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Elecciones Grecia

Grecia va a las urnas sumida en el desencanto

  • El país celebra elecciones parlamentarias por primera vez desde el fin de los rescates
  • Las encuestas apuntan a una victoria de Nueva Democracia que ganó también las europeas, regionales y municipales de mayo

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Cinco Continentes - Grecia vota este domingo sumida en el desencanto

Desafiando las recomendaciones que invitan a no salir a la calle ante la ola de calor que sacude Grecia, un grupo de jubilados charla en un parque en el ateniense barrio de Kallithea. "Syriza, Tsipras, con todos los obstáculos que tenía, ha hecho todo lo posible por llevar al país al equilibrio. Si no fuera por eso, Europa nos habría echado", comenta Efimios de 68 años.

"No estoy en absoluto de acuerdo", responde Giorgos de 70 en un correcto inglés aprendido en sus años de migrante en Estados Unidos. "Tsipras es el peor político que ha tenido este país en su Historia. El lunes que se vaya a su casa. Votaré por Nueva Democracia", sentencia.

Efimios, de 68 años

Efimios, de 68 años SARA ALONSO

En el banco de al lado, dos mujeres almuerzan un gyros ajenas a la política. Aspasia, de 75, escondida bajo unas grandes gafas de sol que sólo se quita para la foto, dice que su pensión es de 350 euros. "¿Qué quieres que te diga? Con eso no me da. Sólo llego a mitad del mes. El resto sobrevivo con ayuda de mis hermanos a los que tampoco les va muy bien. Tenían tiendas de ropa y tuvieron que cerrar con la crisis", como otras 300.000 empresas en estos años.

Aspasia, va a votar pero no sabe a quién. No confía en los políticos. Es una sensación bastante extendida. "Es muy difícil creer en los políticos después de lo que ha pasado en Grecia" nos cuenta Giorgos, biólogo de 24 años. "Da igual a quien votes porque todos los partidos van a hacer lo que diga Europa. Es difícil salir de ahí y hacer las cosas de una manera diferente".

Este joven, que se incorporará al servicio militar obligatorio en Grecia para varones en unos días, dice que votará a partidos minoritarios para que haya más voces en el Parlamento.

El sistema de partidos en Grecia es muy plural y las formaciones obtienen representación con un 3%. Es más que posible que partidos tanto a la izquierda de Syriza como a la derecha de Nueva Democracia obtengan escaños. "En realidad hay mucha gente que no vota porque cree que todos los partidos son lo mismo", continúa. Lo cierto es que en Grecia, donde el voto es obligatorio por ley aunque no se persiga a nadie por no ir a las urnas, la abstención era tradicionalmente baja y en las últimas citas electorales ha superado el 40%.

Este joven asegura que cuando acabe el servicio militar se irá al extranjero. Como 400.000 jóvenes lo han hecho ya. Los políticos de diferente signo proponen medidas para el retorno o para, al menos, evitar que se marchen. El paro general se ha reducido a la mitad (18%) pero el juvenil, pese a la fuga de cerebros, sigue siendo muy alto (40%). Lo salarios, para los que trabajan, son muy precarios y de momento, la emigración, sigue siendo el plan de la mayoría de jóvenes.

"No me parece bien que nos vayamos todos. Eso no es bueno para el país, pero aquí no hay ninguna opción", apunta Yanis, estudiante de antropología en la Universidad Panteios. Votará a Syriza, porque dice, le parece el mal menor. "No lo ha hecho bien pero me acuerdo de cuando estaba ND y yo no quiero volver ahí", señala.

Kali, también de 19 años y estudiante de sociología apostará, sin embargo, por los consevadores. "Amo mi país, no querría irme pero si las cosas siguen así, no tendré más remedio para poder tener una vida mejor", dice con pena. Nikos, a punto de terminar sus estudios y también con intención de migrar, nos dice que todos sus amigos lo han hecho. "Ellos no podrán votar porque no se puede desde el extranjero", nos dice.

Yanis y Nikos, estudiantes griegos

Yanis y Nikos, estudiantes griegos SARA ALONSO

En Grecia, se ha rebajado la edad que permite el sufragio activo a los 17 años y pese a todo, 1 de cada 4 votantes tiene más de 70 años. La tendencia demográfica no es nada halagüeña.

La economía empieza a crecer

Venetia tiene una tienda de velas. "Lo pasamos muy mal con la crisis pero ahora va algo mejor. Desde hace tres años la cosa está más estable". Esta mujer no sabe a quién votará porque siente que los políticos prometen mucho pero no cumplen (hay un 10% de indecisos).

