La exdiputada de la CUP Mireia Boya deja la dirección del partido al sufrir "acoso psicológico"
- Boya precisa que abandona por un episodio de acoso emocional "continuo" por parte un compañero de la dirección
La exdiputada de la CUP, ha anunciado que abandona el secretariado nacional de su formación por haber sufrido un acoso emocional "continuo" y "una agresión psicológica" por parte un compañero de la dirección del partido anticapitalista.
En una carta hecha pública a través de una red social, este viernes Mireia Boya explica que su decisión de abandonar el secretariado nacional de la CUP en estos momentos obedece al hecho de que un compañero que forma parte de este órgano, y del que no menciona su nombre, pero que describe como "agresivo y con roles de poder", la estaba sometiendo a "un episodio continuado de agresión psicológica".
Según la exdiputada, su intención ahora es abandonar el principal órgano ejecutivo de la CUP porque necesita tiempo para cuidarse y recuperarse, y señala que el miembro del secretariado que la asediaba permanece en este órgano y no ha sido apartado a pesar de su petición, y asegura: "Me he ido por esto".
También indica en su carta que la situación personal que vivía desde hace tiempo como consecuencia de este episodio le provoca "una gestión emocional complicada aún abierta" y que se va siendo consciente de que deja el reto colectivo de mejorar la gestión de las agresiones machistas.
El partido lamenta su dimisión y promete abordar el caso
Boya precisa que abandona el secretariado nacional pero que esto "no es un adiós sino un hasta pronto", mientras que la CUP ha emitido un comunicado en el que lamenta la decisión de su exdiputada y anuncia que "la comisión feminista" de la formación "asume" la denuncia y la abordará de acuerdo con el nuevo protocolo interno de actuación ante los casos de acoso.
"Una vez más, la CUP reitera su compromiso de seguir trabajando para garantizar espacios seguros y libres de violencias", explica, porque "necesitamos seguir aprendiendo de los problemas y contradicciones que aún tenemos como organización feminista".
"Desgraciadamente -añade la CUP-, no podemos dejar de reconocer que no somos impermeables a un sistema patriarcal que atraviesa nuestras vidas y nuestras prácticas militantes".