España vota pendiente de unos pactos que llevarían al primer gobierno en coalición de la democracia
- Casi 37 millones de españoles acuden este domingo a votar en unas elecciones imprevisibles
- Los partidos cuentan sus votos y los de sus posibles aliados. Especial: Elecciones generales 2019
Casi 37 millones de españoles acuden este domingo a votar pendientes de unos pactos postelectorales que lo decidirán todo y que podrían llevar a un posible escenario de Gobierno en coalición, inédito en España. En un país con poca cultura de alianza política, los candidatos asumen, y así lo han reconocido con mayor o menor contundencia, que es posible que tengan que invitar a su Consejo de Ministros a políticos de otras formaciones.
El estado del bipartidismo, el empuje de los que en 2015 irrumpieron como aire fresco y buscan ahora su consolidación, la segura entrada de la ultraderecha en el Congreso de los Diputados con Vox, una mayor fragmentación con partidos más que antagónicos, la participación y la decisión final de los muchos indecisos son algunas de las claves de estas decimocuartas elecciones generales. Podrán votar más mujeres que hombres-17.961.501 frente a 16.838.498- y 1.157.196 jóvenes podrán ejercer este derecho por primera vez, además de las 100.000 personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental que votarán por también primera vez, en cumplimiento de la nueva ley electoral.
En horas- a partir de las 21:00 de este domingo- se habrán despejado todas las incógnitas de unas elecciones en boca de todo el mundo, quizá más que nunca. Una vez depositado el voto, la suerte estará echada no solo para el país, sino para los partidos y sus candidatos que pueden vivir auténticos terremotos en función de unos resultados que les llevarán al cielo de La Moncloa o al infierno de los suelos electorales y las crisis internas.
Si por algo se ha caracterizado esta campaña electoral ha sido por la claridad con la que algunos candidatos han reconocido que las mayorías absolutas han muerto de forma definitiva y los gobiernos monocolores han podido llegar a su fin. La política de bloques vivida en precampaña y campaña augura unas posibles mayorías que podrían darse tras este 28A.
Estas son las posibilidades de Gobierno tras las elecciones, aunque si algo ha demostrado la política española en los últimos años es que no hay que dar nada por seguro dado su imprevisibilidad y su capacidad para sorprender.
Gobierno de izquierdas con PSOE y Unidas Podemos
El presidente del Gobierno y candidato del PSOE, Pedro Sánchez, ha sido el líder más reticente a asumir que los pactos de investidura deberán convertirse en alianzas de gobierno tras este 28A, salvo que las encuestas hayan errado de forma estrepitosa. Sigue abogando por un gobierno en solitario formado por socialistas e independientes, apoyado, eso sí, por otras formaciones; y, aunque sitúa como socio prioritario a Unidas Podemos, solo descarta llegar a acuerdo alguno con Vox.
No existe encuesta que no le sitúe como ganador de las elecciones pero Sánchez afronta esta cita con la certeza de que la victoria no tiene por qué ser sinónimo de gobierno. Son sus terceras elecciones y en las dos anteriores cosechó los peores resultados históricos para el PSOE, que se hundió hasta los 85 diputados.
Por su parte, el candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, no ha escondido que quiere formar un Ejecutivo con el PSOE, con el que ha mejorado más que considerablemente su relación. Ahora aspira a que juntos, PSOE y Unidas Podemos, sumen mayoría absoluta. Lejos quedan ya los tiempos en los que los socialistas vivían aterrados ante la posibilidad de 'sorpasso' de los morados, que ahora apelan al espíritu de la remontada para no perder los 71 diputados que defienden en el hemiciclo con la suma de unas confluencias que ya no están unidas. Esta vez Iglesias dice poner por delante el programa de los ministerios, pero no oculta que quiere entrar en el Ejecutivo y todo apunta a que exigirá no solo influir, sino decidir.
La suma del bloque de la moción de censura
PSOE, Unidas Podemos, PNV, ERC, JxCat, Compromís, EH Bildu y Nueva Canarias. Todos ellos sumaron los 180 diputados que llevaron a Sánchez a La Moncloa tras una histórica moción de censura que expulsó al PP de Mariano Rajoy del Gobierno.
