Enlaces accesibilidad
Elecciones generales 2019

El PP se hunde y pierde más de la mitad de sus escaños en el peor resultado de su historia

Por
Pablo Casado: "El resultado ha sido muy malo"

El Partido Popular ha sufrido en las elecciones generales del 28A la mayor debacle desde que existe con sus actuales siglas. Su candidato, el debutante Pablo Casado, no solo no ha conseguido liderar una alternativa al Gobierno socialista de Pedro Sánchez, sino que ha visto hundirse a su partido en el peor resultado de sus tres décadas historia. De los 137 escaños (33,03%) de las elecciones de 2016, se ha quedado con 66 escaños (con el 99,99% de voto escrutado), un 16,7% de las papeletas, de casi ocho millones de votos a algo más de 4,3 millones. Diez meses después de la moción de censura queda un partido cortado por la mitad y a punto de ser superado por Ciudadanos.

No hay un lugar en el mapa que suponga un consuelo para el Partido Popular, ni un bastión en pie. Apeado del País Vasco, ha caído al tercer puesto en la Comunidad de Madrid, superado por Ciudadanos y por un PSOE que no era el primero en dicha región -ni en la capital- desde 1986.

Sin la baza de ser el partido en el gobierno y con todos los sondeos situándole detrás del PSOE, la apuesta del PP era igualar el balance obtenido en las elecciones andaluzas de diciembre. Entonces, el PP perdió el 30% de los votos y un 22% de su representación, pero logró la alternancia en el poder apoyado tanto en el crecimiento de Ciudadanos y Vox como en la caída de la movilización del voto de izquierda. Igualando el peor resultado de su historia, el PP de Juanma Moreno y de Pablo Casado ganó el gobierno pese a perder las elecciones, una fórmula paradójica que no ha logrado repetir.

De hecho, la caída ahora ha sido mucho más estrepitosa. El sucesor de Mariano Rajoy, pupilo político del aznarismo, se ha hundido más allá del suelo electoral de la Alianza Popular de los tiempos de Manuel Fraga. Su peor resultado histórico habían sido los 105 escaños de AP en 1986 (25,97% de los votos), muy lejos de su alcance ahora. El reciente liderazgo del novel Pablo Casado, el presidente más joven de la historia del partido, que había tenido tiempo para ahormar los equipos y el discurso del partido a su gusto, queda seriamente tocado.

Ciudadanos, a 220.000 votos del 'sorpasso'

"Desastre", "catástrofe", estas palabras se oían en la sede del PP en la calle Génova, en Madrid, mientras la dirección guardaba un silencio expectante y en la calle, bajo el balcón donde el partido celebra sus éxitos electorales, solo había silencio, con algunos periodistas como testigos mudos.

El propio Pablo Casado lo admitió a medianoche sin paños calientes, aunque sin autocrítica, en una breve comparecencia sin preguntas: "El resultado hay sido muy malo", prometiendo acto seguido "trabajar desde ahora con la máxima ilusión y responsabilidad" ante los próximos comicios municipales, autonómicos y europeos del 26 de mayo.

Aunque fuentes de la dirección aseguraron tras el cierre de los colegios electorales que había "tranquilidad absoluta" en las filas populares, otras voces hablan de una catástrofe sin paliativos, que no pronosticaban ni las peores encuestas, informa Efe. Estas mismas fuentes atribuían la fuerte caída de escaños a la estrategia realizada por Casado de escorarse hacia la derecha para combatir a Vox y dejando descubierto el centro, que ha ocupado Ciudadanos hasta casi llegar al temido 'sorpasso', a solo 200.000 votos de diferencia.

Otras fuentes del partido citadas por Europa Press aseguran que Casado es un líder "indiscutible" y descartan de plano que pueda producirse su dimisión tras esta derrota histórica.

