Detenido un hombre por ayudar a morir a su mujer enferma de esclerosis múltiple en fase terminal
- El hombre ha quedado en libertad sin medidas cautelares tras comparecer este jueves ante el juez
- La pareja reclamaba una ley de la eutanasia y la mujer pedía ayuda para morir
A María José Carrasco, de 61 años, le diagnosticaron esclerosis múltiple hace tres décadas. Su enfermedad era irreversible, y dependía para todo de su marido, Ángel Hernández. Desde hacía años reclamaba que la "ayudaran a morir". Su marido fue detenido el pasado miércoles por haberle suministrado una sustancia para provocar su fallecimiento y este jueves ha quedado en libertad sin medidas cautelares.
El fiscal ha decidido no pedir ninguna medida cautelar para el detenido, por lo que el juez lo ha dejado en libertad investigado por un delito de cooperación al suicidio, según han informado a Efe fuentes jurídicas, que han añadido que durante la comparecencia ha reconocido haber ayudado a su mujer a morir.
Según han informado a TVE fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, la detención tuvo lugar el pasado miércoles en el domicilio en el que el matrimonio residía, situado en la calle de Federico Sainz de Robles, en el distrito madrileño de Moncloa-Aravaca, tras el suicidio asistido de María José Carrasco, enferma desde hace tres décadas de esclerosis múltiple y dependiente de su marido. El matrimonio lo grabó en un vídeo, en el que María José constata su firme decisión de morir.
Poco antes de las tres de la tarde, los sanitarios del Summa acudieron al domicilio donde solo pudieron confirmar el fallecimiento y alertaron a la Policía, después de que el marido, de 69 años, les asegurase que había suministrado una sustancia para provocar la muerte a su mujer, que se encontraba en fase terminal.
De la investigación se encarga el grupo V de Homicidios de la Policía. El detenido se encuentra en los calabozos de la comisaría de Tetuán y este viernes pasará a disposición judicial.
Llevaba tiempo pidiendo ayuda para morir
En una entrevista a TVE hace unos meses, el hombre aseguró que estaba dispuesto a ayudar a su mujer a morir si así lo deseaba ella llegado el momento.
Desde hacía años, María José Carrasco dependía absolutamente para todo de su pareja, que le ayudaba en todas las actividades diarias y que le administraba morfina para ayudarle a calmar los dolores.
La fallecida, que estaba enferma desde los 32 años y se encontraba en fase terminal, había reclamado que el Congreso aprobara una ley de eutanasia, aunque temía que no llegaría a tiempo para ella.
Cumpliendo el deseo de su mujer
En una carta, fechada el pasado 10 de marzo y dada a conocer este jueves por la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD), Ángel Hernández explica que su esposa quería poner fin a su vida y, ante la incapacidad de realizarlo por ella misma, no hubo "más remedio" que ayudarla a cumplir su deseo.
"Esta historia quedará concluida cuando María José en su derecho a poner fin a su malvivir y en uso de su libertad decida seguir adelante con su suicidio. Es evidente que el deseo de María José a fin de que se cumpla necesita que se la ayude, por su incapacidad a realizarlo por ella misma, y como es una constante en ella demandar ese auxilio no habrá más remedio que proporcionarle esa ayuda para que su deseo se cumpla", afirma el marido en la misiva.
En ese documento, Hernández detalla que su mujer padecía esclerosis múltiple desde 1989, sufría "brotes repetidos con una frecuencia de una o dos veces al año", y que precisaba "ayuda de terceras personas para realizar las actividades cotidianas como asearse, alimentarse o vestirse".
María José estaba jubilada desde el año 1996, cuando se le declaró "una gran invalidez", ,mientras que en 2009 se le reconoció el grado máximo de dependencia. De hecho, tenía reconocida una discapacidad del 82%.
Reclama el derecho a la eutanasia
Por eso, Ángel explica que ambos eran "firmes defensores de la eutanasia" y que llevaban tiempo pidiendo que "la eutanasia sea considerada como un derecho de libre elección de toda persona que arrastre una enfermedad irreversible en la que le produzca una existencia de dependencia y sufrimiento que no desea".
Asimismo quiere dejar claro que su mujer recibía "cuidados paliativos de calidad", pero defiende que "los cuidados paliativos no son una alternativa" a la eutanasia, sino que las dos opciones deben coexistir, e insiste en que tiene que "existir el derecho al suicidio asistido cuando una persona como María José así lo pida".
En su carta, reclama también a los políticos "negacionistas" que evolucionen "hacia posiciones contrarias a la eutanasia para evitar que alguien que lo necesite tenga que transitar por los caminos" que ellos han andado.
La asociación DMD pidió que Hernández no fuese a prisión
La asociación Derecho a Morir Dignamente ha defendido este jueves en un comunicado que el "acto de Ángel Hernández de ayudar a su mujer, a la que ha cuidado durante décadas" no reciba "ningún reproche penal".
"En una sociedad democrática, basada en el respeto a la libertad individual y la pluralidad, resulta inaceptable que ayudar a una persona a disponer de su vida libremente esté castigado en el Código Penal. Defender el derecho a la vida no justifica obligar a una persona a vivir una vida deteriorada, con un sufrimiento inadmisible y que ya no desea", reclama DMD.
El Código Penal establece en su artículo 143 penas de entre dos y cinco años de prisión para quien coopere con actos necesarios al suicidio de una persona, y de entre seis y diez años para quien coopere para ejecutar la muerte. En el caso de una enfermedad grave que "conduciría necesariamente a la muerte" la pena sería en uno o dos grados a lo que establece el articulado.
DMD recuerda que la mujer en "plenitud de facultades mentales" e "incapaz de mover las manos", había soliticitado en numerosas ocasiones ayuda para "cumplir su deseo de morir". Y califica la ayuda proporcionada por su marido como "un acto de amor".
En declaraciones a Efe, el presidente de DMD, Javier Velasco, ha explicado que Hernández es socio y que como tal recibió información sobre "cómo acceder a medicación" para acabar con la vida de su mujer, indicacones que son accesibles en webs, sobre todo extranjeras, porque la compra de ese tipo de sustancias está penada en España.
La asociación recuerda que "más del 80% de la población está a favor de despenalizar la eutanasia y el suicidio asistido", por lo que "exige" a los diputados de la próxima legislatura "que regulen la eutanasia urgentemente".