Dior reabre el debate sobre la apropiación cultural
- Las tradiciones textiles africanas inspiran la colección crucero 2020
- La colección reabre el debate sobre la apropiación cultural
El descubrimiento de la tumba de Tutankamón asombró al mundo ya que se trataba del primer enterramiento de un faraón que se encontraba intacto. Fue en 1922 y la moda, esa gran esponja que todo lo absorbe, se inspiró en los motivos que decoraban las paredes del interior de las pirámides y los templos. No era la primera vez que los modistos miraban más allá de sus fronteras. La obra de Fortuny recreó la vestimenta de la Antigua Grecia y Paul Poiret se dejó seducir por la corriente orientalista que inundó Europa a principios del siglo XX pero también por la estética vanguardista de los Ballets Rusos de Diaguelev.
Ahora la casa Dior exprime varios códigos de las culturas africanas para configurar su colección crucero 2020 y lo justifica alegando que “la moda es una red única, inspirada en innumerables lugares y épocas, que origina una nueva visión”.
Con esta premisa, Maria Grazia Chiuri, su directora creativa, lanza una propuesta que tiene muchos referentes y varios mensajes.
Es una clara apuesta por la diversidad y la libertad pero también es un homenaje al continente africano para poner en valor tradiciones textiles como el wax, la típica tela de cera hidrófoba con estampados de colores vivos que se tanto se parece a los batik de Java.
El debate, como no, ya está sobre la mesa. ¿Es un homenaje o se trata de una copia?
“Estamos en un momento de moda donde es muy importante reflexionar sobre lo que significa la apropiación cultural, lo que significa ser una marca global, lo que significa cuidar el medio ambiente. Han surgido muchas preguntas en este sector porque la moda de ahora es muy distinta a la moda de cuando yo comencé a trabajar”, responde la italiana a la vez que desvela que Dior es la primera casa de lujo en desarrollar una colección con este material y lo hace en colobración con la empresa Uniwax con sede en Abiyán, en Costa de Marfil.
“Hay una idea estereotipada de que todo lo que viene de África es barato y que no es lujo pero tienen técnicas que sí lo son, como su forma de trabajar el algodón. Todo el mundo piensa que el algodón no es un tejido de Alta Costura, pero su manera de tratar el algodón es realmente una técnica de Alta Costura”.
Además de los guiños, más o menos evidentes, a la artesanía de África, la colección revisa el trabajo de Yves Saint Laurent en la casa Dior, rinde tributo a Nelson Mandela, hace alusiones a La casa de los espíritus de Isabel Allende y estampa arcanos del tarot que representan 'La rueda de la fortuna', 'Los amantes' o 'El mundo'. Además, Chiuri hace suyo el espíritu de fuerza y libertad de las amazonas, personaje mitológico cuya simbología encaje muy bien con el discurso feminista que Chiuri está perfumando la casa Dior.
Otro de los tejidos utilizados es la famosa toile de Jouy , símbolo de la maison, que se moderniza ahora con estampados de tigres y serpientes, animales que también se convierten en joyas.
El encaje cobra una nueva dimensión en esta colección, abandonando su estilo afrancesado para abrazar una estética más étnica. Chiuri los superpone para formar volantes plisados. La paleta de color es evocadora y sensual. La gasa y el shantung de seda se tintan de tonos crudo, tostado y ocre pero también de vivos rojos y azul índigo.
Las chaquetas Bar, pieza icónica de la casa, se combinan faldas de tul, pantalones e incluso vestidos, como los plisados que recuerdan al modelo Drag creado por Christian Dior en 1948. Otro guiño a los archivos de la casa es el abrigo Marrakech de 1960, reinterpretado ahora jugando con las solapas.
Conjuntos de prendas con distintos estampados contrastan con otros en tonos lisos, y piezas como el caftán rivaliza con monos en denim o prendas de carácter deportivo, como los canguros. Los flecos recorren la colección, en tamaño grande en prendas de día o en tamaño mini para los ribetes de los escotes de los vestidos de noche.
"Los estampados en cadena, los jacquards y los hilos cortados revelan paisajes que han inspirado a autores como Albert Camus, Paul Bowles, Alberto Moravia o Bernardo Bertolucci", dice Chiuri.
En definitiva, una colección la casa define como una condensación de realidades y temporalidades que se articulan a través de diálogos culturales. Y ese el nuevo camino que está tomando la moda. Un sector que, en muchas ocasiones, sirve de puente entre distintas culturas, como Marrakech. Chiuri defiende esta idea. "Esta colección conforma un mapamundi que relaciona las imágenes y los entornos que, en esta orilla del Mediterráneo, han dado forma a nuestra cultura visual".
Al desfile, celebrado en el palacio El Badi, asistieron estrellas como las actrices Jessica Alba y Lupita Nyong´o y la modelo Karlie Kloss.