Un equipo de científicos desvela la primera imagen de un agujero negro
- La histórica fotografía corresponde a un agujero negro supermasivo ubicado a 53,3 millones de años luz de la Tierra
- Ha sido obtenida a partir de una red ocho observatorios situados en distintos puntos del mundo
Los científicos responsables del Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT) han presentado este miércoles la primera imagen obtenida de un agujero negro, uno de los grandes misterios del Universo. Es la primera evidencia visual directa de un agujero negro supermasivo y de su sombra, obtenida a partir de una red ocho observatorios situados en distintos puntos del mundo, que permitirá validar o someter a modificación la Teoría de la Relatividad General de Einstein.
"Este es el momento que hemos esperado durante un siglo. Disfruten de este momento. Sabemos de la existencia de agujeros negros desde hace muchos años, pero nunca habíamos visto uno y hay que ver para creer", ha subrayado uno de los científicos del equipo durante una rueda de prensa que ha sido retransmitida a través de internet.
El consorcio internacional Telescopio Horizonte de Sucesos (EHT por sus siglas en inglés) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han presentado la imagen simultáneamente en seis conferencias de prensa organizadas por todo el mundo para presentar los primeros resultados del proyecto EHT.
"Hemos transformado un concepto matemático, algo que se explica con fórmulas en una pizarra, en un objeto físico que se puede observar", ha explicado el italiano Luciano Rezolla, profesor de Astrofísica de la Universidad Goethe de Fráncfort y parte del equipo científico responsable del hallazgo.
La imagen se "construyó como un puzzle" a partir de diferentes fotografías tomadas en cuatro días distintos por la red de telescopios funcionando como un único radiotelescopio, ha comentado la investigadora polaca Monika Moscibrodzka,
"Nada del interior puede vivir y ser transmitido al exterior (...). No puedes ver un agujero negro, pero puedes ver su sombra, que se produce cuando la luz desaparece tras el horizonte de sucesos (del agujero)", ha explicado el presidente del consejo del Telescopio del Horizonte de Sucesos, Heino Flacke.
El EHT es un telescopio de escala planetaria, constituido por ocho radiotelescopios, que fue diseñado con el objetivo de capturar las primeras imágenes de agujeros negros.
Trascencendia científica
La histórica fotografía, obtenida a partir de una red ocho observatorios situados en distintos puntos del mundo, consiste en un anillo con una mitad más luminosa que la otra, que corresponde al agujero negro supermasivo ubicado en el centro de la galaxia M87, a 53,3 millones de años luz de la Tierra.
Haber conseguido la imagen de un agujero negro -un objeto exótico que concentra masa a una densidad que produce un campo gravitatorio de tal fuerza que ni siquiera la luz puede escapar- permitirá en última instancia validar o someter a modificación la Teoria de la Relatividad General de Einstein, al ser puesta a prueba en este entorno extremo.
Esta colaboración científica lleva dos años analizando datos obtenidos por un gran telescopio virtual de tamaño terrestre formado por ocho observatorios en cuatro continentes.
“Hoy es un día extremadamente feliz”, ha dicho el director general de la Organización Europea para la Investigación Astronómica en el Hemisferio Austral (ESO), Xavier Barcons, que ha dedicado prácticamente toda su carrera a buscar agujeros negros gigantes. El resultado es mérito, ha subrayado, de la colaboración conjunta de 16 países europeos junto con Chile, quienes tendrán que trabajar juntos por los "muchos hitos futuros" que se esperan en los próximos años.
El retrato de un misterioso fenómeno astrofísico
Los agujeros negros, imaginados a inicios del siglo XX por el físico Albert Einstein y teorizados por Stephen Hawking en los años setenta a partir de la radiación que emiten, son una masiva concentración de materia comprimida en un área pequeña que genera un campo gravitatorio que engulle todo lo que le rodea, incluida la luz.
Ese misterioso fenómeno astrofísico supone la última fase en la evolución de un tipo de enormes estrellas que son al menos 10 veces más grandes que el Sol. Cuando una "gigante roja" se acerca a la muerte, se repliega sobre sí misma y concentra su masa en una superficie muy pequeña, que se conoce como "enana blanca".
Si este proceso de gravedad extrema continúa, se transforma en un agujero negro, delimitado por lo que se conoce como "horizonte de sucesos", que es el punto de no retorno a partir del cual nada que sobrepase esa frontera puede escapar de su atracción del hoyo, y en cuyos aledaños giran aglomeraciones de gas a aproximadamente en una órbita circular.
"La astronomía es algo que no se hace solo desde tu despacho. A veces hay que embarcarse en una expedición. Y hace dos años unos científicos se embarcaron en una expedición al lugar más remoto", ha resumido en la presentación el español Eduardo Ros, coordinador del Departamento de Radio Astronomía/Interferometría de muy larga base del Instituto Max Planck de Bonn (Alemania).