El presidente 'popular' no se ha referido a una mala estrategia de campaña, ha agradecido su trabajo específicamente al director de campaña, Javier Maroto -que se ha quedado sin su escaño por Álava- y ha remitido posteriores consideraciones a una rueda de prensa el martes, una vez el Comité Ejecutivo -en el que estarán los 'barones' territoriales que se la juegan el 26 de mayo- haya analizado los resultados provincia a provincia.

Sin escaños en el País Vasco y solo uno en Cataluña

De ser ganador en 42 de las 52 circunscripciones en las elecciones generales de 2016, en este 2019 el PP solo es primera fuerza en cuatro provincias: Lugo, LugoOurense(en ambas empatado a escaños con el PSOE), Salamanca y SalamancaÁvila(cediendo en cada una un escaño a Ciudadanos), los últimos residuos de los antaño graneros 'populares' de Galicia y Castilla y León. En Soria mantiene su diputado, pero ya no es el partido más votado, y ha perdido la ciudad autónoma de Ceuta, donde además le ha adelantado Vox.

Ni rastro del azul del PP en el resto del mapa, a pesar de que Casado, presidente del PP desde el mes de julio, recorrió entre la precampaña y la campaña 45 de las 52 circunscripciones apelando al voto útil para tratar de conjurar las fugas hacia Vox y Ciudadanos.

El hundimiento tiene alcances muy diversos. El mismo vicesecretario de Organización del PP, Javier Maroto, se ha quedado sin escaño en el Congreso al perder el diputado 'popular' de Álava a favor del candidato de EH Bildu. Es más, el PP ha perdido sus dos diputados del País Vasco, el de Álava y el de Vizcaya.

Y en Cataluña, de los seis escaños de 2019 ha obtenido solo uno, el de su cabeza de lista en Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, uno de los fichajes más destacados de Casado y un destacado activo de esta campaña.

En la Andalucía, donde el PP consiguió un cambio de Gobierno tras 36 años de socialismo, ha caído de 23 escaños a 11, y ha caído a la cuarta plaza en Cádiz y Sevilla, y al tercer puesto en Málaga. Y en la Comunidad Valenciana ha perdido la mitad de sus votos, de 917.000 a menos de 500.000, y se ha dejado casi la mitad de los escaños (de 13 a siete).

A duras penas, el PP ha ganado el único escaño en liza en Melilla, donde a punto ha estado de arrebatárselo la Coalición por Melilla, una escisión del PSOE que incluso ha quedado por delante de este.

Las sangrías han sido abundantes: el PP se ha dejado ocho escaños en Madrid, tres escaños en Barcelona, Valencia y Murcia, y dos en otras plazas importantes como Sevilla, Zaragoza, Alicante, Málaga, Granada, Asturias, Islas Baleares o Santa Cruz de Tenerife.

Casado apunta a la "fractura" del centro-derecha

Pablo Casado comparece ante los medios arropado por la dirección del PP

Pablo Casado comparece ante los medios arropado por la dirección del PP. REUTERS

Los argumentos con los que aludía al voto útil y a la unión del bloque de la derecha le han dado la razón en Navarra, donde Navarra Suma (la unión de UPN, PP y Ciudadanos) ha mantenido los dos escaños que tuvo la coalición UPN-PP en 2016, y eso ha subrayado el propio Casado en una comparecencia sin preguntas ante los medios.

"Al fracturarse el espacio de centro-derecha se convierte en un espacio difícilmente ganador", ha lamentado. "Con igualdad de votos hemos obtenido muhcos menos escaños que algunos partidos de izquierda; por eso propusimos acuerdos preelectorales a Ciudadanos en el Senado y a Vox en el Congreso".

"El tiempo nos ha dado la razón: la ley electoral ha hecho que se haya castigado mucho la fragmentación. El resto de partidos tendrá que hacer análisis si ha merecido la pena el enfrentamiento, sobre todo en los últimos días de campaña, contra el PP, a la luz de los resultados", ha concluído.