Las diez claves de un 28A imprevisible marcado por los pactos, los vetos y los indecisos
- A las 00:00 arranca una campaña precedida de una precampaña bronca en la que muchos han mostrado sus cartas
- Especial: Elecciones generales 2019
La línea que divide las precampañas de las campañas electorales cada vez es más fina. Cuando los candidatos se disponen a echar el resto en los quince días que les separa de la cita con las urnas ya han hecho miles y miles de kilómetros y ya han apuntado por donde irán sus mensajes principales para atraer el voto, sus estrategias para convencer a los electores y los pactos que pretenden configurar tras las elecciones generales del 28A.
Esta precampaña ha sido de las más intensas y broncas que se recuerdan pero la batalla final arranca este jueves a las 00:00 cuando comience oficialmente la campaña de unas elecciones imprevisibles- más de un 40% de los electores dice no saber a quien votará, según el CIS- en las que la suma de partidos será decisiva y marcará el futuro gobierno de La Moncloa.
Estas son las 10 claves del 28A:
1. Un país pendiente del pactómetro
Los pactómetros echarán humo la noche del domingo 28 de abril. Todos los partidos estarán sumando sus votos y escaños pero mirando más que de reojo al resultado de los demás. El triunfo dejó de ser del que gana para ser del que suma, como dejaron bien claro los comicios más recientes: las elecciones de Andalucía. El peor resultado histórico del PP no fue óbice para llegar a la Junta.
En estas elecciones generales hay bloques más o menos naturales, bloques ya definidos, bloques deseados y bloques que pueden ser necesarios con aliados más que incómodos. En el eje clásico izquierda y derecha se mueven dos contra tres- PSOE y Podemos contra PP, Ciudadanos y Vox-. Pero hay otras sumas posibles. El PSOE no descarta pactar con Ciudadanos, pero tampoco dice 'no' al apoyo de los independentistas, con la reedicición del pacto de la moción de censura.
2. Cordones sanitarios y líneas rojas
En la mayoría de campañas los partidos juegan a no mostrar sus cartas demasiado rápido pero en esta, ya en la precampaña, los partidos se han definido marcando unas líneas rojas y unos cordones sanitarios muy claros. No es algo común. En las elecciones de 2015 y en la repetición de 2016 los partidos se negaron a mostrar sus preferencias en cuanto a parejas de baile en la campaña.
El pacto más definido hasta la fecha es el de PP y Ciudadanos. Ambos han dicho claramente que quieren gobernar juntos. En el caso del PP no quedan muchas más opciones: el PSOE es su gran rival histórico y la suma de 'populares' con otras fuerzas más a la izquierda e independentistas es antinatural e imposible. Con Vox los números no le darían, así que solo tendrían la llave de La Moncloa con el apoyo de los naranjas. El modelo andaluz es, por tanto, el sueño en Génova.
Por su parte, Cs, en su no tan larga historia política, se ha mostrado siempre dispuesto a mirar a derecha y a izquierda, hasta ahora. Se cierra a pactar con los socialistas, de tal forma que elige bando junto a los partidos más conservadores en una estrategia arriesgada con la que se les puede escapar el voto de centro. Para Ciudadanos la línea roja siempre había estado en Podemos e independentistas, pero los socialistas ya no son compañeros de pacto posible. Vox no les gusta pero le aceptan como 'formación de compañía'.
El PSOE, primero en todas las encuestas- el CIS le sitúa como claro ganador doblando al PP-, insiste en que no veta a nadie, salvo a Vox, abriendo el abanico de posibles socios, incluso los que a priori le rechazan. En referencia a Ciudadanos los socialistas dicen: "Veremos tras el 28A los que dicen nunca, nunca jamás". Podemos busca un gobierno con los socialistas en el que no admitiría pactos transversales con los 'naranjas'.
3. Los indecisos deciden
Las encuestas marcan tendencias, claro está. Son la foto fija del momento. Unos partidos las miran con entusiasmo y otros con recelo pero todos pendientes de los indecisos, ese grupo de población que puede provocar un giro inesperado a los resultados y una vuelta absoluta a las encuestas. Segun el CIS, el 41,6% de los electores aún no sabe qué papeleta cogerá. En este contexto, la campaña electoral que arranca en horas será determinante.
Según el último barómetro, los que más dudas tienen viven en Baleares, Aragón, Galicia, Navarra, Canarias y La Rioja. Por franja de edad, los más jóvenes son los que menos claro tienen por quién se decantarán hasta llegar a un 85% en los menores de 34 años que no tienen decidido el voto.
Las mayores dudas se plantean entre PP y Cs (11,9%), seguidas de la disyuntiva entre votar a PSOE y Podemos (9,1%), PSOE y Ciudadanos (8,9%) y PP y PSOE (6,6%). La volatilidad es absoluta en un escenario en el que se vota más con el corazón que con la cabeza. Y la campaña muy seguramente vayan más a tocar las emociones.
4. La España de moda es la vaciada
La España olvidada es ahora la más codiciada electoralmente. En un Congreso con 350 diputados que podría fragmentarse aún más, los partidos buscan diputados donde sea, incluida esa España vaciada que aprovecha el momento y se reivindica. El vaciamiento de más del 52% de España (según el INE) tiene una traducción electoral en circunscripciones y escaños, en función de la población censada.
En una provincia se reparten dos diputados (Soria); en ocho (Ávila, Cuenca, Guadalajara, Huesca, Palencia, Segovia, Teruel y Zamora), tres; y en diez (Albacete, Álava, Burgos, Cáceres, León, Lleida, Lugo, Ourense, La Rioja y Salamanca), cuatro. Ya son en total 66 diputados, y si se suman los cinco de Cantabria, Castellón, Ciudad Real, Huelva, Jaén, Navarra y Valladolid, el total asciende a 101. Todas estas provincias reparten casi el mismo número de escaños que las cinco provincias más pobladas: Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante y Sevilla.
