Marco & María escriben las 'Memorias de una aguja'
- Los tinerfeños rinden tributo a las tradiciones y la artesanía canarias
- La sensualidad sube de intensidad pero la elegancia se mantiene intacta
'Memorias de una aguja' es más que la nueva colección de Marco & María, es una oda a la costura, una declaración de amor por el oficio y sobre todo un sentido homenaje a la artesanía popular canaria y las tradiciones, esas que pasan de generación en generación.
Los tinerfeños recuperan técnicas como el calado canario, que se utiliza para manteles, colchas y piezas del traje regional, y lo recrean en vestidos que entre sus costuran esconden siglos de historia y el mimo que las caladoras emplean para trabajar con sus manos en el bastidor.
Y es ese mimo el que ellos ponen en cada vestido. Pero también en el estilismo, en los complementos, en el desfile. La música, escogida con cariño, envolvía a las modelos que, cuando abandonaban la pasarela se ponian a bailar, creando momentos mágicos que el público no pudo ver. Los cambios sociales han obligado a la moda a redefinir conceptos como femenino o elegancia pero hay uno que sigue intacto: el romanticismo.
Romántica es su colección, que deja atrás su aclamada paleta de tonos empolvados, sobre todo los azules y verdes suaves, para exprimir todas las opciones del blanco que van desde las transparencias del agua a la fuerza de la plata. Y lo hacen para crecer, para avanzar y proponer cosas nuevas, pero también porque les han copiado hasta la saciedad, dentro y fuera de las islas. Ellos, muy educados nunca lo dirían, pero agradecen que se lo digan.
En su bandera de tejidos vemos chiffon de seda, algodón de seda para los trabajos de calado, tul en tonos degradados y tul plisado, plumeti... "Hemos mezclado muchos tejidos y menos colores", cuentan, y muestran un vestido en malla metalizada tintada en plata vieja, plata brillo y blanco, una idea que se ofrece también jugando con el rosa. "Nos pedían más novia, y por eso hemos utilizado tantos blancos", dice Marco.
Las flores siguen estando presentes aunque ahora dejan el protagonismo a delicados lazos que se aplican a las cinturas y bordados geométricos, a veces formando cenefas que decoran vestidos y capas de tul de seda.
El patrón también ha variado, y aunque seguimos viendo faldas con volumen, se apuesta ahora por una silueta vertical, otra de las novedades. Lo vemos en un vestido que parece estar hecho con tejido de malla pero en realidad son bordados hechos con maestría y, sobre todo, buen gusto. "Hay también un gran trabajo de cadenas, que parecen cadenas reales pero son bordados", añade María, mientras pasa sus dedos por la delicada filigrana.
Elegantes son sus transparencias que permiten el paso de la luz para recrear ese aire romántico y elegantes son sus diseños más atrevidos, como los vestidos con tirantes finos y escotes generosos, piezas de una sensualidad y una sofisticación muy contenidas. De nuevo colaboran con Martina Dorta para los accesorios y en esta ocasión ha hecho brazaletes y un delicioso tocado inspirados en los alfileteros, joyas de autor que se suman a ese homenaje a las manos de las modistas que tejieron los sueños de María y de Marco. Ahora son ellos los que visten los sueños de sus novias y lo hacen maestría y con la experiencia y sabiduria adquiridas en los más de 25 años que llevan 'enganchados' a su profesión. Es la memoria de sus agujas.