Los ciudadanos que votaron el 1-O: "Los únicos golpes que vi fueron de la Policía a la gente"
- Niegan que hubiera agresiones previas a los agentes y solo reconocen insultos como "fruto de la indignación"
- Una mujer reconoce por primera vez en el juicio que organizaron las actividades en los colegios "para votar"
"Los únicos golpes que vi fue de la Policía a la gente". "Solo vi a la Policía dar golpes". "Allí los únicos que pegaron fueron los agentes". Los ciudadanos que estuvieron presentes en los colegios electorales el día del referéndum del 1-O y que resultaron heridos han comenzado este martes a declarar por primera vez en el juicio del 'procés' como testigos dibujando un escenario diametralmente opuesto al de resistencia "violenta" organizada que describieron los mandos y agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional que comparecieron antes ante el Tribunal Supremo.
Hasta 17 testigos propuestos por la defensa del exvicepresidente catalán Oriol Junqueras y el exconseller Raül Romeva, entre ellos miembros de ERC como alcaldes, un diputado y una senadora, han definido la actuación de los antidisturbios como "violenta" y "desproporcionada" y han sostenido que fueron estos agentes quienes "pegaron" y "apalearon" a la gente con "golpes de porra a diestro y siniestro", "patadas y puñetazos" en la sesión número 38 de juicio.
El director del Servicio Catalán de Salud, David Elvira, ha asegurado que el 1-O y en los días posteriores fueron atendidas 1.066 personas, la mayoría por contusiones, y ha revelado que ese mismo día el Ministerio de Sanidad ofreció su ayuda a los heridos.
Ninguno de los ciudadanos vio agresiones previas de los concentrados en los centros de votación como sostuvieron los agentes. "Nadie intentó hacer nada violento", "en ningún momento nadie tuvo una actitud violenta contra ellos" son algunas de las expresiones que han usado para defender que su actitud fue en todo momento "pacífica" y "espontánea". El diputado de ERC Jordi Salvadó ha llegado a decir que "aquello era un Walt Disney". Solo han reconocido algunos "insultos" pero después de las cargas policiales "fruto de la indignación", aseguran, por los golpes que recibieron mientras levantaban las manos y gritaban "som gent de pau".
En definitiva, un día de ambiente "festivo", "tranquilo", "sereno", un nuevo 9N -han subrayado que esperaban algunos- hasta que llegaron los antidisturbios, que como un "batallón" o "ejército" que cargó directamente contra ellos sin que les informaran, han insistido, del mandato judicial. Algunos han reconocido que conocían que el referéndum había sido suspendido y había orden de evitarlo pero han insistido en que tenían derecho a votar porque no era un "delito".
"Recibí alguna patada meramente provocativa"
El primer testigo, que estuvo en el colegio Nostra Llar de Sabadell, Santiago Valls, ha declarado que los "únicos golpes" que él vio fueron de la "Policía a la gente", que era sacada por "los pelos", y que a él le dieron "alguna patada meramente provocativa". Por su parte, Julia Fernández, teniente de alcalde de este municipio de Barcelona por ERC, ha afirmado que le propinaron un "golpe" en la mejilla, que se cayó al suelo y que cuatro policías le "arrastraron" por el suelo hasta fuera del perímetro, donde le dejaron después de darle "un par de patadas en la espalda". Este cargo político ha sostenido que los agentes empezaron a retirar y sacar a la gente de delante del colegio sin que nadie les explicara nada.
De este centro ha declarado una tercera testigo, Pilar Calderón, que fue 'apoderada' de ERC en el referéndum del 1-O y que ha reconocido -es la primera vez que alguien lo reconoce en el juicio- que organizaron las actividades en el colegio los días antes para poder votar. "Era una manera de manifestar nuestro derecho al voto", ha añadido a preguntas de la Fiscalía aunque negando que fuera para evitar que entrara la Policía.