Muchos comerciantes apuntan en esa dirección de leve mejoría y de hecho, se ven carteles que reclaman personal en establecimientos destinados al consumo local. Dependientes de tiendas, personal de peluquería, masajistas, repartidores... El turismo también está contribuyendo a levantar un poco las cajas registradoras.

Cartel en un escaparate que busca dependienta

Cartel en un escaparate que busca dependienta SARA ALONSO

En el Mercado Central, Miriam, lleva 30 años regentando un puesto de frutos secos. "Los últimos años han sido muy duros. Ahora, hay más clientes, sobre todo porque vienen más turistas, pero eso es algo puntual. Hoy están y mañana no", dice con rostro cansado.

El turismo es uno de los motores que está moviendo la economía de la capital. "Es un turismo de baja calidad. No deja mucho dinero. Pasa mucha gente, miran, pero no compran", cuenta Stavros en su tienda de productos de cuero en el céntrico y turístico barrio de Monastiraki. "Estoy pensando en dar una vuelta completa a mi negocio. Vendo productos buenos y son caros. Los que ofrecen cositas de 1 euro o 2 euros son los que venden. Quizá vaya por ahí", dice este hombre con 15 años de negocio a sus espaldas.

Miriam, en su puesto de frutos secos en el Mercado Central

Miriam, en su puesto de frutos secos en el Mercado Central SARA ALONSO

Los sondeos dan la victoria a los conservadores

Todos los primeros ministros que han estampado su firma en alguno de los rescates que ha recibido el país de la UE, han pagado la factura en las urnas, porque son los griegos -particularmente las clases medias- las que han pagado hasta la asfixia por las obligaciones que cada memorando conllevaba.

Primero fue Yorgos Papandreu (PASOK), después Andoni Samarás (Nueva Democracia) y todo parece indicar que Alexis Tsipras (Syriza) no será una excepción aunque los rescates, sobre el papel, terminaran en agosto del año pasado y Grecia pueda ya, aunque con muchas limitaciones y estricta supervisión, financiarse por sí misma en los mercados.

Alexis Tsipras pide en sus mítines la oportunidad para gobernar "ahora que se han ido las águilas del FMI y que no deciden por nosotros los tecnócratas de la Troika".

Quien fuera el primer ministro más joven de la democracia, fue capaz en 2015 de generar ilusión y esperanza con sus promesas de acabar con la austeridad y plantarse ante las instituciones europeas para acabar cediendo pese a que los griegos dijeron 'NO' en el referéndum celebrado ahora hace cuatro años, insiste en que ha evitado el descarrilamiento del país.

En los últimos meses le ha subido el salario mínimo, revalorizado pensiones y contratado a 10.000 profesores en la educación básica. No parece suficiente para que los griegos, muchos molestos también por el acuerdo con Macedonia del Norte, le devuelvan la confianza. Parecía que iba a agotar la legislatura, pero los malos resultados en las elecciones de mayo (europeas, regionales y locales) le llevaron a adelantar los comicios que debieran haberse celebrado en octubre en un intento por evitar un descalabro mayor.

Kyriakos Mitsotakis, en cabeza en los sondeos

Kyriakos Mitsotakis, a quien todos los sondeos dan la victoria, se ve ya como próximo primer ministro. Proviene de una familia con larga trayectoria política. Su padre fue primer ministro en los 90', también su hermana ha sido ministra y su sobrino es el actual alcalde de Atenas.

Mitsotakis se dirige a las clases medias, las más damnificadas por la crisis como una garantía de crecimiento económico y atracción de inversiones. En ese sentido, el candidato, defensor del libre mercado en su sentido más amplio, goza de la simpatía de los empresarios. Mitsotakis, que como ministro fue artífice de grandes recortes en el sector público, promete además bajar impuestos y no proceder a más recortes.

Cómo levantar al país, como permitir que los griegos vuelvan a levantarse, es el quid de esta campaña. No se habla de otra cosa. Normal en un país donde el 35% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.

El voto de los griegos ha sido muy volátil en los últimos diez años en que han gobernado tres partidos distintos. Van alternando en busca de una salida que parecen no encontrar. Quien resulte ganador el domingo, formará gobierno. El sistema griego, que bonifica con 50 escaños a la lista más votada, lo facilita. Gane quien gane, la supervisión europea llegará a Atenas cada tres meses y los compromisos de disciplina fiscal no se agotarán hasta 2060. El margen es limitado. Los griegos parecen conscientes y, aunque parecen agotados con sus políticos, tienen la necesidad de creer que, poco a poco, saldrán del hoyo en el que se han visto inmersos durante la última década.