Thierry Mugler resucita su leyenda
- Su trabajo de expone en el Museo de Artes Decorativas de Montreal
- Dejó la moda en 2003 y ahora su nombre vuelve a brillar con intensidad
Se ha negado muchas veces pero ahora, por fin, ha dicho que sí. Thierry Mugler ha abierto los armarios que cerró hace casi veinte años para que sus creaciones viajen al Museo de Bellas Artes de MontrealLa ciudad acoge la primera exposición dedicada al modista francés que exhibe vestidos icónicos, bocetos y archivos que forman un magnífico retrato de su trayectoria profesional.
“Es una tragedia glamurosa”, decía el modisto en la rueda de prensa de presentación. “Lo que más me conmueve, cuando veo todas estas piezas, es el hecho de haber motivado y reunido a mi alrededor a maestros excepcionales de diferentes sectores", dijo haciendo alusión a la gran cantidad de colaboraciones que ha hecho en la moda, la música, el teatro o la fotografía.
La muestra puede verse hasta el 8 de septiembre y la expectación creada es enorme, tanto que hay museos de distintos países interesados en ella. Thierry Mugler es una leyenda viva, una estrella que no siempre ha brillado con la misma intensidad. En 2008 pocos se acordaban de él. Ese año Beyoncé estuvo en la exposición del Metropolitan de Nueva York, titula ‘Superhéroes, Moda y Fantasía’ y allí, según contó ella, se quedó tan impresionada con los diseños de Thierry Mugler que no dudó en viajar a París para encargar al modisto el vestuario de la gira ‘I Am’ que la cantante hizo el año siguiente.
El éxito fue planetario y distintas generaciones de jóvenes conocieron entonces al francés. Hablamos de un mito, un genio de la moda, una leyenda y uno de los modistos más influentes para distintas generaciones, y en su espejo creativo se han mirado talentos tan dispares como Alexander McQueen, Rick Owens y Jeremy Scott. "De pequeño me costaba mucho vivir en el mundo que me imponían y soñaba con crear un mundo a mi medida, un mundo mío", decía. Y lo logró.
Nació en Estrasburgo en diciembre de 1948 y con 14 años ya hacía ballet. Siempre se sintió atraído por el vestuario y la escenografía del teatro y llegó a estudiar interiorismo en la escuela de Artes Decorativas. Pero su destino era la moda y con 20 años llegó a París. Era 1968 y cuatro años más tarde ya tenía su propia firma. En 1973 lanzó la colección ‘Café de Paris’ y su estilo, que rompía con la tendencia de esos años, fue descrito como ‘Power Dressing’, ya que sus prendas, sensuales y provocativas, proyectaban una silueta hiperfemenina.
En 1974 ya fundó su firma y cuatro años después ya tenía tienda propia e hizo historia al ser el primer diseñador en fotografiar su propia campaña. De Mugler se dice que hizo de la mujer un símbolo de poder inspirado por la fantasía y la iconografía del fetichismo. Sus siluetas llevan hombreras muy marcadas y cinturas de avispa y utilizó los tejidos para enfatizar el mensaje de cada prenda, juegando a ocultar, remarcar o mostrar el cuerpo. Vestía a las estrellas más impresionantes y casi siempre contaba con ellas para los desfiles: Jerry Hall, Veruschka, Diana Ross, Sharon Stone e incluso Tippi Hedren, y en 1995 vistió a Kim Bassinger en la película Prêt-à-porter, de Robert Altman.
En 1997 fue invitado a participar en la Alta Costura e hizo colecciones desafiantes y osadas que jugaban a tapar y destapar el cuerpo de la mujer. Exprimió los códigos del sadomasoquismo, la cultura gótica, la lencería y el futurismo, se inspiró con éxito en las formas de los animales y la arquitectura, reinterpretó la estética del comic y todos sus desfiles eran fantásticos espectáculos con las modelos convertidas en actrices y vedettes. Su tirón mediático era inmenso. "Siempre trato de contar historias de hombres y mujeres inspiradas en todas las flores venenosas y las criaturas maliciosas del mundo mitológico", dijo en una ocasión.
Abandonó las pasarelas en 2002 cuando su estilo, sofisticado y lujoso, empezaba a quedar eclipsado por otras tendencias estéticas más tranquilas e incluso el minimalismo. En 2003 cesó su actividad en el textil y se centró en la división de perfumería, una parte muy importante de su empresa que fue adquirida por Clarins. Angel, lanzado en 1992, es una de las fragancias más icónicas del sector.
Pero Mugler no desapareció. Se centró en la fotografía e hizo el vestuario para Zumanity del Circo del Sol y también trabajó para cabarets como Moulin Rouge y Crazy Horse. Con el paso de los años Thierry Mugler iba por un lado y su casa, Mugler, por otro. En 2010 se contrató a Nicola Formichetti como director creativo, diseñador y estilista de Lady Gaga. La popularidad de firma subió con la misma fuerza con la que descendió y en 2013 Formichetti se marchaba a Diesel. David Koma fue el nuevo director creativo y ocupó el cargo hasta 2017 cuando se fichó a Casey Cadwallader.
En 2016 la firma intentó reinventarse y eliminó el nombre de Thierry para asomarse al mundo con el contundente apellido Mugler. El propio modisto diseñó el logo y explicó que el objetivo era dotar a la firma de un marcado impacto visual. Y lo logró pero no con este gesto. El 16 de febrero de 2017 el modisto se abrió una cuenta de Instagram utilizando su nombre real Manfred Thierry Mugler, dejando claro que era una red social personal independiente de la firma que lleva su apellido. Comenzó subiendo fotos de archivo con diseños icónicos que gustaban a los nostálgicos y a las nuevas generaciones. En los fragmentos de sus desfiles se ve a estrellas como Jerry Hall o Linda Evangelista pero también a modelos españolas como Helena Barquilla o Violeta Sánchez.
Instagram ha sido un escaparate planetario para su legado. Los más jóvenes han ‘alucinado’ con el talento de Mugler y las increíbles creaciones que se hicieron muy famosas en vídeos como Too Funky, de George Michael. Un vídeo de culto, realizado por el modisto en 1992, en el que vemos a modelos tan famosas como Linda Evangelista, Tyra Banks, Beverly Peele, Nadja Auermann, Emma Sjöberg, y Estelle Hallyday. Junto a ellas destacan Rossy de Palma y Julie Newmar. Un estelar cartel de divas.
Han pasado 27 años y ahora las estrellas vestidas por Mugler son Kim Kardashian, Irina Shayk y sobre todo Cardi B. La cantante arrasó en la pasada edición de los premios Grammy con diseños icónicos realizados por el modisto en 1995. El impacto fue enorme y el éxito, planetario. No es habitual que las casas de moda presten sus codiciados archivos. Quizá ahora, como ocurrió con el vintage de Valentino que Julia Roberts llevó a los Oscar, se ponga de moda y podamos volver a ver algunas de esas maravillas que duermen en un perchero,un cajón o una vitrina.