Francia, un plebiscito entre el europeísmo de Macron y el populismo de Le Pen
- Las elecciones europeas suponen un enfrentamiento directo entre los protagonistas de las presidenciales de 2017
- Macron busca recuperar músculo tras la crisis de los 'chalecos amarillos' y el desplome de su popularidad
Aunque son 34 las listas que se presentan a las elecciones europeas en Francia la batalla se dirime entre el partido del presidente, Emmanuel Macron y la líder ultraderechista, Emmanuel MacronMarine Le Pen.
Son La República en Marcha (LRM) y Reagrupación Nacional (RN); el resto se repartirán algo más del 50% de los votos y los escaños pero la opinión pública iguala con algo más del 22% en las encuestas a las formaciones de ambos líderes que ya protagonizaron el duelo electoral de las presidenciales de 2017.
En aquellos comicios el actual inquilino del Elíseo acabó llevándose el gato al agua con una mayoría determinante y demostrando que a diferencia de otros, en Francia, sigue habiendo izquierda y temor a que la ultraderecha ocupe determinados espacios.
Ante el plebiscito que suponen los comicios europeos del día 26 para Macron, los resultados, dicen los politólogos, demostrarán que aún queda oposición al presidente dos años después de haber copado todo el arco político y social del país y haberse deslizado, también, hasta las cotas más bajas de popularidad que un presidente de la república haya cosechado en los últimos 20 años.
Un partido a la medida de Macron
El centro liberal está representado por la República en Marcha, un partido construido a la medida de Macron y en el que cabe todo aquel que se abone al europeísmo y contra el populismo. Las elecciones europeas pondrán en claro si Macron ha recuperado músculo y si el gran debate y los 17.000 millones de euros que costarán las reformas para contentar a los 'chalecos amarillos' han servido para algo.
Hace ahora dos años que Emmanuel Macron daba las gracias por su elección desde el escenario ubicado junto al Museo del Louvre; aparecía fresco y sonriente con sus seguidores vitoreándole mientras sonaba el himno europeo festejando unas elecciones presidenciales.
Ahora está políticamente magullado después de casi siete meses de protestas y destrozos de los Chalecos Amarillos, dimisiones de ministros, escándalos palaciegos como el de su ex jefe de seguridad, Alexandre Benalla y alguna que otra frase fuera de lugar como cuando definió a los franceses como "un pueblo refractario a los cambios".
Oportunidad de oro para Le Pen
Así la cosas, Reagrupación Nacional, el populista partido de Marine Le Pen ve una oportunidad de oro para frenar las que califica como "injustas reformas del presidente" y para luchar contra una Europa que dice que quiere anular a Francia.
En este contexto de lo que tampoco hay duda es que las elecciones europeas también tienen algo de plebiscitario para Le Pen. Desde que perdiera las presidenciales de 2017 ha tenido que hacer frente a una grave crisis de partido con escisión incluida y a los intentos familiares de descabalgarla de la presidencia.
Tampoco se puede olvidar que RN es un partido muy afectado económicamente por la decisión del Tribunal de Apelaciones de Paris de embargarle parte de los subsidios públicos para evitar que usaran ese dinero en pagar la deudas de la formación que en 2018 ascendía a 12 millones de euros.
El cabeza de lista a estas elecciones europeas por el partido de Marine Le Pen es Jordan Bardella, un joven político que compite directamente con la imagen juvenil de Macron.
Rápido en las respuestas e impecablemente vestido, tiene 23 años y ha ocupado puestos en las listas municipales; ofrece modernidad y unos argumentos que intentan tiran por tierra el que sus ideas contra la inmigración o el europeísmo sean de extrema derecha o populistas.
En esta lucha electoral reducida a dos, liberales y ultraderecha, los más afectados son la izquierda que sigue tan desunida que quizá los otrora poderosos socialistas, no consigan un solo escaño en Bruselas.
El peligro de la abstención
Macron, quien continúa utilizando el anzuelo del peligro populista y la unidad de Europa que tan buenos réditos le han dado en el exterior, se ha involucrado directamente en la campaña. Tanto que el cartel electoral principal es el de su foto y no el de la número uno, Natalie Loiseu, la antigua responsable de Asuntos Europeos en el gobierno de Édouard Philippe.
La polarización electoral ha convertido las elecciones europeas en Francia en un auténtico cara a cara.
Los sondeos, como apuntamos, solo ofrecen estos días un empate Macron/Le Pen para unos comicios que históricamente han acusado una exagerada abstención en Francia y que en 2014 ganó el Frente Nacional con sus archirepetidos mensajes tremendistas del peligro migratorio y el nacionalismo exacerbado.
Lo que está muy claro es que el resultado del día 26 es tremendamente importante para el presidente Macron, quien el año pasado llegó a presentar un plan muy osado para la refundación europea pero que la lentitud continental y las diferencias del eje franco alemán parecen haber olvidado.