'Days Gone' o cuando el apocalipsis se convierte en rutina
- El videojuego exclusivo de Sony se desarrolla en un mundo abierto de supervivencia y criaturas muy peligrosas
- Sin destacar por su narrativa, saca partido a una gran ambientación con unos magníficos efectos climáticos
Days Gone ha sido uno de los títulos más esperados del año y, sobre todo, teniendo en cuenta que es exclusivo de Sony pasa PlayStation. Mucha expectación que ha dejado un sabor agridulce: se esperaba mucho más, a nivel narrativo, de un juego que se queda a medio camino entre The Last of Us y Far Cry.
Desarrollado por Bend Studio, Days Gone es un survival horror en tercera persona que se desarrolla en un mundo abierto, con un toque de RPG donde cobra importancia los puntos de habilidad, con los que podremos mejorar al personaje principal.
El juego está ambientado en un Estados Unidos postapocalíptico, es decir, nada novedoso en un género que está muy explotado, con títulos de mucho carisma con los que medirse. Una condición nada fácil para entrar entre los favoritos de los aficionados al mundo zombie.
La historia transcurre unos años después de un brote vírico que transforma a gran parte de la humanidad en unas criaturas nada agradables. Estos engendros viven en colonias y tienen unas características muy concretas que se pueden ver afectadas por las condiciones climáticas y el ciclo día-noche.
En toda historia hay un protagonista y en esta es un tipo duro llamado Deacon Lee St. John, un motorista tatuado que vaga por Oregón tras perder a su novia por salvar a su mejor amigo, Boozer, otro tipo duro con el que hace dúo. La trama discurre con Deacon buscando la verdad sobre qué ocurrió con Sarah mientras intenta sobrevivir.
Ambos son dos agentes independientes que se lo han montado por su cuenta, al margen de las pequeñas comunidades que se han formado, a modo de mercenarios. Los problemas de este 'nuevo mundo' no solo vienen dados por las criaturas a las que hay que hacer frente, sino también a un grupo de fanáticos que creen en una conversión propia a través de la tortura.
Las comparaciones son odiosas
En la primera toma de contacto, Days Gone parece salido de un spin off de The Last of Us, aunque hacen falta muy pocos minutos para darse cuenta de que ambos juegos solo comparten el apocalipsis vírico como excusa.
La profundidad narrativa del mítico título de Naughty Dog y el carisma de sus personajes están a años luz de la nueva apuesta de Sony. Las dos carencias principales de Days Gone, aunque esto no quiere decir que no tenga sus fuertes.
Bend Studio tuvo que lanzar un parche bastante pesado para subsanar errores técnicos y de localización que, sumado a su considerable tamaño, llevan a Days Gone a requerir unos 67 Gigas de espacio.
Entre las virtudes de este videojuego destacan las localizaciones, los paisajes y la climatología, digna de los mejores efectos hollywoodienses. Los bosques de Oregón casi no tienen fin y los buenos efectos de la lluvia hacen que puedas sentir el malestar de Deacon, siempre calado hasta los huesos.
Esas condiciones afectan directamente al comportamiento de cada personaje involucrado en la historia. Las criaturas, siempre atentas, se muestran mucho más activas de noche que de día, con lo que tendremos que valorar muy bien cuándo hacer cada misión para no vernos sorprendidos por estos 'neozombies'.
Todo sirve cuando se acaba la civilización
Además, el modo supervivencia cobra gran importancia y habrá que recolectar todo aquello que nos encontremos por el camino. En un mundo abierto, la moto cobra un papel fundamental y desde el inicio queda patente. Su manejo se coge pronto y es bastante intuitivo, aunque puede llegar a desesperar en los primeros compases por culpa de un excesivo viraje.
El uso de la misma no solo llevará al agotamiento del combustible, sino también el desgaste de las piezas, así que habrá que conducir con mucho cuidado. Puede darse la circunstancia de romper la moto o dejarla sin gasolina, aunque tampoco hay muchos problemas para encontrar recambios y combustible.
Un mundo abierto bastante guiado, en el que tomar decisiones que modifiquen la historia no entró en los planes del desarrollador, otra piedra en el camino de Days Gone, que corre peligro de no enganchar con su historia, aunque lo compensa con las muchas horas de cosas que hacer y retos que completar.
El sigilo también es un parte fundamental, y andarse con cuidado será clave para la supervivencia. Además de la moto, también existe la posibilidad de los puntos rápidos, pero para activarlos primero habrá que desinfectar los nidos de criaturas que los habitan -aconsejable hacerlo de día; solo los locos o muy valientes lo harían de noche.
El juego está doblado íntegramente al castellano y tiene tres niveles de dificultad. Sony ya ha anunciado que a partir del mes de junio habrá un DLC gratuito que imcorporará misiones semanales con recompensas y un nuevo modo de dificultad extrema.
Conclusiones:
Days Gone se queda a medio camino entre los que pudo ser y no es. La falta de fuerza narrativa y el poco carisma de su protagonista son sus dos grandes carencias, sin olvidar que las comparaciones son odiosas y hay títulos de los que se queda a años luz.
Sin embargo, el juego exclusivo de Sony sí que ha sabido hacer una buena ambientación y un mapa lo bastante extenso como para pasar las horas entre misión y misión, sin olvidar la supervivencia y la mejora del personaje con los puntos de habilidad.
Sin duda, la climatología y la variedad de armas son los puntos más fuertes, así como la buena concepción del sigilo para tener éxito en un mundo abierto que encuentra en su historia su mayor barrera.