'The prodigy', otro niño que os quitará el sueño
- Una película de terror sobre un niño superdotado con un lado muy oscuro
- Está dirigida por Nicholas McCarthy y se estrena este viernes, 8 de febrero
El exorcista, La profecía, El resplandor, El orfanato, Poltergeist, El otro, ¿Quién puede matar a un niño?, El pueblo de los malditos... son solo algunos títulos míticos que nos han demostrado que un simple niño puede dar más miedo en el cine que cualquier monstruo o asesino en serie.
El último en sumarse a esta lista es el protagonista de The prodigy, un niño tan inteligente como cabroncete, que también nos dedicará algún que otro sobresalto.
La película no está al nivel de las mencionadas ni creemos que vaya a convertirse en un clásico (aunque tal vez si origine alguna que otra secuela), pero es un buen entretenimiento que nos mantiene en tensión y no se basa únicamente en los sustos, sino que consigue una atmosfera malsana muy de agradecer. No da miedo pero sí mal rollito, Y tiene unos actores estupendos que nos ayudan a mantener esa tensión.
The prodigy bebe de esos clásicos mencionados y usa todos los tópicos del género, recurriendo constantemente a lugares comunes. Una cosa que puede aplicarse a casi todas las películas de terror actuales, que buscan un público más amplio y, por lo tanto, rebajan el nivel de terror. Por eso, a pesar de que algunas de las cintas mencionadas al principio tienen más de 40 años, son más arriesgadas y dan más miedo que casi todas las actuales del género.
Por lo menos, esta película intenta imitar ese cine de los setenta y da pocas concesiones al espectador. Por ejemplo, no hay ni rastro de interludios cómicos. Pero, al buscar esa mayor profundidad psicológica, parece que el director teme aburrir al espectador palomitero y termina recurriendo a los sustos fáciles.
Destacar una escena, la más arriesgada de la película. Si la cosa hubiera ido por ahí, podríamos estar hablando de un clásico. Se trata de una simple conversación en la que el malvado niño se enfrenta a un hipnotizador... el resultado de su encuentro es un análisis estupendo de los actuales tiempos de corrección política. Y cómo tergiversarlos.
Otro de los temas más interesantes es ese miedo (real), de los progenitores de hoy en día, de si son unos buenos padres y si están criando a su hijo como deben. Una cuestión que flota durante toda la historia. De hecho, las dudas de los padres serán fundamentales para el desenlace de la historia.
En fin, que si os da miedo un niño con un cuchillo, o incluso sin cuchillo, esta es vuestra película. Porque pasaréis un rato de lo más entretenido.
El niño más listo de la clase
No os vamos a contar mucho sobre el argumento de la película porque enseguida descubriríais de qué va la cosa y cuanto menos sepáis, mejor. Baste decir que no va sobre posesiones demoniacas ni niños que son el anticristo, sino de reencarnaciones.
El protagonista es Miles (Jackson Robert Scott) un niño superdotado que empezará a comportarse de forma violenta... y hasta ahí puedo leer (aunque si queréis más información la encontraréis fácilmente en otras críticas).
Destacar el trabajo del joven actor, que sabe transmitir esa mezcla de inocencia y mala uva, y es capaz de poner una de esas miradas que nos hacen mirar disimuladamente hacia otro lado. Por cierto que no es su primer papel en el género, ya que interpretó a Georgie Denbrough, el niño devorado por el payaso Pennywise en la reciente versión de It.
También destacamos a su sufridora madre coraje, a la que interpreta Taylor Schilling, famosa por su papel de Piper Chapman en la serie Orange Is the New Black. Taylor logra transmitirnos esa impotencia de una madre que no entiende nada, a la que aterroriza su propio hijo pero que, a la vez, no puede dejar de quererlo; y sería capaz de hacer cualquier cosa para protegerlo.
Un director experto en el género
Nicholas McCarthy (1970) es un experto (y fan) del género. Desde muy pequeño comenzó a rodar cortos de terror. De hecho, uno de sus cortos de juventud se convirtió en su primera película, El pacto (2012), que iba sobre dos hermanas que pasaban la noche en una casa embrujada donde, de paso, afloraban los secretos familiares. Un prometedor comienzo que continuó con la decepcionante Home (2014), otro homenaje al subgénero de casas encantadas. También participó en Holidays (2016), una irregular antología de relatos de terror, junto a directores como Kevin Smith o Gary Shore.
En The prodigy se debate entre su amor por ese terror seco y sin concesiones de los 70 y la necesidad de atraer al público adolescente, lo que termina perjudicando una película que podría haber sino notablemente inquietante, pero que se queda en un apreciable producto de consumo. Destacar también la estupenda iluminación que juega mucho con las sombras.
Resumiendo, una película entretenida, con buenos actores, un trasfondo social interesante, un gran trabajo de iluminación y con un par de secuencias inquietantes. Y que nos deja la impresión de que podría haber sido mucho más. ¿Habrá secuelas?... la taquilla tendrá la última palabra.