Sánchez abre la puerta a que los 'populares' vuelvan a presidir la Comisión Europea
- El presidente español, que ejerce de negociador de los socialdemócratas, constata el bloqueo de las conversaciones
- Los líderes de la UE se volverán a reunir el próximo 30 de junio para acordar el reparto de cargos de las instituciones
Los vetos que hasta ahora han bloqueado el reparto de los cargos institucionales de la Unión Europea parecen empezar a ceder, aunque sea tímidamente: el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que ejerce de negociador de la familia socialdemócrata, ha abierto la puerta este viernes a que el próximo presidente de la Comisión Europea sea miembro del Partido Popular Europeo, aunque ha asegurado que no renuncian a que el cargo más relevante de cuántos deben decidir los líderes sea para un socialista.
"No renunciamos a la presidencia de la Comisión. Nos habría encantado que fuera [el candidato principal socialdemócrata] Frans Timmermans pero si finalmente no es el caso, pues es evidente que sí puede haber un presidente de la Comisión del Partido Popular Europeo", ha dejado caer Sánchez en la rueda de prensa posterior a la cumbre celebrada durante los dos últimos días en Bruselas.
Aunque la familia popular sigue siendo la más numerosa en el Parlamento Europeo, liberales y socialdemócratas han hecho fuerza en un intento de desalojarles de un cargo que han ostentado desde hace tres legislaturas, con los mandatos sucesivos de José Manuel Durao Barroso y Jean Claude Juncker.
De hecho, tanto Sánchez como Emmanuel Macron, que lidera a los liberales, habían vetado al candidato principal presentado por los populares, el alemán Manfred Weber, quien, sin embargo, cuenta con el respaldo de Angela Merkel, que enfila ya la retirada pero sigue siendo poderosa en el concierto europeo, y que no está dispuesta a aceptar que se le arrebate a su familia la presidencia de la Comisión Europea siendo el grupo más grande.
Vetos cruzados y equilibrios complejos
Así, los vetos cruzados han sido la principal causa del estancamiento de las negociaciones, que también incluyen la presidencia del Parlamento Europeo, la del Consejo Europeo, el Alto Representante para Asuntos Exteriores y, sobre todo, la presidencia del Banco Central Europeo, quizás el segundo cargo más influyente.
En el reparto, que debe contar con el respaldo mayoritario, aunque no la unanimidad, entre los líderes y en la Eurocamára, se ponderan equilibrios geográficos -países del este y del oeste-, demográficos -países grandes y pequeños- e incluso de género -hombres y mujeres-.
Pero el criterio básico es el ideológico, como ha reconocido este viernes el propio Sánchez, cuando ha admitido que su labor se centra más en defender los intereses de su familia que los puramente nacionales como representante español, aunque la aspiración sea colocar a algún nombre entre los principales cargos.
"Lo importante es que la socialdemocracia se vea representada y sea suficientemente visible", ha recalcado Sánchez, quien también ha señalado como "lógico" que sean necesarias nuevas reuniones para alcanzar un acuerdo ante la mayor fragmentación del espectro político en el Parlamento Europeo. Así, los líderes están convocados a otra cumbre el 30 de junio, apenas dos días antes de que se constituya la Eurocámara.
El modelo del candidato principal, en cuestión
Está por ver, en cualquier caso, que para entonces se hayan borrado todas las líneas rojas. De momento, queda en cuestión el modelo de los spitzenkandidaten, esto es, los candidatos principales que cada familia designó antes de las elecciones europeas para que fuera el presidente de la Comisión Europea.
“Ninguno de los tres candidatos de las [principales] familias políticas tiene el apoyo del Consejo ni del Parlamento Europeo“
"Ninguno de los tres candidatos de las [principales] familias políticas tiene el apoyo del Consejo ni del Parlamento Europeo. Tenemos que volver a empezar, nos toca diseñar ese método que nos permita llegar a buen puerto", ha deslizado Sánchez este viernes.
El jueves, Macron, que siempre se ha opuesto a ese sistema, ya lo daba por muerto: "El proceso en cierto modo estaba bloqueado porque las familias políticas se consideraban deudoras de sus acuerdos iniciales. Esta noche se han levantado, lo que permite relanzar un proceso", argumentaba el presidente francés.
Pese a todo, el actual presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker, daba un hilo de vida a un modelo que se suponía debía acercar el proceso de elección a los ciudadanos: "Estoy convencido de que el proceso en curso, el spitzenkandidaten, no ha llegado a término, pero veremos qué dice la autopsia", ironizaba. Por el momento, todo sigue abierto.