Las reticencias del Partido Popular Europeo a apoyar a Timmermans bloquean el reparto de altos cargos de la UE
- Los Veintiocho llevan reunidos desde el domingo para acordar las presidencias de la Comisión, el Consejo y el Parlamento
- España, Alemania, Francia y los Países Bajos defienden a Timmermans para la CE, pero los populares se oponen
El reparto de los altos cargos de las instituciones de la Unión Europea continúa bloqueado este lunes, tras toda una noche de negociaciones entre los líderes europeos, ante la negativa de los populares a aceptar que el socialista holandés Frans Timmermans se convierta en el nuevo presidente de la Comisión Europea, tal como habían pactado España, Francia, Alemania y Países Bajos. "El acuerdo está complicado efectivamente porque las posiciones no se han movido", han señalado fuentes diplomáticas a primera hora de la mañana, después de que los líderes hayan pasado la madrugada en reuniones bilaterales, sin que por el momento se vislumbre un consenso definitivo.
A primera hora de la tarde del domingo, el nombre de Timmermans sonaba con fuerza para ejercer el máximo cargo europeo. Había sido acordado durante la cumbre del G20 en Japón, y era incluso apoyado por la canciller alemana, Angela Merkel, dispuesta a renunciar a que su colega Manfred Weber presida la Comisión Europea. Pero el preacuerdo no ha gustado al resto de líderes populares, que, siendo la fuerza más votada en las elecciones europeas, se niegan a ceder las riendas del Ejecutivo comunitario. Tampoco Italia y los países del Visegrado aceptan al actual vicepresidente comunitario por sus amonestaciones por violar el Estado de Derecho con sus políticas migratorias.
Para los socialdemócratas, liderados por Pedro Sánchez, Timmermans cuenta precisamente con la experiencia capaz de construir consenso, pero reconocen que la intención es que todas las familias políticas obtengan representación, por lo que lo "normal" sería que Weber obtenga una "posición relevante", según fuentes de Moncloa consultadas por TVE. Reconocen, además, que si Timmermans llega a presidir la Comisión, el ministro de Exteriores en funciones, Josep Borrell, podría aspirar a un puesto importante en la Unión Europea.
Sin embargo, la madrugada se ha agotado con los líderes aún encerrados en la sede del Consejo Europeo, donde han pasado más tiempo realizando consultas bilaterales que en sesión plenaria. El reparto de cargos necesita el respaldo de los jefes de Estado y de Gobierno por mayoría cualificada reforzada (al menos 21 países que representen como mínimo el 65% de la población de la UE) y de la Eurocámara. Así las cosas, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha vuelto a convocar a los líderes para el desayuno, con el objetivo de cerrar el acuerdo.
Entre siete y once países rechazan a Timmermans
"Es mucho pedir a alguien aceptar un puesto sin hablar de los otros", han señalado fuentes diplomáticas en referencia a que se está tratando de encajar a la vez las nominaciones para presidir el Consejo Europeo, la Eurocámara y el Banco Central Europeo, además del cargo de alto representante para la Política Exterior. En ese reparto, se intenta satisfacer a las principales familias políticas (PPE, socialdemócratas y liberales) y mantener un equilibrio geográfico y de género de los candidatos.
Otras fuentes diplomáticas indican que hay entre siete y once países que se mantienen en contra de Timmermans, mientras que otra delegación ha informado de que ninguno de los tres nombres de candidatos del PPE que sonaban para los puestos salía adelante, a saber, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar; el francés Michel Barnier, negociador jefe europeo para el Brexit; y la excomisaria europea búlgara Kristalina Georgieva.
Por su parte, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha descartado que esté decidido que Timmermans vaya a ser nominado para presidir la CE, así como que esté garantizado que la cumbre de líderes vaya a concluir con un acuerdo.
Sin embargo, fuentes diplomáticas insisten en que "sería irresponsable salir hoy de aquí sin un acuerdo", dado que el Parlamento Europeo inicia este martes su nueva legislatura y tiene previsto designar a su presidente el miércoles. Sin un acuerdo previo de los líderes, ese cargo estaría ocupado y les dejaría con menos margen de maniobra para encajar el resto.
División entre los líderes populares
El principio de acuerdo esbozado durante la cumbre del G20 en Osaka otorgaría a Manfred Weber la presidencia del Parlamento Europeo, mientras que los mandos del Consejo Europeo irían a parar a los liberales, la tercera fuerza, liderada por el presidente francés, Emmanuel Macron. Sin embargo, el veto de Hungría, Irlanda, Polonia, República Checa y Eslovaquia, unidos a una hipotética abstención del Reino Unido, impedirían que esta fórmula llegase a ver la luz.
