Los propietarios de la central nuclear de Almaraz acuerdan prolongar su vida útil hasta 2028
- La renovación del permiso sería de 7,4 años para el grupo I de Almaraz y de 8,2 años para el II.
- Con la nueva licencia, Iberdrola, Endesa y Naturgy mantendrían el control de la planta
Los propietarios de la central nuclear de Almaraz, que son las compañías Iberdrola, Endesa y Naturgy, han alcanzado un acuerdo para solicitar la renovación del permiso de explotación de la planta que con la nueva licencia podrá seguir operando hasta el año 2028, según han indicado fuentes conocedoras de la reunión.
El acuerdo se ha alcanzado de madrugada en una reunión de responsables de generación de las empresas y tiene que ser ratificado en la Asamblea de Propietarios, paso esencial para que se apruebe la petición de la solicitud de la renovación del permiso, que sería de 7,4 años para el grupo I de Almaraz y de 8,2 años para el II.
La pretensión de Iberdrola y Naturgy de que las inversiones quedaran acotadas antes de solicitar la licencia se incluye en este acuerdo, si bien los límites han variado respecto a su petición inicial.
En un principio, la solicitud de estas dos empresas era de que si el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) estableciera unas condiciones o revisiones para la renovación de la licencia que superaran en un 15 % las inversiones recogidas en el plan de negocio aprobado para la planta hasta 2028 - que ascienden a 400 millones de euros-, se desistiera de seguir con la renovación.
El acuerdo también atañe a Valdellós II y Ascó
Ese límite se ha elevado ahora hasta un 50 % en el acuerdo, que también mantiene que las decisiones en las centrales nucleares se sigan tomando por unanimidad de todos los socios con independencia del porcentaje que se tenga en cada planta. Una cuestión que ha sido objeto de polémica en los últimos tiempos, dado que en caso de desavenencias entre los diferentes propietarios procesos como las solicitudes de renovación se pueden ver bloqueados.
El acuerdo es también de aplicación para las centrales de Vandellós II y Ascó, aunque las condiciones de desviaciones sobre la inversión se definirán en cada una de esas dos plantas, que, a diferencia de la de Almaraz, no tienen aprobado aún un plan de negocio con las inversiones a hacer hasta que cumpla el nuevo permiso de explotación que obtengan.
Asimismo, las citadas fuentes han subrayado que el acuerdo para pedir la renovación del permiso de explotación garantiza por muchos años la actividad económica y el empleo en la zona donde se ubica la central cacereña de Almaraz, ya que después de 2028, cuando cierre la instalación, habrá quince años de trabajos de desmantelamiento.b Ello supone que en los próximos veinticinco años va a haber actividad relacionada con los reactores en la zona de la central.
Un acuerdo alcanzado tras semanas de polémicas
El acuerdo, que tiene que ratificar este viernes la Asamblea de Propietarios, se ha alcanzado después de semanas de polémicas entre los socios en la central. Aunque las tres compañías con participación en Almaraz firmaron un protocolo con la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) con un cronograma para el cierre ordenado del parque nuclear español hasta 2035, las diferencias surgieron apenas unas semanas después, al esgrimir Iberdrola y Naturgy que la petición debía ligarse a que las inversiones del CSN no produjeran unas desviaciones excesivas sobre las previstas en el plan de negocio.
Endesa se mostró contraria en todo momento a poner condiciones a lo pactado en el protocolo y, durante las discusiones con los otros dos socios, llegó a plantear quedarse gratis con sus participaciones, aunque Iberdrola y Naturgy tendrían que seguir contribuyendo en la parte proporcional que tienen ahora en la propiedad de la central, un 53 % y un 11 %, respectivamente, con los gastos de mantenimiento y predesmantelamiento. Iberdrola y Naturgy rechazaron la propuesta en la misma reunión en la que Endesa lo planteó.
La situación generada ha llevado al Ministerio para la Transición Ecológica a conminar a las empresas a que lleguen a un acuerdo y cumplian con el protocolo que habían firmado, aunque desde el departamento que dirige Teresa Ribera han señalado que no tenían nada que decir en lo que es una negociación entre empresas.