Esa amalgama de partidos conlleva unos altos riesgos para Sánchez si los necesita para reeditar su Ejecutivo. Las fuerzas independentistas le hicieron presidente pero fueron ellos los que tumbaron su Gobierno al no aprobar sus presupuestos, abocando al adelanto electoral que este domingo se hace efectivo. El complicado conflicto con Cataluña y su desafío soberanista hace que los partidos independentistas planteen condiciones "imposibles" para el PSOE, como poner sobre la mesa el derecho de autoderminación en Cataluña, al que Sánchez ya ha dicho "no es no".
De ser esa la única mayoría posible, la sombra de la ingobernabilidad y la repetición de elecciones cobraría fuerza ante unas negociaciones que se antojarían más que complicadas, más aún con unos líderes que tomarían decisiones desde la cárcel a la espera de una sentencia en el juicio del 'procés' para los próximos meses.
Si no son necesarios los votos de los republicanos y los exconvergentes y a Sánchez le dan los números con Unidas Podemos y PNV, las posibilidades se abren más con unos nacionalistas vascos, que tienen ya matrícula de honor como llave de Gobierno para gobiernos tanto socialistas como 'populares'.
Modelo a la andaluza con PP, Ciudadanos y Vox
El 2 de diciembre de 2018 se convirtió en una fecha histórica en Andalucía. Tras casi 40 años de hegemonía socialista, un pacto de gobierno entre PP y Ciudadanos y de investidura entre PP y Vox expulsaba del Palacio de San Telmo a una Susana Díaz a la que el triunfo electoral le servía de absolutamente nada. El miedo de Sánchez es seguir los mismos pasos que la líder andaluza.
Las tres formaciones, que han vivido la lucha más encarnizada de la campaña, tienen claro que si suman, pactarán para gobernar. El bloque de la derecha ha sido el más bronco y el que más se ha atacado, en lo que ha sido una novedad también en estas elecciones ya que la izquierda tiende más al 'apuñalamiento político' que la derecha, pero 'populares' y naranjas ya han dejado clara su intención de entenderse para echar del Gobierno a Sánchez, su máxima prioridad.
En estas elecciones quien sueña con 'sorpassar' al PP es el candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, que fue el primero en ofrecer directamente al líder 'popular', Pablo Casado, un pacto de gobierno. La previsible fragmentación de la derecha y la irrupción de Vox convierte en casi imposible que el PP mantenga los 137 escaños que defiende, mientras que Ciudadanos parte desde bastante más abajo, con 32 diputados.
Para Vox y su líder, Santiago Abascal, cualquier resultado es un triunfo sin ambages. Casi 40 años después de que Blas Piñar dejara su escaño en el Congreso de los Diputados, donde se sentó de 1979 a 1982, la ultraderecha convivirá en un Congreso en el que tendrán que hablar, debatir y obligatoriamente entenderse, con constitucionalistas, independentistas y nacionalistas.
PSOE y Ciudadanos ¿se entenderán si suman mayoría?
Es otra de las combinaciones que está en boca de todos, pero que se antoja complicada, a juzgar por lo dicho por sus protagonistas. Rivera ha llevado el 'cordón sanitario' al PSOE al extremo y ya en febrero su Ejecutiva aprobó que no pactaría con los socialistas tras estos comicios. Lo ha repetido hasta la saciedad: "Con Sánchez, ni a la vuelta de la esquina".
El candidato socialista ha sido deliberadamente ambiguo preguntado por esta posibilidad: "Los que me ponen el cordón son ellos a mí", aunque ha dicho no tener "intención" de pactar con los que le rechazan claramente.
En este punto, coinciden PP, Unidas Podemos y fuerzas independentistas en que si ambos partidos suman mayoría absoluta, pactarán. Ya lo hicieron en 2016 en un acuerdo de investidura fallido.
Este domingo, cuando finalice un escrutinio de infarto, se pondrán las fichas en un tablero en el que los partidos empezarán a mover mayorías que permitirán ganar en la verdadera batalla final, que no es otra que la de gobernar.