Javier Gutiérrez: "Es una pena que el cine sea consumido en cualquier pantalla pero es lo que se impone"
- El intérprete asturiano recibe un premio honorífico a su trayectoria en el certamen malagueño
- RTVE.es entrevista al actor que triunfa con Campeones y ha retornado a las tablas
Andreu Buenafuente lo mencionó en un gag de los últimos Goya: si un avión se estrellara con Javier Gutiérrez y Antonio de la Torre dentro se acabarían las películas españolas.
Una forma de subrayar la buenísima racha profesional del asturiano. Una cara imprescindible del cine español, reforzado tras el fenómeno social y multigalardón de Campeones y taquillazo patrio sin competencia-.
Han sido cuatro años de omnipresente ascenso donde Gutiérrez ha encadenado una Concha de Plata (La isla mínima) y varios goya, compaginando cine y series de televisión (Estoy vivo, Vergüenza). Del drama a la comedia y viceversa apuntalando la fama de todoterreno.
Entre tanto frenesí el actor ha vuelto a pisar las tablas, su gran pasión, donde dio sus primeros pasos con el grupo Animalario. Javier Gutiérrez se da un respiro para girar por toda España con ¿Quién es el Sr.Schmidtt?, un thriller existencial adaptado por Sergio Peris-Mencheta. A su paso por el Festival de Málaga, donde ha recibido uno de los premios honoríficos a su larga trayectoria (el Málaga Sur) ha respondido a las preguntas de RTVE.es.
PREGUNTA: Estás girando con la obra ¿Quién es el Sr. Schmidtt? Tras varios años alejado de las tablas, ¿qué te aporta el teatro?
RESPUESTA: Para mí el teatro es la gasolina del actor y teniendo en cuenta que en los últimos años he hecho mucho cine y televisión a veces necesito parar en ese sentido y subirme a un escenario. En los últimos años lo he hecho menos de lo que desearía.
Creo que la sensación es impagable. El momento en que se levanta el telón y uno se enfrenta al público es de mucho subidón. Hay pocas cosas equiparables, por lo menos en mi caso.
P: ¿Te gustaría dirigir teatro?
R: Me encantaría porque no soy un actor que le gusta que le dirijan. En ese sentido me gusta aportar. No me gusta sentirme una pieza al servicio del director sino que yo también tengo mi mirada al servicio del personaje y me gusta que sea escuchada.
Teatro sí me gustaría dirigir pero no tanto el cine que es una guerra. Valoro muchísimo el trabajo que hacen los directores que pueden tardar en levantar un proyecto cinco o diez años, pero el teatro sí me veo capaz de hacerlo.
“Campeones ha convertido a personas invisibles en héroes”
P: El efecto de Campeones es imparable, ¿crees que la repercusión de la película es una muestra de que el cine puede cambiar la sociedad?
R: Yo parto de la base de que yo vivo eso día a día porque tengo un hijo con una discapacidad. Para mí es un proyecto personal, con el que de alguna forma intuía que era una película importante no a nivel taquilla ni de premios que eso ayuda, pero creo que es una cinta que está muy al servicio de la sociedad.
El cine ahora está muy supeditado de las cadenas de televisión y casi nos dictan lo que tenemos que ver y qué es lo que va a funcionar o lo que no. Fesser ha sido un francotirador un outsider. Ha hecho la película que ha querido, muchas veces desoyendo las voces de los señores de la financiación.
Ha sido un ejercicio más que cinematográfico de un valor educacional enorme. Durante años colectivos y fundaciones han trabajado de forma titánica para cambiar nuestra sociedad desde la inclusión y la educación y contando que las personas con capacidades diferentes pueden aportar mucho. Y llega el cine y en hora y media cambia la visión del ciudadano y convierte a personas invisibles en poco menos que en héroes.
"Está profesión es a la vez cruel y hermosa"
P: Has compaginado muchas series de televisión con el cine, en el caso de las nuevas plataformas, ¿crees que la industria se encuentra en un momento de adaptación?
R: Es imparable. Los tiempos van cambiando. La sociedad se va transformando pera el hecho de que se pierda ese espíritu romántico de estar en una sala oscura con personas que no conoces riendo y llorando en una experiencia única supone una zozobra. Trabajar para que el cine sea consumido en cualquier pantalla en cualquier lugar, parando, yendo al baño para mí es una pena pero es lo que se impone y lo que toca.
Y que grandes como Cuarón o Scorsese comulguen con esa forma de hacer cine y que no les importe cómo se consuman sus trabajos es una forma de adaptarse a los tiempos. En ese sentido hay que adaptarse y bienvenidas sean plataformas como Netflix. Yo que también formo parte de proyectos de estas plataformas que han cambiado la forma de ver televisión, he de reconocer que también me provoca cierta tristeza que estamos abocados a consumir cine desde otro lugar que para mí no es la mejor opción.
P: Decía Rodrigo Sorogoyen por la nominación de su corto Madre a los Oscar que no le tentaba trabajar en Hollywood por las condiciones leoninas, ¿es algo que tú considerarías?
R: Lo que dice Sorogoyen para mí tiene razón. Mi ADN es español y tiene que ver mucho con la forma de hacer en este país y en ese sentido me llegan buenos proyectos. Soy un privilegiado.
Quiero seguir aquí aunque he probado fuera con películas como Assasins Creed con Fassbender, un proyecto de 250 millones de dólares y es una maravilla pero mi guerra no está ahí. La brecha abierta por Antonio Banderas o Penélope es muy encomiable pero a mí no me tienta y me quedan muchos partidos por jugar aquí.
P: Te encuentras en una buenísima racha profesional pero el año pasado en tu discurso de los Goya por El autor recordaste la precariedad que impera en la profesión...
R: No hay que perder de vista que está profesión es injusta y cruel y a la vez muy hermosa pero ahí entra el hecho de que un día puede dejar de sonar el teléfono y no sabes porqué. Un día enlazas proyectos y luego no cuenta nada lo que hayas hecho y eso te hace mantener los pies en la tierra.