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Sanz Roldán abandona este viernes el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) tras diez años de mandato

  • Su número dos y secretaria general del centro, Paz Esteban, se perfila como su relevo de forma interina

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Fotografía de archivo en la que aparece el director del CNI, Félix Sanz Roldán
Fotografía de archivo en la que aparece el director del CNI, Félix Sanz Roldán

El director del Centro Nacional de Inteligencia sin que el Gobierno pueda nombrar a su sustituto por estar en funciones desde la celebración de las elecciones generales del 28 de abril.

Su número dos y secretaria general del centro, Paz Esteban, se perfila como su relevo de forma interina, a la espera de que se forme un nuevo Gobierno que nombre a su sucesor.

Roldán abandona el cargo tras diez años de mandato salpicados de éxitos y también de episodios controvertidos.

El papel de los servicios secretos para el fin de la banda terrorista ETA y la recuperación del prestigio del Centro tras los escándalos de la etapa en la que estuvo dirigido por Alberto Sáiz son los principales logros del general con más información de todo el país, que ahora, a los 74 años, se jubila.

En la otra cara de la moneda están la crisis en Cataluña o sonados escándalos como el de las escuchas ilegales protagonizado por el excomisario Villarejo, ahora en prisión, o el de la amiga del rey Juan Carlos I, Corinna zu Sayn-Wittgenstein.

En el cargo con Zapatero, Rajoy y Sánchez

Por estos casos llegó a comparecer el año pasado, a petición propia, ante la comisión de secretos oficiales del Congreso de los diputados y su nombre apareció en los titulares de todos los medios.

Antes de su comparecencia, la ministra de Defensa, Margarita Robles, se mostraba convencida de que declararía con "absoluta transparencia, todo rigor y diciendo la verdad de lo que sabe", porque Sanz Roldán es, dijo entonces, "un servidor del Estado".

Es además conocido, y en esto coinciden partidarios y detractores, por su astucia y su habilidad, cualidades que le permitió estar en el cargo con tres presidentes de distinto signo: el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, el popular Mariano Rajoy y ahora, en la última etapa, el socialista Pedro Sánchez.

Rodríguez Zapatero apostó por él, un militar veterano que había sido jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), a propuesta del entonces ministro de Defensa José Bono, y anteriormente Alto Representante para la Presidencia de España ante la UE.

Durante su etapa como JEMAD se aprobó la Directiva Nacional de Defensa, en noviembre de 2004; un año después, la Ley de Defensa Nacional; y en abril de 2006, la Ley de Tropa y Marinería, entre otras importantes normas.