Cuba mide el desapego al sistema comunista en el referéndum de la nueva Constitución
- Aunque se da por hecho que será aprobada, la votación ofrece a los cubanos una vía para expresar su descontento
- El nuevo texto reconoce la inversión extranjera y la propiedad privada, pero mantiene el comunismo como meta
Cuba saca las urnas este domingo para ratificar en referéndum la nueva Constitución, un texto con el que el régimen comunista busca refrescar su arquitectura interna sin renunciar a sus cimientos, pero cuya votación abre una inusual ventana de oportunidad para que los cubanos puedan expresar su descontento, por lo que va a permitir medir el desapego existente en la isla contra el sistema de partido único que les gobierna desde 1959.
Aunque se da por hecho que la nueva Constitución, ya aprobada por la Asamblea Nacional, saldrá adelante sin problemas, los analistas coinciden en que es prácticamente imposible que reciba un apoyo similar al de su predecesora, ratificada en 1976 con el respaldo del 97,7% de los votantes, que entonces eran 5,6 millones, y apenas 54.000 cubanos votaron en contra.
En esta ocasión, con ocho millones de votantes censados, los expertos pronostican que el voto opositor puede superar el 10%, aunque también la abstención puede lanzar un mensaje significativo. "En la medida en que la suma de ambos se aproxime al 30 %, será una victoria para la oposición", estima el politólogo cubano Arturo López Levy, profesor de la Universidad Gustavus Adolphus de Minnesota.
Una campaña desigual
"Hay mucha presión del Gobierno para que la gente vaya a votar y apoye el texto. Sugiere una alta abstención o la posibilidad de votos en contra o en blanco", abunda Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de Florida, que subraya la relevancia de la votación ante la escasez de oportunidades para que los disidentes cubanos se expresen.
Como es obvio, el Gobierno cubano y la oposición no compiten de forma equilibrada: “Hay una campaña fuerte por el sí y, como no se trata de un régimen democrático liberal, no hay campaña por el no”, indica López Levy. De hecho, las campañas electorales están prohibidas en Cuba, así que el campo solo se ha nivelado en las redes sociales, donde los hashtags #YoVotoSi y #YoVotoNo (o #YoNoVoto) recogen los argumentos, o los reproches, de uno y otro lado.
En cualquier caso, el referéndum servirá para medir la fuerza de la oposición, aunque López Levy cree que hay que matizar los resultados: "Habrá un voto de descontento que no tiene que ser necesariamente de oposición. Se puede estar a favor del matrimonio igualitario [eliminado en la versión final del texto constitucional] y también del régimen de partido único", explica.
Cambios progresivos
Más allá del resultado del referéndum, los analistas también señalan que la nueva Carta Magna refleja la evolución política de Cuba en las últimas décadas, trufada de cambios muy progresivos y que no profundizan en el núcleo del sistema. "Hay cambios cosméticos, pero se mantienen intactos los elementos fundamentales", opina Jorge Duany, que señala como se mantiene el régimen de partido único encarnado por el Partido Comunista de Cuba, la elección indirecta del presidente y el monopolio económico del Estado.
López Levy, en cambio, considera que la nueva Constitución "legaliza una serie de cambios que ya tenían lugar y abre perspectivas sobre la introducción de nuevos cambios", aunque aclara que "no hacia una democratización" al modo liberal. Así, detalla que se crea la figura de un primer ministro, que asume funciones del presidente del Consejo de Estado, y se limitan los mandatos: "Crea dinámicas de transición intergeneracional", afirma.
Con todo, el cambio más relevante quizás sea el reconocimiento explícito de la inversión extranjera y del trabajo por cuenta propia -ahora hay contabilizados 591.000 cuentapropistas, el 13% de la fuerza laboral-. "No se estigmatizan los mecanismo de mercado y se evitan los eufemismos", señala este analista, que cree que "se abre la posibilidad de dinamizar la economía cubana hacia una situación menos precaria". Duany, sin embargo, considera la reglamentación inferior sigue siendo “muy limitante”, aunque admite que “es una luz, una esperanza de una mejoría del nivel de vida”.
El comunismo como base
El experto de la Universidad Internacional de Florida opina que el texto "refleja la voluntad de continuidad de los líderes clásicos" y recalca que el nuevo presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, "se ha afincado en su lealtad al sistema político que le nombró, no se ven transformaciones", a pesar de no pertenecer ya a la generación histórica, la de la Fidel y Raúl Castro, que aún preside el Partido Comunista de Cuba.
Ese conservadurismo ha sido palpable en la pervivencia del término comunismo, que la comisión que elaboró el primer borrador había eliminado del texto, aunque fue reintroducido vía enmienda en la Asamblea Nacional. De hecho, el preámbulo reitera que "solo en el socialismo y en el comunismo el ser humano alcanza su dignidad plena".
Algo distinto ha ocurrido con el matrimonio homosexual, que estaba reconocido en la versión inicial; sin embargo, el Gobierno advirtió que podía generar descontento entre los sectores más conservadores y las potentes iglesias evangélicas, por lo que decidió no arriesgar. Al final, se habla de "cónyuges" y el asunto se regulará en el Código de Familia, dentro de dos años, con un nuevo referéndum. Para entonces, Raúl Castro tiene previsto dejar el poder y Cuba, sin duda, será distinta.
Los principales cambios de la nueva Constitución
La nueva Constitución de Cuba, que previsiblemente será ratificada este domingo, cuenta con un preámbulo, 229 artículos repartidos en nueve títulos, 13 disposiciones transitorias y dos disposiciones finales. Estas son algunas de las principales modificaciones introducidas:
- Propiedad privada e inversión extranjera: aunque se consagra la economía centralizada y el monopolio del Estado en la actividad económica, el texto reconoce los mecanismos de mercado, la propiedad privada, el trabajo por cuenta propia e incluso, en el artículo 68, la inversión extranjera como un “elemento importante para el desarrollo económico del país”
- Primer ministro y limitación de mandatos: en la actualidad, Miguel Díaz-Canel es el presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros, pero la nueva Constitución establece la separación de ambos cargos, un modelo similar al de China o Vietnam; con todo, el poder sigue encarnado por el presidente del Partido Comunista de Cuba, “la fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado” (artículo 5), que preside Raúl Castro hasta 2021. Asimismo, el presidente, elegido por la Asamblea Nacional, solo podrá estar en el cargo dos mandatos de cinco años y deberá tener menos de 60 años cuando se presente por primera vez.
- Habeas corpus: se introduce la presunción de inocencia en casos penales y el derecho a un abogado inmediatamente después de la detención, así como el habeas corpus, esto es, a ser llevado inmediatamente ante un juez en caso de detención.
- Descentralización: se eliminan las asambleas provinciales y se sustituyen por Consejos Provinciales, al frente de los cuales estará un gobernador propuesto por el presidente y ratificado por los delegados municipales. Además, se refuerza la autoridad de las asambleas municipales, que presiden los intendentes (alcaldes).