La legislatura arranca con el Parlamento más fragmentado y los presos independentistas en la bancada
- El ciclo político comienza en plena campaña de elecciones municipales, autonómicas y europeas
- La presencia de los cuatro presos catalanes juzgados por el 'procés' elegidos diputados el 28A dejará una de las imágenes del día
La XIII Legislatura echa a andar este martes con la constitución de las Cortes, un punto de partida que no solo permitirá ver el Congreso más fragmentado de la democracia, sino que se produce entre varias anomalías parlamentarias: el nuevo ciclo político arranca en plena campaña de elecciones municipales, autonómicas y europeas, las negociaciones sobre el nuevo Gobierno están suspendidas hasta que pase la cita electoral y los cuatro presos catalanes juzgados por el 'procés' que fueron elegidos diputados el 28A estarán presentes en las bancadas.
Si hace tres años, con la irrupción de Podemos y Ciudadanos, se constató el fin del bipartidismo, en la legislatura que ahora comienza se evidencia aún más la fragmentación: en total, 13 partidos contarán con representación en el Congreso, cinco de ellos, los de ámbito nacional, con más de 20 escaños: PSOE (123), PP (66), Cs (57), Unidas Podemos (42) y Vox (24).
A ellos se suman otros ocho partidos, que representan las aspiraciones nacionalistas y regionalistas de diversas partes de España: ERC (15), Junts per Catalunya (7), PNV (6), Bildu (4), Coalición Canaria (2), Suma Navarra (2), Compromís (1) y PRC (1).
En cualquier caso, la jornada inaugural de las Cortes siempre arroja una fotografía peculiar: la nueva Mesa del Congreso será la encargada de delimitar las bancadas, pero no lo hará hasta dentro de unos días, por lo que, al no estar aún asignados los escaños, podrán verse mezclados, por ejemplo, los diputados de Vox con los del PP o los de Podemos, al igual que los de Ciudadanos con los de ERC.
Los presos, en las bancadas
Entre estos últimos estará una de las caras de la sesión, el líder republicano Oriol Junqueras, que acudirá al Congreso junto a otros tres políticos catalanes presos elegidos en las generales:Jordi Sánchez, Josep Rull, y Jordi Turull, de Junts. Todos ellos recogieron este lunes personalmente sus actas de diputados "debidamente custodiados" por la Policía de la Cámara, tal y como ordenó el Tribunal Supremo, al igual que Raül Romeva en el Senado.
Este martes volverán a ser trasladados al Congreso a primera hora de la mañana en un furgón policial, y una vez en su interior, el operativo policial de la Cámara los custodiará hasta que comience el pleno a las 10.00. Los agentes estarán con ellos permanentemente, pero no en el hemiciclo, a donde no puede acceder la Policía. Dentro, podrán moverse con libertad, hablar con quien deseen y puedan porque fuera lo tendrán prohibido, al igual que atender a la prensa.
Pero no se convertirán en diputados de pleno derecho hasta que acaten la Constitución. Para ello deben prometer o jurar "cumplir fielmente las obligaciones del cargo con lealtad al Rey y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado", una fórmula a la que podrían añadirle la coletilla "por imperativo legal", que ya han utilizado durante el juicio en el Supremo y que fue usada por primera vez en el año 1989 por los diputados de Herri Batasuna.
Con todo, antes de tomar posesión del cargo, los diputados elegirán la Mesa del Congreso, que si no hay sorpresas estará presidida por Meritxell Batet, un gesto con el que el Gobierno quiere mostrar su disposición al entendimiento con los independentistas. De la misma forma, Manuel Cruz, otro socialista catalán y federalista, ocupará la presidencia del Senado.
Suspensión de los diputados presos
De hecho, uno de los primeros temas que deberá abordar el órgano rector de la Cámara Baja será la posible suspensión de los presos electos. El reglamento impide que los parlamentarios presos ejerzan sus funciones desde prisión, el Supremo ha delegado esta decisión, aunque cree que la Mesa debe aplicar su artículo 21 y suspenderlos por estar procesados y en prisión preventiva.
Si tal y como han reclamado PP y Ciudadanos, finalmente son suspendidos, los parlamentarios pueden renunciar a su acta, de modo que sus escaños los ocuparían los siguientes de su lista electoral; pero, si no renuncian a ella, su escaño se quedaría vacío, sin posibilidad de voto.
Con cuatro diputados menos, cambiarían los cálculos parlamentarios y las mayorías para la investidura de Pedro Sánchez tanto en primera vuelta -que exige mayoría absoluta, y se situaría en 174 en lugar de los 176 que necesitaría de estar ocupados todos los asientos- como en segunda, cuando necesite más síes que noes.
En cualquier caso, los posibles pactos de investidura deberán esperar a que pasen las elecciones del próximo 26 de mayo: hasta entonces, no se escenificarán las alianzas que definirán el recorrido de la XIII Legislatura.