Europa decide su futuro ante la pasividad de los electores
- Consciente del poco interés que levantan las elecciones, el Parlamento Europeo se ha volcado en redes sociales
- El gran debate se da entre los que apuestan por la Unión Europea o los quieren volver a la Europa de los estados
Se reparten 751 escaños, hay 425 millones de ciudadanos llamados a las urnas, 28 países implicados y cuatro días de votación. Abren la ronda electoral los ciudadanos de los Países Bajos y Gran Bretaña el 23 de mayo, siguen los irlandeses el 24, los checos el 25 y todos los demás, el 26 de mayo.
Las elecciones europeas mueven grandes cifras, pero pocos sentimientos. En 2014, la media de participación fue del 43%, con países como Eslovaquia donde solo llegó al 13% y la República Checa en el 18%.
"El otro día alguien decía: las elecciones serias son las generales, a las europeas venimos a jugar", explica Camino Mortera, investigadora del Centro para la Reforma Europea. "El voto protesta se va a ver más en estas elecciones porque la gente las considera más lejanas", cuenta.
Consciente de la falta de interés, de lo distanciados que están los ciudadanos del proyecto comunitario, el Parlamento Europeo se ha aplicado este año en las redes sociales. Con el lema "Esta vez voto" ha publicado varios videos animando a ir las urnas, ha explicado el impacto en la vida diaria de las leyes que se aprueban en Bruselas y ha creado una aplicación para divulgar su labor.
¿Por qué son importantes las europeas?
"Soy optimista con la participación", asegura el portavoz de la Eurocámara, Jaume Duch. "Hay más movilización en los partidos, en los diferentes gobiernos y en las redes sociales".
Pero, ¿qué se decide en estas elecciones? ¿Por qué es tan importante votar esta vez? "Por tres motivos", responde Duch. "Por el impacto en la vida diaria de los ciudadanos, porque de aquí debe salir el nombre del nuevo presidente de la Comisión Europea y porque hay una lucha sobre el propio futuro de la UE".
Ese es el gran debate de estos comicios: si ganan "los que apuestan por más integración o los que quieren paralizar la Unión e incluso volver a la Europa de los estados".
Los euroescépticos y la extrema derecha, favoritos en varios países
Así, las elecciones se presentan casi como un plebiscito. "Nosotros queremos decir no a la Europa de Emmanuel Macron, de Angela Merkel o de Jean Claude Juncker, queremos devolver poder a los estados", explica Nicolas Bay, eurodiputado del Frente Nacional francés.
En las últimas europeas, el grupo de Le Pen fue primera fuerza en Francia. Los sondeos actuales les colocan también en cabeza, igual que a la Liga italiana de Matteo Salvini, al partido de Víktor Orban en Hungría o al ultraconservador PiS en Polonia.
Partidos euroescépticos y de extrema derecha a los que el candidato socialista a presidir la Comisión Europea, Frans Timmermans, coloca como objetivo al que "hacer frente" en esta campaña.
Coincide el candidato del Partido Popular Europeo, Manfred Weber: "Europa es el futuro, no permitiré que nadie arruine ese sueño. La unidad significa fuerza".
Populares y socialistas, en horas bajas
Lo que parece claro, según los últimos sondeos, es que las dos grandes familias políticas tradicionales, populares y socialistas, perderán su mayoría en el Parlamento de Estrasburgo. Las encuestas dan la llave a los liberales. Un esperado aumento de poder que tendrá su repercusión en los nombres de quienes dirijan las principales instituciones.
Hay que pactar cuatro puestos importantes: quién preside el Consejo Europeo, la Comisión, el Parlamento y el Alto Representante para la Política Exterior.
"Hasta ahora en esas posiciones estaban los conservadores y algún socialista", explica Camino Mortera, "pero a partir del 26 de mayo no se va a poder excluir a los liberales de esa carrera". Un juego de equilibrios que se suma al de "hombres y mujeres" y al tradicional entre países "norte, sur, este y oeste".
Un Parlamento más dividido y euroescépticos en la Comisión
Se espera que de estos comicios resulte un parlamento más dividido. "No veo un parlamento bloqueado, pero sí más fragmentado, con más grupos donde la negociación y el pacto sean más necesarios", augura Jaume Duch. "Yo no creo que el parlamento se paralice, pero sí va a ser más difícil la relación con la comisión y por tanto más complicado llegar a acuerdos", apunta Camino Mortera.
Cada país nombra a un comisario y por eso habrá más de uno euroescéptico en el nuevo Ejecutivo comunitario. Será más difícil desencallar algunas de las reformas que han quedado bloqueadas en esta legislatura. Entre ellas, la de la inmigración y el sistema común de asilo, o la del euro.
"Todavía está vivo el debate entre Francia, con posturas más keynesianas, y Alemania, que sigue defendiendo la austeridad, y ahí será muy importante el papel que quiera jugar España", defiende la investigadora del Centro para la Reforma Europea.
Otros de los asuntos pendientes para los próximos cinco años son la defensa común, la ciberseguridad, el papel exterior de la Unión Europea -sobre todo cómo relacionarse con EE UU, China y Rusia-, el Brexit y la relación con el Reino Unido o la lucha contra el cambio climático. Tras las protestas de los jóvenes, con la adolescente sueca Greta Thunberg a la cabeza, frenar el calentamiento global se ha convertido en una de las prioridades que todos los grupos políticos incluyen ya en sus agendas.
La campaña ha empezado ya y en los próximos días habrá debates entre los candidatos. El actual presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, ha pedido a todos ellos que luchen contra los extremistas, que no entren en su juego y que eviten "los eslóganes baratos y los ataques personales ".
Y a los ciudadanos les manda un mensaje: que participen en los comicios y que lo hagan preguntándose: "¿Cómo será el paisaje europeo en los próximos años si todo el mundo vota a los extremistas?"