El viaje fotográfico de Joel Meyerowitz al duende flamenco de Málaga
- El maestro norteamericano de la fotografía de calle convivió en los 60 con la familia flamenca Escalona
- Una exposición de PhotoESPAÑA recoge imágenes del viaje de este pionero en el uso del color
Joel Meyerowitz renunció a su trabajo como editor en una pequeña agencia de publicidad neoyorquina cuando observó en plena acción al fotógrafo Robert Frank.
La escena disparó la vocación de Meyerowitz que no tenía ni idea de qué quería fotografiar pero sí una obsesión fija: la vida en las calles del Bronx a las que se lanzó con una cámara de 35 mm y una película en color en 1962. Este momento iniciático arranca la carrera que le aupará como maestro de la fotografía de calle (street photography).
Sus imágenes son instantes detenidos que paradójicamente desbordan movimiento, luego vendría la metamorfosis del paisaje como tema y su férrea defensa de la revolución del color frente a la fotografía en blanco y negro, que reinaba absoluta a finales de los 50.
“Fotógrafos como Frank o Cartier-Bresson defienden el instante decisivo o la necesidad de contar una historia, mientras que Meyerowitz trabaja más con el contexto. En sus imágenes pasan muchas cosas y el foco está en muchos sitios. Sus fotos más famosas son caóticas y suman muchos elementos”, asegura a RTVE.es Nuria Enguita, comisaria de la exposición que PhotoESPAÑA consagra al autor.
Joel Meyerowitz aún se está formando cuando recorre España entre 1966 y 1967. El artista convive como testigo privilegiado durante seis meses con la familia flamenca Escalona, la más afamada de Málaga, y se enamora de su alma gitana.
El americano toma cientos de fotografías: instantes íntimos de celebraciones con baile y jarana auténtica sin imposturas o estampas de las vecinas de charla despreocupada en las calles.
A menudo son imágenes en las que fluye un humor velado. Se convierten en documentos excepcionales de una época: la de la España gris de la dictadura que asoma tímidamente hacia la transformación social. La fascinación del fotógrafo del Bronx por este ambiente es absoluta y refleja como el caos callejero se abre paso a toda costa.
“Él dice que siempre hay un camino solo hay que buscarlo y defiende que hay que superar a los maestros como Robert Frank. Las fotos de Meyerowitz se dirigen más al cuerpo que a la mirada, decía que el espectador tenía que sentir algo físico. Era casi sensual”, afirma Enguita.
La exposición Hacia la luz recoge 98 de estas fotografías, la mayor parte tomadas en la ciudad andaluza junto a los Escalona. La muestra es uno de los platos fuertes de PhotoESPAÑA 2019 (Hasta el 27 de julio en la Casa de América de Madrid) y cuenta con fondos procedentes de la colección Per Amor a l'Art.
El viaje por nuestro país ejerció de punto de inflexión para el neoyorquino, impone el color en un momento en que se valoraba como de menor calidad para la fotografía artística.“Refleja el color de un país del sur. Busca el contraste y genera colores muy raros como los metalizados”, afirma la experta.
Ya convertido en leyenda, la tragedia del 11/S sorprendió al artista en su ciudad donde documentó el cambio del paisaje con la retirada de los escombros durante meses en la zona cero. Una experiencia que le cambió en lo personal y en lo profesional, asegura.
Meyerowitz continúa a sus 81 años incombustible recorriendo las calles cámara en ristre, fascinado por transmitir al mundo los latidos del detalle fotográfico.