'Feedback:' atrapados por el horror y los límites de la verdad
- Este thriller mezcla terror y violencia explícita con una crítica profunda a la sociedad de la información
- La cinta, participada por RTVE, se estrena este viernes 1 de marzo
“Cuando no tenemos nada que perder nos convertimos en monstruos”. La grandiosa frase sobre los demonios que anidan en el alma humana apunta directa al corazón de Feedback. El debut en la dirección de Pedro C. Alonso llega a los cines este viernes y cuenta con la participación de RTVE en la producción.
Un thriller que mezcla la violencia visceral con el horror al estilo de las home invasion. El subgénero donde unos extraños asaltan una casa para aterrorizar a sus habitantes, relata el director que admite referentes como las buenísimas Hereditary o Get out: donde la escalada de tensión fluye conjunta a la crítica social.
Esta vez, “la trampa-casa” es una emisora de radio de Londres donde trabaja el locutor estrella Jarvis Dolan, un tipo combativo y empeñado en destapar la verdad. Hasta la pecera llegarán dos enmascarados dispuestos a poner a Dolan contra las cuerdas y desenterrar en directo un escándalo del pasado. Poco más se puede contar sin destripar un argumento sólido y bien ensamblado que corre a ritmo frenético
¿Quién dice la verdad?
En el espacio claustrofóbico de la emisora se desarrolla toda la acción y el peso recae en los cinco actores que se mueven casi de forma teatral. Bajo el envoltorio del terror conviven cargas de profundidad con raíces en la actualidad: abusos sexuales, redes sociales, venganza y una pregunta clave: ¿quién dice la verdad? Muy ad hoc para sembrar la duda en la mente del espectador.
“La historia acaba siendo una búsqueda de la verdad. Cada uno de los personajes busca hacer justicia pero quizás no de la mejor manera. La película refleja ese juego de hasta qué punto puedes justificar ese afán por conseguir la verdad o por hacer justicia [...] Otro de los elementos claves es la violencia. Suele no estar justificada pero sí que el filme lleva a los personajes a tomar decisiones muy extremas por la tensión del momento”, señala Ivana Baquero (El laberinto del Fauno) que encarna a Claire una joven becaria que esconde secretos.
Con la era de la posverdad, las fake news y la manipulación sobrevolando la historia. La cinta juega con los dilemas morales de unos personajes en permanente conflicto que acarrean a la espalda los errores del pasado.
“Yo creo que todos se colocan por encima de la verdad como prioridad y ese es el principal error que cometen […] Vivimos una época donde la verdad ya no es objetiva. Y eso es aún muy peligroso porque la gente empieza a confundir el derecho a tener una opinión con los hechos”, reflexiona Eddie Marsan (Ray Donovan, Deadpool) que interpreta con maestría al periodista y que sostiene el filme en su mirada de hielo.
Una paleta de sensaciones en un guion con varias capas de la mano de Pedro C. Alonso donde se percibe el sello en la producción de Jaume Collet-Serra, un realizador muy bregado en el thriller (La huérfana, Infierno azul).
Feedback también es una incisión psicológica en la reacción ante los traumas y los juegos de poder. “El poder lo tenemos todos para algunas cosas y sobre algunas personas tenemos nuestra cuota de poder. La diferencia es que lo uses responsable o irresponsablemente. Y el uso irresponsable que es lo que les pasa a los personajes es lo que les lleva a corromperse”, afirma el realizador que ha dado el salto al cine tras una larga carrera en publicidad.
Atrapados en el infierno
Alonso relata otro de los retos: toda la cinta se activa en un espacio circular que refuerza la sensación de estar atrapado. Se alternan de una forma original luces y sombras, diferentes perspectivas y un cuidadísimo sonido tan ligado al mundo de la radio.
“En realidad el escenario es el sexto personaje: de cómo lo presentamos del principio a cómo lo vemos al final parece casi otro sitio porque estamos contando el descenso a los infiernos de cinco personas y cómo al final no van a salir de esa habitación. La habitación tiene que ser el infierno”, señala el director.
Rodada en inglés, con marcada vocación internacional y de enganchar al espectador por la pechera del ritmo y no soltarle, el artificio desvía un poco la llamada a la reflexión final sobre la dualidad del ser humano, en una película en la que no aparecen héroes ni villanos.
“Creo que una de las cosas más interesantes es cómo cada uno comparte ese momento traumático del pasado. Lidian de forma totalmente distinta y muy humana: está el que lo hace desde la rabia, el de la resignación y el que lo niega pero cuando finalmente le descubren se quita un peso de encima y empieza a reconstruirse”, concluye sobre su acertado debut Pedro C. Alonso.