De poco han servido los intensos contactos de última hora mantenidos el domingo, puesto que la división en el seno del PPE ha llevado a Tusk a suspender temporalmente la negociación pasadas las 23:30 horas para buscar un consenso en reuniones bilaterales con socialistas y populares, que por primera vez no controlan la Eurocámara.
Fuentes del PPE consultadas por AFP aseguraban a primera hora de la madrugada que el acuerdo "está muerto", descartando así una resolución a lo largo de la noche, ya que insistían en reclamar para sí el Consejo Europeo. Además, reprochaban a Merkel que haya retirado su apoyo a Weber, un movimiento "inesperado" y que ha provocado una "crisis de comunicación" dentro del grupo más amplio del Parlamento, según las mismas fuentes. De hecho, otras dos fuentes diplomáticas se han aventurado a señalar que hará falta una cuarta cumbre a mediados de julio para cerrar todos los flecos.
Pese a que las negociaciones se mantienen y se mantiene el objetivo de cerrar un pacto este mismo lunes, fuentes de Moncloa han reconocido a primera hora de la mañana del lunes a TVE que "el acuerdo está complicado" y que "las posturas no han cambiado" a lo largo de la madrugada.
Un acuerdo difícil
Tusk inició el proceso el pasado 28 de mayo, pero este mismo sábado apuntaba desde la cumbre del G20 que la resolución está "lejos". "Nos estamos acercando a una solución, pero todavía estamos demasiado lejos como para ser específico", dijo el viernes en Twitter. Entretanto, el presidente saliente de la CE, Jean-Claude Juncker, defendía que el holandés "es uno de los [candidatos] que deben ser tomados en serio cuando se trata de designar al presidente".
A su llegada a Bruselas, Merkel desprendía el mismo pesimismo al considerar que las negociaciones "no serán muy fáciles"; mientras que Macron resaltaba la "importancia" de que se hallaran "respuestas y un nuevo equipo" en este Consejo.Y por su parte, el primer ministro de República Checa, Andrej Babis, expresaba su rechazo al ascenso del actual vicepresidente de la CE: "Me temo que no es la persona adecuada para unificar Europa", subrayaba.
Los líderes han apostado por mantener un equilibrio geográfico (países de este y oeste, norte y sur), de género y de partidos en el reparto de los cinco puestos en liza -CE, Parlamento, Consejo, Banco Central Europeo y el alto representante para Política Exterior- lo que complica aún más la resolución del rompecabezas. El propio Tusk y Macron preferirían han afirmado que lo ideal sería que las mujeres ocuparan al menos dos de los cuatro altos cargos.
El fracaso de la segunda reunión el 20 de junio, los denominados spitzenkandidat, entre los que se encuentra el propio Timmermans. Pero este domingo, tanto Timmermans como Weber vuelven a estar en la mesa de negociaciones, aunque también hay otros nombres, como el negociador jefe para el Brexit, Michel Barnier; la directora ejecutiva del Banco Mundial, Kristalina Georgieva, o la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.
También se barajan los nombres del negociador jefe para el Brexit, Michel Barnier; la directora ejecutiva del Banco Mundial, Kristalina Georgieva, o la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. Para el Consejo, se barajan figuras como el primer ministro belga, Charles Michel; el holandés, Mark Rutte; irlandés, Leo Varadkar, y croata, Andrej Plenkovic, además del de la presidenta lituana, Dalia Grybauskaite.
La constitución del Parlamento marca los tiempos
Pero los Veintiocho podrían decantarse por otra persona, por lo que no sería sorprendente que el consenso surja en torno a candidatos inesperados. Los dirigentes quieren cerrar el paquete antes de la constitución del Parlamento Europeo, prevista para este martes, que elegirá a su vez a su presidente el miércoles. De lograr un acuerdo, éste no sería votado en la Eurocámara hasta los plenos entre el 15 y 18 de julio.
Pero si el Parlamento, que se resiste a apoyar a un candidato ajeno a los spitzenkandidat, termina por vetar el nombramiento, los líderes deberán proponer otro nombre en el plazo de un mes para que el Parlamento vuelva a votar. En última instancia esto podría prolongar el mandato de la actual Comisión Europea, que concluye el 31 de octubre de 2019.
Pase lo que pase, la Eurocámara escogerá el miércoles a su presidente ajena a los líderes europeos. Sin embargo, su decisión tendrá que tenerse en cuenta a la hora de diseñar el paquete de cinco puestos para mantener el equilibrio. Por el momento, los únicos candidatos propuestos han sido el checo Jan Zahradil por el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, y la española Sira Rego por la Izquierda Unitaria Europea.