5. El ataque a un rival que puede ser aliado
De los cuatro principales líderes, el único que mantiene el mantra de gobernar en solitario es el presidente del Gobierno y candidato del PSOE, Pedro Sánchez, que desea no salir de La Moncloa y que ningún partido más entre en ella. Tanto Pablo Casado como Pablo Iglesias y Albert Rivera reconocen abiertamente que la idea de mantener los gobiernos monocolor puede pasar a la historia en España.
Interiorizada la idea del pacto y el acuerdo como única forma de gobierno, los partidos buscan el triunfo propio, claro está, pero ya no desean la hecatombe de algunos rivales porque puede suponer la suya propia. Un mal resultado de Podemos podría perjudicar y mucho al PSOE y la caída de uno de los partidos del bloque de derecha esfumaría las aspiraciones de PP, Ciudadanos y Vox de llevar el modelo andaluz a España.
De esta manera, los candidatos tienen que medir el ataque al rival. Contundente para atraer a votantes con perfiles similares, pero no para hundirlos. De los guantes de boxeo en campaña, habrá que pasar a las manos tendidas y este escenario también marcará los próximos quince días de campaña.
6. Sánchez acepta a Vox y habrá un solo debate a cinco
El escenario de 'golpes' más directo será el debate a cinco ya confirmado entre Sánchez, Casado, Iglesias, Rivera y Abascal. Finalmente el líder socialista se ha decantado por este formato en una cita que organizará el 23 de abril Atresmedia.
Casado y Rivera han pedido un cara a cara al presidente, que ironiza en su respuesta: "Primero que se pongan de acuerdo en ver quién es el líder de la derecha".
RTVE Catalunya celebrará el próximo lunes 15 un debate a seis con los líderes y candidatos por Barcelona de Ciudadanos, PSC, ERC, En Comú Podem, Junts per Catalunya y PP.
7. Los duros reproches apuntan a una campaña bronca
El tono mostrado en la precampaña no hace presagiar que los candidatos vayan a protagonizar una campaña de guante blanco. Casado acusó esta misma semana a Sánchez de preferir "las manos manchadas de sangre que las manos pintadas de blanco", a lo que el PSOE contestó: "Está inhabilitado para presidir el país".
La hipérbole parece dominar así la contienda política: Rivera habla de situación de "excepcionalidad democrática", coincidiendo, pero en sentido contrario, con los independentistas que ven "reductos del franquismo" en el Estado español.
El expresidente José María Aznar reta Abascal a aguantarle la mirada diciéndole lo de "derechita cobarde" y este le responde: "Le hablo cuando quiera mirándole a los ojos". El aborto- con las polémicas declaraciones de Adolfo Suárez Illana sobre los neandertales-, la exhumación de Franco o la eutanasia han sido algunos de los temas que se han colado en precampaña, más allá del tema estrella: Cataluña, convertida en el arma arrojadiza principal.
8. Casado e Iglesias pasan examen en sus partidos
De los cuatro principales líderes, los del PP y Podemos, Pabo Casado y Pablo Iglesias, respectivamente, no solo miden su fuerza en las urnas sino también en el partido.
Casado ha tenido menos de un año para hacerse con la formación y preparar unas elecciones generales. Ha configurado un PP a su medida dejando fuera a 'sorayistas' ilustres y con un mal resultado podrían surgir voces críticas dentro de una formación más discreta históricamente que la izquierda en sus luchas intestinas.
Iglesias ha visto como el partido ha ido desintegrándose desde 2017 en Vistalegre II llegando a su crisis más virulenta hace escasos meses con la marcha final de Íñigo Errejón. Haciendo autocrítica, el líder de la formación morada reconoce que la bajada en las encuestas puede deberse al "espectáculo" que han ofrecido, en su opinión.
9. ERC y JxCat, su guerra particular por liderar el soberanismo
Con cabezas de cartel encarcelados, ERC y JxCat libran su batalla particular por liderar el soberanismo catalán. El último CIS sitúa a los republicanos muy por encima de los postconvergentes con una horquilla de entre 17-18 diputados, frente a los 4 o 5 con los que se quedaría JxCat.
La estrategia electoral ha sido la misma: elegir a figuras simbólicas- Oriol Junqueras y Jordi Sànchez- como candidatos a pesar de que no pueden hacer una campaña al uso por estar en prisión y las cabezas visibles serán Gabriel Rufián y Laura Borràs. El adelanto electoral imprevisto para este 28 de abril provocó la coincidencia en el tiempo con el juicio del 'procés' que seguirá su curso durante esta campaña y estará más que presente en los mensajes de los líderes.
10. Ciclo electoral hasta mayo, como mínimo
Sin respiro, los partidos tendrán que asimilar los resultados de estas elecciones generales con la vista puesta en las siguientes: las elecciones municipales, autonómicas y europeas. Tan solo doce días después de la cita para elegir presidente, arrancará la campaña para esos comicios del 26 de mayo, un escenario que tendrá consecuencias directas en las negociaciones para formar gobierno que podrían complicarse ante la cercanía de ambos comicios.
El 23 de mayo, a día de cerrar esa segunda campaña del año, es la fecha límite para la constitución de Congreso y Senado y los partidos con posibilidades de gobernar, casi por fuerza, tendrán que haber apuntado preferencias de pacto. Siempre y cuando no asome el fantasma de la repetición electoral y de la ingobernabilidad. No sería la primera vez.