Raquel Riba Rossy: "Lola Vendetta ha envainado la espada"
- La dibujante presenta su nuevo libro: Lola Vendetta y los hombres
- “Es el primer grito pacífico de Lola”, asegura la autora
Raquel Riba Rossy (Igualada, 1990) lleva cinco años siendo un símbolo del feminismo combativo gracias a las exitosas viñetas de su personaje, Lola Vendetta, que reivindica, Katana en mano, la igualdad real entre hombres y mujeres. Pero con su tercer libro, Lola Vendetta y los hombres (Lumen) la joven autora parece haber envainado su famosa espada.
“Este libro -asegura- es un alto a las armas del personaje, al menos temporalmente. Es el primer grito pacífico de Lola Vendetta. Lola ha envainado la espada pero la deja a mano, por si acaso. Porque es un personaje que nació de la beligerancia y no la puedo enjaular en un mundo naif en el que no pasen cosas por las que sienta que no tiene que luchar. La lucha que inició ya ha acabado pero no sé si habrá que desenvainar la espada en otro momento”.
Un sorprendente cambio que obedece a la necesidad de mayor diálogo entre hombres y mujeres que, según Raquel: “También es un cambio por necesidad personal. Siempre intento volcar mis necesidades personales en mí trabajo. Y ahora necesitaba dejar de hablar de Katanas, de guerras… y empezar a entender el mundo de otra manera. Lola Vendetta siempre ha ido de la mano conmigo hasta el punto de que no sé distinguir dónde acaba una y dónde empieza la otra”.
En cuanto a las nuevas armas de Lola, Raquel asegura que: “Más bien las llamaría herramientas. Y hay una herramienta muy útil que es la pregunta. En cualquier momento, en cualquier discusión hay que preguntar que está sucediendo, si realmente entendemos bien lo que hay en el fondo de las emociones. Porque muchas veces hablamos de cosas que parecen superficiales pero tras ellas se esconden miedos; como el miedo al rechazo, al fracaso… Por eso en cualquier tipo de relación hay que preguntar, estar verdaderamente interesado en entender al otro”.
“Tengo una katana que uso para limpiar el jardín”
Lo sorprendente es que, al igual que su personaje, Raquel tiene una espada en casa: “Tengo Katana que me regaló César, mi pareja, pero solo la uso para podar el jardín” (ríe)
César también ha tenido algo que ver en ese cambio de actitud de Lola Vendetta. “Este libro –asegura Raquel- ha sido un trabajo en pareja. Surge de haber encontrado a un hombre dispuesto a deconstruirse y a entender que no todo lo ha creído que era normativo tenía que seguir siendo así. Hemos trabajado estas cosas como pareja”.
El personaje nació en 2014 y en estos cinco años, Raquel piensa que las cosas están empezando a cambiar entre hombres y mujeres. “Me gusta pensar que cada vez hay más personas, de ambos sexos, que empezamos a señalar esas cosas que son tóxicas. Antes las teníamos admitidas como normales y pensábamos que no había nada que hacer contra ellas. Pero ahora las señalamos, decimos: “eso es tóxico”, lo que es un paso muy importante”
“Creo sinceramente que estamos bien encaminados para encontrar la solución al problema –añade-. Algunas personas ya lo habrán encontrado. Pero es un camino muy personal, porque en una relación interviene lo que tú decides que eres en ese momento pero también lo que has heredado de tu familia, lo que has visto en casa… todas esas cosas que ni te has dado cuenta de que te tienes que cuestionar. Son muchos factores”.
Lola Vendetta ha recorrido los institutos
Una prueba de la enorme popularidad de Lola Vendetta es que su autora ha hecho una gira por institutos del Alto Aragón para hablar a los chavales sobre la igualdad y el empoderamiento femenino. “Una de las claves en este proceso -asegura- va a ser ayudar a que la gente, los niños, las niñas… se den cuenta de que son responsables de cómo deciden vivir. De que son responsables de su propia historia”.
Raquel afirma que esa gira: “Ha sido una experiencia brutal, porque me recordaba a mí misma de niña y me daba miedo encontrarme con el arquetipo de adolescente supercruel. Pero me encontré con todo lo contrario. Me he dado cuenta de que los adolescentes, si les hablas desde el corazón y compartes con ellos las cosas que te han pasado, te comprenden perfectamente. Me da la sensación de que en algunas cosas van como diez pasos por delante de nosotros y que empiezan a entender el mundo implicando necesariamente una educación emocional”.
“Me gustó mucho ver que en la mayoría de institutos se está trabajando eso –añade- porque creo que la educación es lo más importante. Entendiendo que la educación no se acaba a los veintitantos cuando sales de la Universidad, sino que es una cosa que dura toda la vida. Aunque haya un momento en el que empieces a ser autodidácta y empieces a decidir por ti mismo lo que te interesa en la vida. Eso es lo difícil, escoger tu próximo trabajo y ser lo suficientemente valiente para llevarlo a cabo. La educación y el trabajo personal lo son todo. Cada uno tenemos que hacer lo que esté en nuestra mano para construir un mundo mejor”.
Un proceso de transición
En cuanto a si es difícil ser mujer en la actualidad, Raquel nos comenta que: “Sufro o disfruto de optimismo y no quiero pensar que ser lo que soy es difícil. Estamos en un momento de transición y creo que puedo hacer cosas para colaborar en ese proceso de transición. Y eso es lo que intento hacer”.
