'Las golondrinas de Kabul', una joya animada sobre el imperio del burka
- La película sobre el aplastamiento moral de los afganos emociona en el festival
Si algo gusta al Festival de Cannes es el exotismo. La sección oficial proyectaba Atlantique, de la cineasta francio-senegalesa Mati Diop, una sencilla historia de amor juvenil con aire fantástico y el trasfondo de los migrantes que se lanzan en pateras buscando España y el primer mundo. Una crítica social portagonizada por las 'penélopes' que pierden a sus maridos en el océano que no parece una candidata a la Palma de Oro y que supone un hito para la joven realizadora de 36 años.
Pero una pequeña joya de la jornada estaba en la sección Una cierta mirada. Les Hirondelles de Kaboul (Las golondrinas de Kabul), un trabajo de animación –hay realidades a las que sienta bien una mediación estética- que adapta una novela de Yasmina Khadra, y que ha dejado la sala Debussy de Cannes sin aliento.
Codirigida por la también actriz Zabou Breitman y Eléa Gobbé-Mévellec (Ernest & Celestine), Les Hirondelles de Kaboul muestra la derrota moral de aquellos afganos aplastados por el terror talibán. Ciudadanos que respiraron cierta libertad y tuvieron que amoldarse al asfixiante sistema totalitario que nació tras la guerra afgano-rusa.
Les Hirondelles de Kaboul es la historia de dos parejas, una moderna y otra tradicional, en el imperio del burka. Los hombres tienen que conciliar el amor a sus mujeres con un estado que les ordena despreciarlas. El más progresista experimenta un proceso de conformismo con la sociedad, el otro abrirá los ojos. Porque el auténtico horror lo viven las dos mujeres que solo existen en la privacidad solitaria del hogar.
La película nació como un proyecto de acción real, pero se recondujo a una animación 2D en la que siempre se puede apreciar el gramaje rugoso de un papel de fondo. Una animación clara, limpia, llena de ocres, que no funcionaría sin el realismo del sonido que le acompaña.
La película recuerda a Persépolis, que comparte el retrato del advenimiento de un régimen aniquilador. Pero hasta la revolución islámica iraní parece un juego de niños en la comparación con el estado talibán, sempiterno recuerdo de que las sociedades humanas pueden tomar las formas más perversas. La angustia de los personajes y la trama que deriva en thriller funcionan a la perfección en una película que viajará por muchas salas del mundo.
Mientras, acordes de Elton John resuenan por todas las megafonías del festival. Rocketman, el biopic del músico, se proyecta esta noche y mañana se presenta a los medios. También Almodóvar está ya en la ciudad, su personal Dolor y gloria es el plato fuerte del viernes. Todos los mundos caben en Cannes.