La autoridad fiscal ve factible la senda de déficit planteada por el Gobierno a Bruselas, aunque advierte de riesgos
- La AIReF ve "factible" el cumplimiento hasta 2021 e "improbable" por un "estrecho margen" eliminarlo en 2022
- No aprecia "ningún impacto" en el empleo cuatro meses después de la subida del salario mínimo a 900 euros
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ve "muy ajustada" la reducción del déficit de 2,5 puntos del PIB en cuatro años prevista por el Gobierno en su Plan de Estabilidad, por lo que considera "factible" el cumplimiento hasta 2021 e "improbable" por un "estrecho margen" en 2022, cuando el desfase de las cuentas públicas sería de cinco décimas, en lugar del equilibrio presupuestario previsto por el Ejecutivo.
Así se desprende de su informe sobre la actualización del Programa de Estabilidad 2019-2022 remitido por el Gobierno a Bruselas, donde la AIReF puntualiza que esta evaluación se basa en el cuadro macroeconómico que maneja la institución, más optimista que el del Gobierno, ya que la materialización de las previsiones del Ejecutivo restaría prudencia a la estimación de déficit.
En cualquier caso, la autoridad fiscal avala el cuadro macroeconómico que sustenta el documento enviado a la Comisión Europea y lo ve "prudente" en su conjunto, con un crecimiento previsto por el Gobierno para 2019 del 2,2%, del 1,9% en 2020 y del 1,8% en 2021 y 2022.
Las previsiones de gasto, "improbables" en los años 2021 y 2022
Para la AIReF, la previsión de ingresos incluida por el Gobierno de Pedro Sánchez en el APE es "factible" en la mayor parte del periodo, pero observa "cierta falta de coherencia entre un cuadro macroeconómico prudente y las estimaciones de ingresos del Gobierno, que serían optimistas respecto a las previsiones macroeconómicas que teóricamente las sustentan".
Así, la AIReF calcula que la previsión del Gobierno de que la presión fiscal, que expresa el peso de los ingresos fiscales respecto al PIB, aumente del 38,9% de 2018 al 40,7% en 2022, está tres décimas por encima de su estimación, al considerar que algunas de las medidas anunciadas por el Ejecutivo tendrá un impacto menor.
En concreto, la autoridad fiscal prevé un menor crecimiento en los ingresos por IRPF, ya que estima un crecimiento del 5% frente al 6,1% del Gobierno. Por el contrario, la AIReF prevé más recaudación por IVA que el Ejecutivo. El Gobierno cifra en 5.654 millones el impacto a partir de 2020 de las nuevas medidas de los ingresos tributarios, mientras que la autoridad lo rebaja a una horquilla de entre 3.541 y 4.889 millones.
Por el lado de los gastos, la autoridad fiscal también cree "factible" el cumplimiento de las previsiones del Gobierno socialista, aunque estima que sería "improbable" en 2021 y 2022 en caso de materializarse el crecimiento del PIB previsto. La senda incluida por el Ejecutivo prevé un ajuste de seis décimas del PIB, pasando del 41,3% al 40,7%, mientras que la AIReF considera que se estabilizará en torno al 41%.
En cuanto a la deuda, la AIReF considera que las estimaciones del Gobierno, que contempla una reducción de 8,4 puntos, están "en el límite de lo factible", mientras que, en lo referente a la tasa de paro, señala que la previsión de que baje al 9,9% en 2022 está en línea con sus propias estimaciones.
No ve impacto negativo de la subida del salario mínimo
Sobre el empleo, la autoridad fiscal no aprecia ningún impacto negativo de la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) a 900 euros mensuales en el análisis provisional del mercado de trabajo que ha llevado a cabo.
"Los datos disponibles no permiten apreciar ningún impacto negativo a corto plazo de la subida del SMI, aunque es necesario continuar observando la evolución del mercado de trabajo", apuntan fuentes de la AIReF.
Esto no es contradictorio, según las mismas fuentes, porque su previsión inicial hablaba de que el efecto se produciría de manera paulatina. Así, el impacto podría darse en la renovación de contratos temporales que venzan o en los nuevos contratos de duración determinada.
La propia AIReF vaticinó una caída en la creación de empleo de 40.000 trabajadores, que ahora considera un exceso de pesimismo a falta de un análisis detallado de los microdatos.