'Buñuel en el laberinto de las tortugas', la película española de animación del año
- La cinta ha conseguido varios premios y se estrena este viernes, 26 de abril
- El director de arte, José Luis Ágreda, nos cuenta cómo se ha hecho la película
- Se basa en la novela gráfica de Fermín Solís y está coproducida por TVE
Este viernes 26 de abril (el mismo día que se presentó Las Hurdes de Buñuel, en 1933) se estrena la película española de animación del año: Buñuel en el laberinto de las tortugas; la adaptación que Salvador Simó ha hecho de la novela gráfica de Fermín Solís.
Un título muy esperado, que está participado por TVE, que se ha vendido a casi 40 países, y que viene precedido por su éxito en varios festivales nacionales e internacionales de Los Ángeles, Miami, Málaga, Tenerife o Miami.
En RTVE.es ya hemos entrevistado a su productor (Manuel Cristóbal), a su director (Salvador Simó) y al autor de la novela gráfica (Fermín Solís); y ahora hablamos con su director de arte, José Luis Ágreda, que nos va a desvelar los secretos de esta película. Por cierto que también os recomendamos la exposición El arte de Buñuel en el laberinto de las tortugas, que podéis ver en la Academia de Cine, en Madrid, hasta el próximo 31 de mayo.
De la novela gráfica a la película
José Luis Ágreda confiesa que este proyecto ha sido un gran reto para él y nos explica la labor de un director de arte: “Lo que hacemos es intentar transformar las ideas que tiene el director de la película en algo visual. Qué estilo busca, qué quiere transmitir… preparamos el estilo de la película, de los personajes, el tipo de línea que se va a trabajar… y le presentamos distintas opciones al director para que elija, ya que él tiene la decisión final”.
Transformar las viñetas fijas en secuencias animadas no es fácil, como nos comenta José Luis: “En la parte gráfica se ha cambiado mucho respecto al cómic. Son medios distintos, autores distintos, con distintas intenciones… Creo que la película y el libro son como dos objetos complementarios. Aquí buscamos una audiencia mayor a través de un dibujo más amable. El de Fermín es más agresivo, más personal y expresionista… y además en blanco y negro. Y en la película queríamos color, con personajes que despertasen más empatía…”
Por eso, José Luis Ágreda confiesa que: “El cómic es el punto de partida pero la película es muy diferente. Fermín fue muy amable al comprenderlo y apartarse, porque ya había contado la historia a su manera, y nos dejó contarla a la nuestra. Se parte del mismo punto de partida pero se metió más background de los personajes, de Ramón, de Acín, de su infancia. Y cosas que en el libro eran más de diálogo aquí se hacen de forma visual, a través de flashbacks, sueños… Y a nivel gráfico hemos respetado muy poco, porque buscamos cosas muy diferentes”.
José Luis confiesa que la obra de Buñuel ha estado muy presente durante toda la elaboración de la película: “La película de Buñuel ha sido esencial, ha sido el punto de partida. Una cosa muy importante de nuestra historia es que, cuando Luis está rodando, no dibujamos lo que está grabando sino que dibujamos al equipo y luego incluimos las imágenes reales del documental. Y es que queríamos que el público diferencie lo que Luis estaba viendo y lo que grabó”.
“En la parte de los sueños -añade- también hemos metido fetiches de la vida y la obra de Buñuel, como las piernas ortopédicas. O escaparates con tambores… como pequeños huevos de Pascua”
La historia de una amistad
La película cuenta la amistad de Luis Buñuel y Ramón Acín, que prometió al director que, si le tocaba la Lotería de Navidad, le pagaría el documental que quería hacer. Y cumplió su promesa, lo que permitió que ambos viajaran a Las Hurdes donde Buñuel rodó Las Hurdes, tierra sin pan, un título mítico en la historia del cine.
El personaje Buñuel es muy interesante porque no se ha dulcificado ni en el cómic ni en la película. “Lo más atractivo de Buñuel es que el espectador quiere quererlo, pero no es fácil; porque acabas preguntándote: ¿Por qué hace las cosas que hace?”, afirma José Luis.
“Ramón Acín es el contrapunto perfecto –añade- porque es el que da cierto sosiego al espectador, que se identifica con él y piensa “A ver si consigo hacerme amigo de Buñuel a pesar de esas cosas tan raras que hace”.