“El actual proceso de empoderamiento -añade- no es solo subir la autoestima, sino darnos cuenta de todas esas cosas que hemos ido aprendiendo, de esos roles femeninos que nos han faltado en esos campos que queremos conquistar en la vida. Especialmente laborables, porque la mayoría de nosotras no tenemos en la familia mujeres empresarias ni emprendedoras… Tenemos que construir solas esos referentes. Creo que ese es uno de los trabajos individuales más importantes y que más pueden costarnos. No creernos lo que hemos visto, y que nos parece lo correcto, sino hacer un poco lo que nos dé la gana. Buscar nuestro propio camino”
El cómic incluye una carta en la que Raquel justifica el cambio de actitud de Lola Vendetta e invita a los hombres: “A formar parte del feminismo. Hombres y mujeres tenemos que cuestionarnos muchas cosas. Tiene que haber un equilibrio y creo que los cambios ya están sucediendo”.
“En la carta –añade- también invito a los hombres a no participar en esas conversaciones que degradan a la mujer y a los derechos humanos en general. Al final es un tema de derechos humanos”.
Al principio me afectaba mucho que me llamaran “Feminazi”
El espíritu combativo de Lola Vendetta ha hecho que algunos degenerados la calificaran de “Feminazi”. “He aprendido a solo sudar un poco cuando me lo dicen, porque al principio me afectaba muchísimo. Y yo no estoy haciendo nada malo. Creo que cuando te encuentras con esta palabra son insultos de los "hater" para que no sigas tu camino. Y yo me lo he tomado como un reto, como una especie de carrera de obstáculos que tengo que saltar por encima. Son personas que intentan cortar nuestro crecimiento como mujeres y decido pasar de estas personas y seguir creciendo personal y laboralmente”.
En el libro también asegura que "el feminismo no se sufre, sino que se disfruta". “Cuando empecé a hablar de feminismo también comencé a sufrir mucho. Tengo una amiga, Lola Gómez (eresunacaca), que es feminista, y siempre dice que el feminismo es una putada porque te das cuenta de lo jodido que es lo que sucede en el mundo y te empiezas a cagar en todo. Porque no sabes por dónde empezar a solucionar los problemas de igualdad”.
“En un momento dado -añade- me dí cuenta de que no estaba mejor con el feminismo, sino peor; hasta que decidí girar la tortilla. Porque mirando herencias culturales una de las que más me chirriaba era la de la mamá sufridora y en la sombra, que parece el ejemplo de que para amar algo hay que sufrirlo. Eso tiene mucho que ver con los arquetipos de la religión católica. La Virgen María ni siquiera tuvo un orgasmo antes de ser madre. Creo una de las cosas más revolucionarias que podemos hacer las mujeres es reivindicar a través del placer y del disfrute. Porque eso rompe con ese arquetipo de mujer sumisa no sexual, sino solo maternal y cuidadora”.
Sobre lo que podemos aportar los hombres en esta búsqueda de la igualdad, Raquel asegura que: ”Simplemente deberíais reflexionar hasta qué punto vuestra vida ha sido cómoda porque ha habido mujeres que han estado trabajando por vuestra comodidad. Yo también me lo planteé en un momento dado: mi madre lleva toda la vida currando para mí y nunca nadie le ha dado un aplauso porque se entiende que lo tenía que hacer, que ese trabajo afectivo no merece ningún tipo de recompensa ni de remuneración. Ese es el primer ejercicio que cuestiono a mis amigos, que se pregunten quién ha sostenido su comodidad en todos los sentidos. Dependerá mucho de la historia de cada uno, pero en la mayoría de esas historias las mamás serán las mamás las que han estado siempre ahí sin recibir ninguna remuneración”.
"Es urgente el empoderamiento profundo"
En cuanto a las mujeres: "Es urgente el empoderamiento profundo -asegura-. Afrontar que venimos cargando con unos referentes de una mujer muy poco empoderada, a la que sistemáticamente se pone en el lado más bajo de la jerarquía familiar y empresarial. Porque hemos aprendido que así es como tenía que ser. Ahora nos toca romper con esas ansiedades, miedos y barreras mentales que se nos generan por la educación y los referentes”.
Raquel está metida también en el proyecto reEvolución Femenina, centrado en el empoderamiento de la mujer: “Nació entre Ana Cascales, Sebastián Trujillo, César Viejo, mi pareja, y yo. Un día estábamos viendo Instagram y comprobamos que había muchas mujeres que se cuestionaban un montón de cosas sobre las viñetas de Lola Vendetta. Y decidimos crear un espacio en el mundo real, en el que pudiéramos hablar sobre estos temas. Repasando cada ámbito de la vida. Es un círculo de mujeres en el que nos planteamos la educación financiera que hemos tenido, la sexual, la familiar… por ejemplo, nunca nos han enseñado a cuidar nuestro cuerpo, nuestro suelo pélvico…múltiples temas que se han borrado. Es un poco recuperar la memoria de lo que son las mujeres y enseñarlas a recuperar su vida. Ayudarlas a sentir que tienen por dónde empezar a aprender”.
En cuanto a sus proyectos, Raquel asegura que: “Hay uno aquí en Madrid, para antes de verano, que no puedo contar pero que va a ser muy grande y muy bonito. Además estoy empezando a cantar; que es algo que me daba mucho miedo. Y estoy abierta a nuevos libros de Lola Vendetta o de lo que surja. Lo que me pida el cuerpo. Ahora estamos escribiendo, con mi pareja, con César, un cómic largo de Lola, no solo viñetas sueltas. ¡Y con un montón de personajes nuevos!”