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La NASA abrirá la Estación Espacial Internacional a los turistas en 2020

  • Permitirá dos misiones cortas, con hasta doce astronautas privados por año
  • Serán transportados exclusivamente por las compañías SpaceX y Boeing

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Imagen de la Estación Espacial Internacional, destino de los turistas espaciales.
Imagen de la Estación Espacial Internacional, destino de los turistas espaciales.

La NASA ha anunciado que permitirá a turistas y empresas viajar a la Estación Espacial Internacional (EEI) en 2020. "Abriremos la Estación Espacial Internacional a las oportunidades comerciales", ha asegurado Jeff DeWitt, director financiero de la agencia espacial de Estados Unidos.

"La NASA permitirá hasta dos misiones cortas de astronautas privados al año", ha matizado Robyn Gatens, gerente del organismo norteamericano en la propia Estación Espacial Internacional. Estas misiones podrán estar allí hasta 30 días, y doce astronautas privados podrían permanecer a bordo de la EEI cada año.

Estos astronautas privados serán transportados exclusivamente por las dos compañías que actualmente están desarrollando vehículos para la NASA: SpaceX, con la cápsula Crew Dragon, y Boeing, que construye la cápsula Starliner.

Más de 58 millones de dólares por viaje

Ambas empresas elegirán a los clientes y les cobrarán el viaje, que será la parte más cara de la aventura: alrededor de 58 millones de dólares por viaje, que es la tarifa promedio que se le cobra a la NASA por el transporte de sus astronautas. Pero además los turistas pagarán a la NASA la permanencia en órbita, la comida, el agua y todo el sistema de soporte vital a bordo. "Costará alrededor de 35.000 dólares por noche, por astronauta", especifica Jeff DeWit.

La Estación Espacial Internacional no pertenece a la NASA, sino que se ha construido con Rusia, y otras naciones participan y envían astronautas. Pero Estados Unidos posee y controla la mayoría de los módulos.

Estos turistas espaciales no serán los primeros en viajar allí, ya que el empresario estadounidense Dennis Tito fue el primero, en 2001. Pagó a Rusia unos 20 millones de dólares de la época para poder cumplir su sueño.