En cuanto al diseño de ambos personajes: “Se intentó que hubiera los suficientes elementos reconocibles para identificar a Buñuel y a Ramón -nos cuenta-. Pero sin olvidarnos de que eran nuestros personajes. Porque esto es un cuento, es nuestra visión de lo que pudo ser. Una vez que ya teníamos el parecido intentamos que ambos funcionaran como pareja en la película. Si uno es más extrovertido, que lo reflejasen sus gestos, y el otro lo contrario... funcionan como una pareja”.
Destacar el mimo que han puesto en los personajes, hasta en el más secundario. “Huíamos de los personajes estándar. Aunque alguno saliera muy en el fondo le dábamos una personalidad propia copiándolo de fotografías de la época. No hacíamos ancianos genéricos sino que buscábamos gente real. Nos interesaba que el universo fuera muy convincente”.
Dibujando Las Hurdes
El equipo hizo varios viajes a las Hurdes para tomar apuntes del natural. “Cuando dibujamos los pueblos, que era la parte más importante de fondos para el equipo de arte -asegura José Luis-, queríamos transmitir esa dureza, la cosa áspera del territorio, las condiciones en que vivía esa gente. No queríamos embellecer nada, ni que el diseño no hiciese más digerible esa realidad. Por eso buscamos la espontaneidad de los apuntes, que se notase el trazo del lápiz, que las imágenes pareciesen acuarelas, que tuvieran esa espontaneidad y dureza desde la propia realización”.
El color también es muy importante como nos explica el director de arte: “Se buscó que el color tuviera unas intenciones precisas. Da información de lo que está pasando: si es de día, de noche, el tema de la luz. Pero también tiene un sentido emocional; y hay temas que van asociados a distintos colores, para dar pistas de manera subconsciente al espectador”.
“Por ejemplo –añade- uno de los temas principales, que es la amistad de Ramón y Luis va con tonos en rosa y salmón, porque es un color más cálido y más de cercanía. Y los momentos más de crisis creativa y emocional van asociados al amarillo. Hay otros muchos símbolos que hemos usado en la película. Vamos dando muchas pistas con esos recursos gráficos, que usamos para retransmitir sensaciones”.
La película comienza en París, donde Buñuel intentó conseguir trabajo sin conseguirlo. “Hemos intentado que hubiera mucha diferencia entre París y las Hurdes. En las Hurdes no hay líneas rectas porque eran casas hechas por los hurdanos con piedras, pizarras… es todo muy puntiagudo, muy roto… Sin embargo, en París vemos muchas líneas rectas, en fachadas, es todo más ortogonal. Enfrentamos el orden de la ciudad de París con el caos de Las Hurdes”.
La exposición
Como os comentábamos al principio, hasta el próximo 31 de mayo puede visitarse, en la Academia de Cine de Madrid, la exposición: El arte de Buñuel en el laberinto de las tortugas. “Veremos el proceso que nos ha llevado a hacer este tipo de estética y personajes, de forma muy didáctica -asegura José Luis-. La hemos dividido en varias partes empezando con una presentación de Luis Buñuel. Seguimos con la película y el diseño de los personajes principales (Buñuel y Ramón). Veremos cómo se fueron perfilando los personajes, con pequeños textos explicativos, y las intenciones que había. Por ejemplo: cómo buscábamos esa dureza en el estilo”.
"Y en la última parte hablamos de la luz y del color –añade-, que yo creo que es la parte más curiosa porque no se suele mostrar tanto. Veremos el guion gráfico de toda la película, en lo que respecta al color, para ver cómo fue evolucionando en las diferentes escenas. Y lo vemos usando ejemplos de fondos en la propia película”.
Destacamos la versión de algunos carteles de películas de Buñuel, que José Luis Ágreda ha realizado por amor al arte: “Me encanta hacer carteles. Y como publicamos también el libro de arte de la película, en el que hay una parte sobre la carrera de Buñuel, me apetecía hacer versiones personales de los posters originales”.
En cuanto a sus proyectos, José Luis confiesa que: “Busco proyectos nuevos de animación y sigo con temas de ilustración, cuentos… el cómic lo tengo abandonado porque me parece un trabajo de titanes y ya me voy haciendo mayor para esos esfuerzos. Admiro mucho a los que hacen novelas gráficas porque su trabajo es brutal”.
Os recordamos que Buñuel en el laberinto de las tortugas se estrena este 26 de abril y que podéis visitar la exposición hasta el 31 de mayo.