La OCDE mantiene su previsión de crecimiento para España y baja su perspectiva mundial por las tensiones comerciales
- Estima que España crecerá casi el doble que la zona euro, a un ritmo "robusto, aunque más moderado" que en años anteriores
- La OCDE cree que el déficit público será del 2% este año, pide no aumentar el gasto y subir el IVA y las tasas medioambientales
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) mantiene sus previsiones de crecimiento para España este año y el que viene (2,2% y 1,9%, respectivamente) y considera que el país crecerá a un ritmo "robusto, aunque más moderado". La economía española es -junto a la de Estados Unidos- una de pocas que no ven rebajada su perspectiva por parte de la OCDE, que ha hecho un llamamiento urgente para que se detenga la escalada de tensiones comerciales, el principal riesgo.
La organización ha revisado a la baja sus cálculos sobre el PIB mundial, que aumentará un 3,2% este año (tres décimas menos que hace seis meses) y en el 3,4% en 2020 (una menos). Entre los países que sufren las mayores correcciones están los que más dependen del comercio exterior y del sector manufacturero, como Alemania, cuya economía se expandirá un 0,7% este año (nueve décimas menos) y un 1,2% en 2020 (dos menos).
Italia se quedará estancada en 2019, lo que supone nueve décimas menos de lo avanzado hace seis meses, y solo subirá un 0,6% el ejercicio próximo (tres décimas menos). El impacto será menor para Francia -más dependiente de su demanda interna- con una progresión del PIB del 1,3% tanto este año (tres décimas menos) como el próximo (dos décimas menos).
En conjunto, los autores del informe recortan las perspectivas para el conjunto de la zona euro en seis décimas para 2019 (al 1,2%) y en dos para 2020 (al 1,4%). Sin embargo estas cifras son algo mejores respecto a lo que se estimó hace solo dos meses, en marzo de 2019.
España crecerá casi el doble que la zona euro
La estimación de crecimiento de la eurozona es casi la mitad que la española. De hecho, en su informe semestral de Perspectivas publicado este martes, la OCDE mantiene para España las mismas cifras que había dado en noviembre y que coinciden con las últimas ofrecidas por el Ejecutivo nacional.
La organización constata que la ralentización económica global afecta a España, pero ve varios elementos que le distinguen del conjunto de la zona euro. El principal es una demanda interna sólida, que se sustenta en la fuerte creación de empleo (el paro debería bajar del 15,3% de media en 2018 al 13,8% en 2019 y al 12,7% en 2020) y en la subida de pensiones, de salario mínimo, así como en los sueldos del sector público.
Además, gracias a que continuarán los históricamente bajos tipos de interés y en un contexto de inflación muy contenida, la inversión aumentará a ritmo importante (3,8% en 2019 y 3,9% en 2020), aunque el ritmo se ha moderado respecto al 5,3% alcanzado el pasado ejercicio.
Los principales riesgos a la baja señalados por los autores del informe son una sacudida mayor en la economía de los otros países europeos, principal destino de las exportaciones españolas, o un menor vigor del consumo si baja el ritmo de creación de empleo o si la incertidumbre política hace que se resienta la confianza.
El déficit público español se reducirá al 2% del PIB
La OCDE también coincide con las proyecciones del Gobierno sobre el déficit público, ya que cree que disminuirá al 2% del PIB en 2019 -como consecuencia principalmente de las favorables condiciones macroeconómicas- y al 1,5% en 2020 (dos décimas más de lo que estima el Ejecutivo de Pedro Sánchez).
Sin embargo, el organismo considera que es necesario fortalecer aún más las cuentas públicas, dados los elevados niveles de deuda (96,5% del PIB este año y al 95,7% el próximo). Por eso insiste en que cualquier sorpresa positiva por el lado de la recaudación debería dedicarse a reducir la deuda, lo que es una forma de decir que no tiene que aumentar el gasto.
El llamado "club de los países desarrollados" considera que el sistema fiscal español se asienta demasiado en el trabajo y que penaliza el crecimiento y el empleo, por lo que aconseja dar más peso a las tasas medioambientales y al IVA, a los impuestos indirectos, que provocan menos distorsiones.