Extremadura: el tropiezo constante de un tren encallado
- Las constantes averías del ferrocarril extremeño provoca que los ciudadanos se planten y digan basta
- Según la última promesa, las obras del tren de alta velocidad acabarán este año y la electrificación el que viene.
La situación del tren a Extremadura es uno de los asuntos centrales de la campaña electoral en las municipales y autonómicas. Tras años de indiferencia por parte de las administraciones públicas, los partidos políticos centran estos días sus mensajes en promesas acerca de un asunto que ha trascendido el ámbito local y regional y ha sido portada en medios de alcance nacional.
Y es que el tren extremeño hace aguas. Las incidencias se cuentan por centenares y la paciencia de los ciudadanos ya ha llegado al límite. Los trenes sufren averías constantes y de todo tipo, desde locomotoras que salen ardiendo, máquinas que se quedan sin combustible, convoyes parados en mitad de la nada en verano, invierno, de día o de noche, viajeros con la maleta a cuesta haciendo trasbordos en autobuses.
Tantos y tan variopintos han sido los contratiempos que hasta la propia RENFE ha tenido que pedir disculpas. Decían que el problema era de los trenes porque eran muy viejos pero los Talgos que han llegado para sustituirlos no han mejorado la situación.
Mención aparte para las vías... con un solo sentido, ningún tramo electrificado y con traviesas que en algunos puntos son del siglo XIX.
Protestas y promesas políticas
Los extremeños ya han salido a las calles a protestar en varias ocasiones, una de ellas en Madrid. Reivindican lo que tienen el resto de regiones: un tren rápido, cómodo y seguro. Ya ni siquiera se plantean un AVE.
Las promesas políticas siguen en pie: obras del tren de altas prestaciones terminadas este año y la electrificación el que viene. Son tantos los incumplimientos que la gente ya no se cree nada. Tampoco se fían plataformas ciudadanas como Milana Bonita que con sus apariciones públicas tan originales han llamado la atención de los medios de comunicación regionales y también nacionales.
Unión entre la gente para exigir un tren digno sí la hay, no pasa lo mismo en las altas esferas. De hecho, el Pacto por el Ferrocarril de Extremadura integrado por partidos políticos, sindicatos y empresarios hace meses saltó por los aires tras la decisión de dos grupos parlamentarios en la Asamblea regional de abandonarlo.
La siguiente parada de esta historia del tren extremeño no sabemos cuándo llegará. Lo que todos esperan es el final de un trayecto muy muy complicado.