Barrios fantasma y chalecos explosivos abandonados en el retroceso del Daesh en Baguz
- Un equipo de RNE entra en Baguz y es testigo de la destrucción que los combatientes del Daesh dejan a su paso
- La última ofensiva se complica por las condiciones meteorológicas y creen que quedan unos 2.000 terroristas extremistas
Un equipo de RNE ha accedido a una explanada liberada en Baguz, el último bastión del Estado Islámico en el noreste de Siria. La zona está plagada de rudimentarias tiendas de campaña en las que vivían los combatientes y sus familiares, y que han dejado abandonadas. En algunas de ellas han dejado incluso chalecos explosivos.
Puede verse una ciudad completamente devastada, fantasma, destruida, esqueletos de edificios. En algunas paredes aún permanecen pintadas las banderas del Estado Islámico, narra en RNE Cristina Sánchez, enviada especial a la zona.
El equipo ha pasado la noche con una de unidades cristianas que conforman las Fuerzas Democráticas Sirias, coalición kurdo-árabe que lidera sobre el terreno la guerra contra el Estado Islámico.
Aseguran que la ofensiva se ha ralentizado por cuestiones climatológicas. "Ha estado lloviendo toda la noche y hace mucho viento, lo que dificulta las incursiones terrestres". Afirman que está siendo una de las batallas más complicadas y más difíciles.
Desconocen el número de combatientes que aún resisten en el último bastión del Estado Islámico, estiman que son unos 2.000 de los más extremistas, la mayoría iraquíes. A ellos se les sigue ofreciendo la oportunidad de rendirse. De hecho sigue abierto un corredor humanitario para que puedan salir.
Las fuerzas kurdas no se atreven a dar una fecha para el final de esta ofensiva que supondría el fin del califato territorial en el noreste de Siria.