Esta mujer ha explicado que ese mismo día se "impidió el acceso a la policía" pero de forma pacífica, "sentados en el suelo, con la manos en alto y gritando ¡votarem!" y ha respondido afirmativamente cuando la abogada del Estado le ha preguntado si los agentes de la policía autonómica "permitieron la votación con normalidad" una vez que se fue la Policía Nacional y si permitieron el recuento. Esta misma testigo ha asegurado que la policía no se llevó urnas sino "disfraces y juguetes".
"Me acuerdo del ruido de las porras cuando abrían la cabeza"
Por su parte, Joan Pau Salvadó, un vecino de San Carlos de la Rápita, ha declarado que pensó que la jornada sería como la del 9N y ha relatado que recuerda "el sonido de las porras cuando abrían la cabeza" y que la gente lloraba y tenía "miedo". Asegura que los agentes de la Guardia Civil les empujaron con los escudos mientras les golpearon con las porras en el "barriga, hígado y partes bajas" y que, según se agachaban de dolor, los agentes "les golpeaban la cabeza".
Preguntado por la Fiscalía sobre si supo que en esta localidad los ciudadanos tiraron piedras a los agentes cuando se iban en los vehículos, este testigo ha asegurado que "si pasó" lo condena, pero que comprende "que alguien perdiera los nervios en un momento dado" después de ver cómo les pegaron "indiscriminadamente" y cómo les "abrían la cabeza". "Vinieron a por nosotros", ha asegurado después Albert Salvadó, teniente de alcalde de San Carlos de la Rápita e investigado en un juzgado de instrucción por el 1-O. "No vi ninguna agresión ni un intento de agresión" por parte de los ciudadanos.
"Golpes de porra a diestro y siniestro"
Uno de los ciudadanos que acudió el 1-O a la escuela La Roureda, en Sant Esteve Sesrovires, Emili Gaya, ha asegurado este martes en el juicio del 'procés' que él vio a la Guardia Civil dar "golpes de porra a diestro y siniestro" y que él mismo recibió un golpe en la cabeza. Este hombre, de avanzada edad, ha descrito la carga policial como "totalmente desproporcionada".
"Solo vi a la Policía dar golpes", ha declarado también la exalcaldesa de Sant Esteve Sesrovires María del Carmen, que ha reconocido que sabían que el referéndum estaba suspendido pero que entendían que tenían "todo el derecho a votar" y a manifestarse.
"Un agente nos dijo que nos iba a dar hasta en el DNI"5
Otro hombre más joven que estuvo en un centro de Dosrius, Ferran Soler, ha declarado que él un "sargento de la Guardia Civil" le dio un puñetazo en la cara que le causó una brecha en el entrecejo que requirió puntos de sutura y que vio como otro agente de paisano daba "un puñetazo a una persona que no había hecho nada". También cómo un agente les insultaba llamándoles "ratas" o "perros", no lo recuerda bien, y diciendo que les iba a "dar hasta en el DNI".
También ha declarado el alcalde de Sant Juliá de Ramis, donde votaba el expresidente Carles Puigdemont, Marc Puigtió, que asegura que la Guardia Civil fue "directamente a por los vecinos" y que él animó a la "gente a que fuera a votar". También ha declarado el primer edil de Fonollosa, Eloy Hernández, que ha asegurado que la Guardia Civil preguntó por un responsable pero que cuando los presentes respondieron que todos ellos lo eran "sin más empezaron a cargar".
Por su parte, la senadora de ERC Laura Castel asegura que el 1-O los antidisturbios les pegaron "indiscriminadamente" en uno de los institutos después de que ya se hubiera requisado el material.
Las declaraciones de la tarde las ha cerrado el secretario general del Sindicato Autónomo de Policía (SAP), Pere García Quer, que ha defendido que la orden era acatar las resoluciones judiciales. No obstante, como ya hizo la cúpula de los Mossos del 1-O ante el Supremo se ha quejado de que las declaraciones del exconseller Joaquim Forn sobre que la Policía autonómica permitiría ayudar "no ayudaron".