Maison Mesa y Dani Pannullo convierten a Mariola Fuentes en su particular ave fénix
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Se abre el telón del Circo Price y sale Mariola Fuentes. La función ‘Four seasons of phoenix’ (Las cuatro estaciones del fénix), el resultado de la estrecha colaboración entre Maison Mesa y el coreógrafo Dani Pannullo. Ya trabajaron en el desfile anterior de la firma pero tenían ganas de más. Ahora firman un 'versus', Maison Mesa vs Dani Pannullo, un guiño al icónico Andy Warhol vs. Basquiat. "Me interesó el concepto del ave fénix y hablamos de la vida de una mujer a través de las cuatro estaciones de la edad, pero a la vez es una reflexión de las temporadas de la moda".
En esta colección ofrece prendas de primavera, verano, otoño e invierno "para hacer pensar a la gente sobre el sistema de la moda y estos conceptos caducos”. El desfile es una coreografía en la que Fuentes, que conoció a Pannullo cuando coincidieron en Productos Lola, comparte escenario con las modelos. "Son niñas de veinte años pero ella se las come", dice emocionado.
Su personaje evoluciona con el guion. El calendario estacional arracan con una primavera tintada en blancos, que son sl símbolo de la pureza, y Mesa propone prendas de tul, mikados y algodones ligeros, algunas inspiradas en los faldones de los bautizos y otras con elásticos y engomados como la ropita de bebé.
El verano eleva la carga estética, con satenes de seda y una explosón de color “que refleja el estallido hormonal”. Mesa recupera siluetas años 30 y estampados que se inspiran en los trajes de baño y las casetas de playa de principios del XX. "He hecho prendas de geometrías blancas, muy sensuales y muy Bauhaus".
El otoño, la madurez, se refleja con un tono morado intenso, “como de penitencia”, para vestir a una mujer fuerte que se da cuenta de que vive en un mundo de hombres. “He hecho versiones del esmoquin, con estilo japonés, asimétrico, de manga corta, en ecopiel y siempre con estampados masculinos, como la pata de gallo.
Con el invierno llega la vejez, entendida como una nueva juventud para Mesa. Por eso la función eleva su carga estética y el dramatismo acentúa el carácter festivo de las prendas. Hay un barroquismo elegante que se inspira el exceso estético de iconos como Coco Chanel o María Félix en su elegante vejez. "Es una silueta más ochentera, más exagerada con megaformas en la ropa y el pelo".
Hay malla de metal y viscosa para potenciar el estilo guerrero de la mujer y destaca una capa enorme cuajada de lentejuelas que bebe de los patrones de Balenciaga. “Yo es que soy muy fan, de siempre”, desvela. Casi todos los patrones con cuadrados, círculos o rombos que, con su talento y oficio, se convierten en maravillas que revolotean bajo la carpa del circo. Allí donde, una y otra vez, nace y muere el fénix. “Es el animal mitológico que mejor representa la moda”, sentencia.