Víctor Manuel salda con éxito la primera de sus cuatro noches en Madrid
- El cantautor asturiano presenta en directo su último disco, ‘Casi nada está en su sitio’
- Los nuevos temas han compartido protagonismo con clásicos como ‘Asturias’ o ‘Solo pienso en ti’
Anda Víctor Manuel como un niño con zapatos nuevos. A pesar de sus 71 años, este asturiano universal vive en una euforia constante gracias a su nuevo disco, ’Casi nada está en su sitio’, fruto de un fervor creativo que le sobrevino hace algo más de un año y que ha dado como fruto uno de sus mejores trabajos de las dos últimas décadas.
Pero el cantautor, que conoce como nadie los entresijos de la profesión, sabe que la culminación de cualquier trabajo en estudio es su puesta en escena. Y que, en ese recorrido sobre los escenarios, su paso por Madrid marca un punto de inflexión.
En ese sentido, Víctor Manuel puede estar tranquilo: la primera de sus cuatro noches consecutivas en el Teatro EDP Gran Vía de la capital española (del jueves 9 al domingo 12 de mayo) se ha saldado con un rotundo éxito, alargando el habitual idilio con la que es, desde hace años, su casa. Una larga ovación ha servido para culminar las dos horas de concierto en las que el cantautor ha repasado algunos de sus nuevos temas y, por supuesto, muchos de los himnos que le han aupado como uno de los creadores esenciales de nuestra historia musical en el último medio siglo.
Rodeado de una banda solvente e impecable -liderada por su hijo, David San José- y de una elegantes escenografía con dos pantallas verticales que proyectaban imágenes relativas a los temas que ha interpretado, el artista ha saltado al escenario al son de “Allá arriba al norte”, el tema que abre su último disco y que es una loa a su tierra natal, Asturias.
Sin pausa, la banda arranca con los primeros acordes de ‘La romería’, una canción grabada 50 años que la anterior pero que comparte espíritu y temática localista.
Nuevos temas y viejos clásicos
“Voy a cantar lo queréis mientras me dejéis cantar lo que yo quiera”, ha comentado a los asistentes, como advertencia de que los nuevos temas iban a compartir espacio con los clásicos.
Así, canciones de nuevo cuño como “No me digas”, “No me quieras tanto”, “Cachito” o “Nos están preguntando” –un himno contra la situación de los refugiados y la venta de armas- han compartido espacio en el repertorio con éxitos como “Bailarina”, “Luna” –en una estupenda versión que realzaba el toque ‘reggae’del original-, “Quiero abrazarte tanto”, “Cuélebre” o la dramática “La madre”, uno de los mayores alegatos nunca escrito sobre los estragos de la droga.
Víctor Manuel tampoco ha dejado pasar la ocasión de desempolvar esos otros temas de su enorme producción –más de 550 canciones- que no trascendieron tanto pero que el cantautor cree que merecieron mejor suerte. Es el caso de “Cómo voy a olvidarte” –un alegato a favor de la memoria histórica-, “El hijo del ferroviario”, “Nada nuevo bajo el sol” o “Canción pequeña”.
“La canción que más alegrías me ha dado”
Para la recta final, el artista ha reservado sus mejores cartas: “Nada sabe tan dulce como su boca”, la aplaudidísma “El abuelo Vitor”, una escalofriante versión de “La planta 14”, “Ay amor” y “Soy un corazón tendido al sol”, uno de los temas más brillantes de su repertorio.
“Esta es la canción que más alegrías me ha dado”, ha señalado Víctor Manuel antes de arrancar “Solo pienso en ti”, el tema que le hizo pasar de cantautor al uso a estrella para todos los públicos y que le ha permitido recordar el recién estrenado derecho a votar de más de 100.000 personas con discapacidad intelectual en las últimas elecciones generales.
Para el final del concierto, el cantante ha reservado otro de los temas nuevos, ”Digo España”, un alegato a favor del entendimiento y el fin de los conflictos, desde una perspectiva optimista y conciliadora.
Pero faltaban los bises, en este caso por triplicado: una solemne “Asturias”, “He cortado estas flores”, con el único apoyo al piano de David San José, y la reivindicativa “Esto no es una canción” que, con el teatro puesto en pie, ha puesto fin a la velada.
Es posible que para muchos Víctor Manuel sea solo una figura del pasado. Pero su legado es de tal importancia para la canción popular española de las últimas décadas que ignorarlo es un error y una enorme falta de criterio. Sobre todo viendo que, superados los 70, está en forma, y en condiciones de seguir cantando y contando.
Hay oportunidad de comprobarlo: hasta el domingo en Madrid y luego en otras plazas como Linares, Orihuela, Alicante o Salamanca.