Los israelíes deciden entre un quinto mandato de Netanyahu o ceder el poder a una coalición de centro moderado
- Netanyahu adelantó las elecciones en medio de denuncias de corrupción por soborno, fraude y abuso de confianza
- Los sondeos dan la victoria a la coalición moderada, aunque serán los partidos de derecha los que puedan formar Gobierno
Israel acude a las urnas este martes, 9 de abril, en una elección convertida casi en un referéndum sobre si Benjamín Netanyahu merece ser primer ministro por cuarta ocasión consecutiva -la quinta tras su primer mandato entre 1996 y 1999-, en medio de denuncias de corrupción por soborno, fraude y abuso de confianza.
En las elecciones también se decidirán varios componentes clave de la política israelí, como la presencia de partidos árabes en el parlamento o el respaldo a una propuesta que aboga abiertamente por la anexión de territorios palestinos.
El actual partido de Gobierno, el Likud, ha estado liderado por el primer ministro, Benjamín Netanyahu, durante la última década, y lleva en el poder de forma ininterrumpida desde 2009. Se trata de una formación conservadora en su ideología, que tiende hacia la economía liberal y donde muchos de sus miembros se oponen a la creación de un estado palestino. El Likud apoya los asentamientos y, a pesar de no ser un partido confesional, recibe un apoyo relativamente importante en los sectores del sionismo religioso.
El exjefe del Estado Mayor del Ejército, Benny Gantz, encabeza las encuestas al frente de la principal coalición opositora denominada Kajol Lavan -'Azul y blanco'- formada por los partidos Yesh Atid, 'Hay Futuro', de Yair Lapid, 'Resiliencia Israel', de Gantz y 'Telem'. Gantz tiene un acuerdo de alternancia con Lapid.
La coalición 'Azul y blanco' se caracteriza por la presencia de varios exmilitares de alto rango entre sus principales figuras. Se autodefine como un partido de centro, secular y socialmente inclusivo, aunque aún no se ha pronunciado con claridad en muchos temas.
Cuarenta partidos para 120 escaños
La tensión en Gaza, el reconocimiento de EE.UU. sobre el Golán, la acusación por corrupción de Netanyahu, el personalismo del sistema político y la ausencia de propuestas con los palestinos han marcado la campaña electoral.
Con cuarenta partidos que se presentan en los comicios, se prevé que la fragmentación política siga siendo la lógica imperante, una característica histórica que ejemplifica la imposibilidad de que un partido obtenga la mayoría absoluta en Israel.
Algunos luchan por llegar al umbral mínimo de 3,25% de los sufragios, o lo que es lo mismo, 137.000 votos, para obtener representación parlamentaria. Los que lo superen, obtendrán automáticamente, al menos, cuatro escaños.
En un parlamento tan atomizado como la Knéset, el número de escaños del partido más votado no es el único factor para formar gobierno. De los 120 escaños es necesario reunir más de 60 para tener mayoría con una coalición estable. Los sondeos calculan que entre los dos principales partidos, el Likud de Netanyahu y la plataforma Azul y blanco de Gatz, sumarían apenas el 50% del arco parlamentario.
Gantz gana en votos pero Netanyahu formará gobierno, según los sondeos
Los sondeos dan a la coalición centrista, 'Azul y blanco', la primera posición a poca distancia del Likud. A pesar de ello, las encuestas sitúan a los partidos de derecha -Likud, Nueva Derecha, Zehut, la Unión de Partidos de Derechas y las formaciones ultraortodoxas- con suficientes escaños para formar un bloque mayoritario y crear un nuevo Gobienro, mientras que prevén que Gantz no tendrá margen suficiente para formar una coalición.
La decisión de anticipar las elecciones, previstas para octubre, al mes de abril, ya fue interpretada como una baza de Netanyahu para salvar con una reelección su figura política ante un posible procesamiento judicial cuyo anuncio llegó cuarenta días antes de los comicios.
De hecho, la campaña del actual primer ministro, 'Bibi' Netanyahu, ha buscado reforzar su candidatura más fuera que dentro del país, con viajes y recepciones diplomáticas. Se ha fotografiado en las últimas semanas con el presidente de los EE.UU., Dondald Trump, el ruso, Vladimir Putin, o el brasileño, Jair Bolsonaro, que realizó una visita oficial al país poco después de que también lo hiciera el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo.
Alrededor de 6,3 millones de israelíes están llamados a votar en alguno de los 10.000 colegios electorales en una jornada donde la seguridad movilizará a 17.000 agentes, policías fronterizos y voluntarios con el fin de garantizar el orden público.