero porque es así como se procede
  • Traslada la responsabilidad de la ejecución, el sellado y las medidas de seguridad al ejecutor del pozo

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El dueño de la finca de Totalán: "No vi que el pozo fuera un peligro"

La defensa de David Serrano, dueño de la finca de Totalán, Málaga, donde el niño Julen cayó a un pozo, ha trasladado toda la responsabilidad de los hechos en el pocero. Primero, ha dicho, porque el constructor tiene el "deber de la abstención" en cuanto a que "si no hay licencia, no hay trabajo", en segundo lugar, porque había documentación "que sólo podía tener el pocero" y que el dueño no podía tramitar, y por último considera que la responsabilidad última de las obras, del sellado y de la seguridad del pozo es de quien lo construye.

En rueda de prensa, el abogado del dueño de la finca, Antonio Flores, ha recordado que su cliente declaró que el pocero, Antonio Sánchez, "contaba con todas las licencias", algo "bastante creíble" teniendo en cuenta sus 40 años de experiencia y que las ofertas de sondeo para encontrar agua incluyen la" gestión integral" de la documentación. "Ellos saben gestionar una licencia, no es fácil", ha añadido, y son quienes las tramitan "desde el punto de vista egoísta" porque "quieren cerrar el trato y el negocio lo antes posible y sin licencia no hay trabajo".

Sánchez ha proseguido diciendo que, según la instrucción de la Junta de Andalucía "sobre la autorización de obras para la captación de aguas subterráneas", hay dos documentos que "tiene que entregar la empresa promotora" y de los que no dispone el dueño del terreno. El primero, un certificado de la aptitud en vigor para el manejo de la maquinaria, y el segundo, una fotocopia documento calificacion empresarial de la empresa ejecutora de la obra. "Son condicion sinecuanon" para solicitar los permisos, por loque el pocero "no puede decir que el dueño contaba con la licencia".

Rechaza un "homicidio imprudente"

A su vez, ha considerado que, "sobre la responsabilidad de homicidio imprudente", en la muerte de Julen "no existe precedente en el mundo" y ha restado culpabilidad a su cliente al asegurar que "era imposible prevenir que ese agujero pudiera tragarse a un niño en esa situación".

En la rueda de prensa también ha intervenido un arquitecto y hermano de este abogado, Jesús Flores, quien ha incidido en que el agujero donde cayó el niño no era un pozo sino "una prospección cuya función es encontrar agua" y que "de haber tenido éxito se hubiera procedido a su encamisado y taponamiento". "Sólo entonces", ha incidido, podría haberse llamado pozo.

Ha explicado que la perforación comenzó a mediados de diciembre y que todo el proceso "está reglado". "Las leyes establecen claridad de requisitos, derechos y obligaciones de quien quiere construir un pozo en su prociedad", siendo "uno de los procesos más restrictivos" que conoce.

El sellado y la seguridad, responsabilidad del pocero

Aquí es donde ha procedido a enumerar posibles "ilegalidades" cometidas por el pocero, como la piedra de 15 kilos que aseguró haber puesto. Una piedra "que nadie ha visto y que de ser cierto hubiera constituido un nuevo incumplimiento de la ley". Las normas, ha explicado, prevén "rellenar enteramente la perforación con el mismo material o equivalente y emplear hormigón en los últimos metros".

El arquitecto ha procedido entonces a mostrar una piedra "de 16 kilos" para demostrar que no parece suficiente forma de sellado y ha enseñado a su vez los dos bloques de hormigón como los que el dueño colocó para prevenir "posbles esguinces" -insistiendo en que no podía pensar en que cupiera un niño por el hueco-. Dos bloques que, sin embargo, se pueden "deslizar con facilidad", por lo que el niño podría haberse "escurrido" entre ellas.

Ha insistido en que el dueño de la finca avisó cuando convocó a sus allegados a comer aquel día de que tuvieran cuidado ante dicho agujero, aunque ha recalcado que "en ningún momento tuvo percepción de ese peligro real y casi ninguno de nosotros lo hubiésemos tenido".

Cuando comienzan las obras, la empresa y los arquitectos somos los últimos responsables de los trabajos y de la seguridad

Por otra parte, ha comparado el proceso de construcción del pozo con el de una casa. "Cuando comienzan las obras, una vez concedidas las autorizaciones, -la empresa y los arquitectos- somos los últimos responsables de los trabajos, sino de las medidas de seguridad".

"Si hago una excavación en una parcela para una cimentación y se cae un niño, el responsable es la empresa constructora", mientras que el empresario "está eximido".

Por último, sobre una posible manipulación del pozo posterior a las obras del pocero y la excavación en la zona, el abogado ha explicado que no buscaba "construirse una villa con vistas al mar", sino que se trataba de "construir un muro de contención" para evitar que la arena y piedras que había dejado el pocero del vaciado del agujero -y que estaba "en forma de volcán"-, cayesen dentro del agujero.

El dueño: "no me lo voy a perdonar nunca"

Antes de la comparecencia de su abogado y del hermano de éste, el dueño de la finca ha lamentado que "maldita la hora" en que decidió "plantar aguacates", para lo cual era necesaria la búsqueda de agua y la construcción de un pozo. "Esto no me lo voy a perdonar nunca", ha afirmado.

Y ha añadido que "desde ese día todo me da igual, la verdad. Lo que pase y lo que no pase". "Yo tengo una niña de dos años que se encontraba jugando con Julen; ha sido él, pero podría haber sido mi niña. Nunca me voy a perdonar no haber visto ese peligro ahí", ha dicho entre sollozos.