Sri Lanka rebaja en un centenar las víctimas de los atentados mientras siguen investigando los fallos de seguridad
- El miércoles el Gobierno cifró en 359 el número de muertos en los ataques que ha sido revisado a 253
- El secretario de Defensa ha renunciado tras conocerse que tenía información sobre posibles ataques y no actuó
Las autoridades de Sri Lanka han reducido este jueves a 253 el número de muertos en los atentados contra iglesias y hoteles de lujo del pasado domingo, casi cien menos de los reportados previamente, un descenso que han explicado por la dificultad de contabilizar los miembros amputados.
"A día de hoy, el número de muertos en el ataque terrorista del domingo ha sido revisado a 253, y no 359 como había sido informado anteriormente", ha informado el director del departamento de comunicación del Ministerio de la Salud, Prasanna Adikari, en un comunicado.
Las investigaciones sobre lo sucedido continúan después de que se revelara que los organismos de seguridad del país recibieron con antelación información sobre la serie atentados que tuvieron lugar el domingo y el secretario de Defensa, Hemasiri Fernando, ha renunciado a su puesto, algo que le pidió el miércoles el presidente del país, Maithripala Sirisena.
El secretario de Defensa ocupa el tercer puesto en la cadena de mando de este despacho tras el presidente del país, Maithripala Sirisena, que posee también el cargo de ministro de Defensa, y al que sigue el viceministro de Defensa, Ruwan Wijewardene.
"Lapsus" en los equipos de inteligencia
Wijewardene reconoció el miércoles que hubo un "lapsus" dentro de los equipos de inteligencia del país que recibieron información de los ataques hasta incluso horas antes de que fueran cometidos, pero que "decidieron" deliberadamente no informar a Sirisena ni al primer ministro de la nación, Ranil Wickremesinghe. Así se incumplieron los protocolos para llevar la información al nivel más alto, razón por la que las autoridades admiten no haber actuado "oportunamente".
Fernando afirma en su carta de renuncia que como secretario de Defensa había difundido "sistemáticamente la información de inteligencia recibida sobre los ataques a los funcionarios y departamentos competentes" y que cumplió con su "deber".
"Pero algunos oficiales y departamentos clave no actuaron en consecuencia y como resultado hemos tenido que enfrentar esta situación. Voy a renunciar para facilitar la investigación al comité encargado", ha anunciado.
Gran despliegue de seguridad
Sri Lanka toma medidas para enmendar el gran fallo de seguridad que impidió evitar la tragedia, al tiempo que mantiene la alerta ante la amenaza de que "pueda haber más ataques".
Las autoridades han desplegado casi 4.000 militares con poderes especiales de búsqueda y detención sin orden judicial a petición del presidente y han detenido ya a unas 70 personas. También se han incautado armas y explosivos en varios puntos de la ciudad y sus alrededores. Ha habido una varias explosiones controladas y una cuya causa se desconoce en una localidad cercana.
La investigación sigue apuntado al grupo islamista local National Thowheeth Jama'ath (NTJ), y al apoyo económico y logístico desde el extranjero. Los investigadores han identificado a ocho de los nueve terroristas suicidas, confirmando su buena posición económica y social. La mayoría tenían estudios universitarios y han vivido y se han formado en el extranjero.
Gran Bretaña ha desaconsejado a sus ciudadanos viajar al país asiático.
Las autoridades no descartan más ataques y las alertas se suceden. Durante unas horas se ha bloqueado el acceso al Banco Central de Colombo y al aeropuerto.
Control de "puntos vulnerables"
En total, 3.984 militares proveerán seguridad a iglesias y otros edificios religiosos, así como a otros "puntos vulnerables", en coordinación con la Policía. También en el Hotel Kingsbury de Colombo, uno de los atacados, que va a reabrir sus puertas. La sala de desayuno donde se produjo la explosión permanecerá cerrada mientras miembros del FBI, que colaboran con las autoridades locales, continúan con la investigación.
El despliegue militar incluye controles en carreteras, controles de vehículos y patrullas a pie, entre otras medidas. Los poderes especiales al Ejército fueron acordados por el presidente Sirisena para "mantener el orden público".
Recomendación de no acudir a oficios religiosos
Líderes religiosos y políticos de distinto signo se han reunido para tratar la situación tras los atentados, reivindicados el martes por el grupo yihadista Estado Islámico (EI). Las misas del domingo no han sido anuladas por completo en la nación asiática, en la que los cristianos representan un 7,4% de la población, pero las autoridades religiosas han dejado la puerta abierta a los curas locales para suspender los oficios, el arzobispo ha decidido igualmente dar libertad a los creyentes para no acudir a los oficios y ha anunciado que están organizando misas en televisión y en la radio.
Los creyentes que decidan acudir a misa el domingo lo harán entre medidas de seguridad reforzadas, con voluntarios que ayudarán a la Policía a registrar a los asistentes a la búsqueda de explosivos.
Más claro ha sido el Gobierno y una asociación de clérigos islámicos con respecto a los rezos colectivos del viernes: es mejor quedarse en casa y no acudir a las mezquitas, han dicho. El ministro de Asuntos Religiosos Musulmanes, Abdul Haleem Mohamed Hashim, ha pedido a los musulmanes no acudir a las plegarias del viernes "como signo de solidaridad con la comunidad católica y muestra de protesta contra el acto bárbaro de los despiadados terroristas".
La comunidad musulmana de Sri Lanka, que representa el 11% de sus habitantes (frente al 7% de cristianos, el 67% de budistas y el 15% de hinduistas) teme también represalias por los atentados.
Entre los fallecidos hay 39 extranjeros, dos de ellos españoles, María González Vicente, de 32 años, y Alberto Chaves, de 31, que llegarán el viernes a nuestro país, después de acelerar el proceso de repatriación.