La cristiana Asia Bibi deja Pakistán seis meses después de quedar absuelta de la condena a muerte por blasfemia
- La mujer ha viajado con el apoyo del Gobierno de Islamabad hasta Canadá, donde se ha reunido con su familia
La cristiana Asia Bibi, absuelta del delito de blasfemia por el que había sido condenada a la pena de muerte, ha abandonado Pakistán, país al que habían pedido asilo. Lo ha hecho tras ser absuelta en enero pasado por el Tribunal Supremo de esa nación asiática, han afirmado este miércoles a Efe fuentes oficiales.
"Asia Bibi llegó a Canadá anoche (7 de mayo). Abandonó Pakistán junto a su marido ayer después de que el Gobierno les permitiese partir. Tomó tiempo, pero finalmente está a salvo gracias a Dios", ha afirmado uno de los abogados de la cristiana, Saif Ul Malook, a Efe. "Es una persona libre y viaja por voluntad propia", ha asegurado el responsable del Ministerio de Exteriores paquistaní, según recoge Europa Press.
Un amigo cercano de Bibi, que ha pedido el anonimato, ha explicado a Efe que "el Gobierno ha dicho que tuvieron que gestionar algunos asuntos internos con los partidos religiosos y otras partes, así que le tomó bastante tiempo abandonar el país". Una fuente diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores ha dicho a la misma agencia que Bibi se ha ido con el "apoyo total" del Ejecutivo.
Canadá ofreció asilo a Bibi, su marido, sus hijas y a su abogado Joseph Nadeem, "que estuvo cuidando de la familia desde la condena de muerte y ha recibido amenazas de muerte", ha añadido la fuente.
Asia Bibi, denunciada en 2009 y absuelta en 2018
Bibi superó el pasado enero el último escollo al que se enfrentaba para recuperar la libertad, cuando la máxima autoridad judicial del país desestimó una apelación contra su absolución del delito de blasfemia por supuestamente haber insultado al profeta del islam. La denuncia la pusieron otras dos mujeres en 2009 y Bibi fue condenada en 2010 e indultada poco después.
El 31 de octubre pasado, el Supremo retiró la sentencia a muerte contra la mujer cristiana, que fue liberada de la cárcel el 7 de noviembre. Desde entonces había permanecido en un lugar "seguro", según el Gobierno, y no había podido salir del país. Su liberación provocó violentas protestas por parte de grupos islamistas y el arresto de miles de manifestantes.
La dura ley antiblasfemia paquistaní fue establecida en la época colonial británica y fue reformada por el dictador Zia-ul-Haq en la década de 1980, permitiendo el abuso de la norma. Desde entonces, se han producido un millar de acusaciones por blasfemia, un delito que en Pakistán puede llevar aparejada la pena capital, aunque nunca se ha ajusticiado a ningún convicto al respecto.