Black Shark 2, el móvil con alma de consola
- La compañía participada por Xiaomi renueva y mejora su terminal destinado al usuario gamer
- Su refrigeración líquida y la potencia de sus componentes permiten mover los juegos más exigentes
En el panorama actual de los videojuegos las fronteras se están diluyendo. Avanzamos hacia un futuro en el que el juego no estará en nuestra consola, PC o móvil sino que se alojará en los servidores de un proveedor. Google ya ha dado el primer gran paso con su servicio Stadia que lanzará este mismo año y Sony y Microsoft se han aliado en los últimos meses para fortalecer sus servicios de streaming. Eso sí, la compañía japonesa y la estadounidense no renuncian a las consolas físicas.
Mientras llega ese momento en el que nos podamos llevar el juego de un dispositivo a otro, tenemos que elegir en qué aparato queremos jugar y cada vez son más quienes apuestan por el móvil. En la mayoría de los casos, las versiones móviles de los juegos de consola apuestan por una jugabilidad más sencilla debido a la limitación de no disponer de mandos. También les penaliza el hecho de tener que ser compatibles con una enorme variedad de móviles, sobre todo en Android, donde podemos encontrar desde terminales muy básicos hasta auténticas bestias.
Para satisfacer al gamer más exigente, que no quiere caídas de rendimiento ni sobrecalentamientos, la compañía china Black Shark sacó al mercado su primer modelo en 2018. Apenas ha pasado un año y ya tenemos en las tiendas a su sucesor, un terminal con un diseño agresivo, centrado en la experiencia de juego y con unas especificaciones que lo sitúan entre los móviles de gama alta.
Lo primero que llama la atención del Black Shark 2 es su peso, por encima de los 200 gramos. Cuando lo soltemos y cojamos otro dispositivo de tamaño medio, este nos parecerá una pluma. Pero hay una justificación para ese peso. Primero por su sistema de refrigeración líquida que hace posible que no se caliente en ningún momento. En segundo lugar, por su batería de 4.000 mAh que le da una autonomía de más de un día con un uso moderado. Su cargador rápido de 27W permite tener el móvil al 100% de batería en una hora y 10 minutos, y la mitad de la carga en apenas 25 minutos.
El sistema de refrigeración y la batería son las dos características que nos permitirán jugar durante horas de una manera confortable. No notaremos caídas de rendimiento por calor excesivo y hasta los juegos más exigentes se moverán con fluidez. Detrás de ese comportamiento notable está el chip Snapdragon 855 de Qualcomm, el procesador de referencia en los móviles de gama alta en 2019.
La versión estándar cuesta 549 euros y tiene 8 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento. Suficiente para alojar una buena colección de videojuegos y aplicaciones. Existe un modelo más avanzado con 12 GB de RAM y 256 GB de memoria interna.
El Black Shark 2 cuenta con una pantalla AMOLED de 6,39 pulgadas que ofrece unos colores intensos, unos negros reales y rinde muy bien en la reproducción de vídeo en streaming. La tasa de refresco se mantiene en 60 Hz, por debajo de algunos de sus rivales en el mercado, pero no es algo que echaremos en falta en la mayoría de juegos.
La pantalla ocupa casi todo el frontal ya que en esta nueva versión el lector de huella digital se ha integrado en la misma. Lamentablemente, el nuevo Black Shark sigue sin traer un puerto para auriculares. Algo poco comprensible en un móvil destinado a los videojuegos. Eso sí, la caja incluye un adaptador de minijack a USB-C.
Shark Space, una central de juegos para aislarnos del mundo (si queremos)
Una de las innovaciones del Black Shark 2 es el botón lateral que nos permite entrar en un modo “paralelo” al sistema operativo Android. Se trata del Shark Space, donde veremos nuestros juegos instalados en un carrusel por el que podemos desplazarnos. Se asemeja a la pantalla de inicio de una consola que refuerza el aspecto gamer del terminal.
Al entrar en el modo Shark se cerrarán el resto de aplicaciones y se liberará la memoria RAM. Además, si arrastramos desde las esquinas superiores nos aparecerá un menú rápido en el que podemos seleccionar las conexiones y notificaciones que queremos mantener activas para evitar distracciones.
El panel táctil responde muy bien a nuestras acciones. El fabricante asegura que han conseguido la menor latencia del mercado con 43,5 milisegundos, pero es algo que no se aprecia en una experiencia de juego estándar. También han incluido en la pantalla el llamado sistema Master Touch que permite configurar distintas zonas para que respondan a las presiones de nuestros dedos. Pero por ahora no parece algo que vaya a estar implementado en un gran número de juegos.
Lo que convierte al Black Shark 2 en lo más parecido a una consola portátil es el kit Pro, que se vende aparte. Consta de una funda rígida y de un gamepad dividido en dos mitades, que se insertan a cada lado de la funda. El mando izquierdo cuenta con un stick analógico y cuatro botones de dirección, mientras que el mando derecho incorpora cuatro botones de acción y una zona táctil. Además, hay cuatro botones “hombro” situados en la zona superior de los mandos.
Teniendo en cuenta que la diagonal de pantalla es similar a la de Nintendo Switch, estamos ante un dispositivo que da el pego como consola portátil gracias a ese kit Pro y a unos componentes con los que no notaremos parones en los videojuegos más exigentes.
CONCLUSIÓN
El Black Shark 2 es un móvil para quienes quieran exprimir los juegos al máximo durante muchas horas. Es un terminal equilibrado, que rinde bien en todas sus funciones y con una autonomía más que aceptable. Su diseño agresivo puede que no convenza a todos los usuarios, pero estamos ante un dispositivo dirigido a un sector muy concreto que busca destacar entre la competencia. Entre sus puntos mejorables están un peso algo elevado y la ausencia de puerto para auriculares.