Granjas ecológicas, trenes y mercadillos locales: el turismo sostenible, una alternativa a las vacaciones tradicionales
- Viajar de manera responsable consiste en reducir el impacto económico, cultural y medioambiental del turismo
- El turismo sostenible ha conseguido entrar en la agenda política de regiones como Canarias o Cantabria
Viajar es cada vez más sencillo, especialmente en Europa gracias a las compañías de bajo coste y al espacio europeo de libre circulación. El número de turistas que dedican su tiempo libre a lanzarse a visitar otros lugares aumenta año tras año en todo el mundo: hasta 1.400 millones de personas viajaron en 2018, un 6% más que el año anterior, según la Organización Mundial de Turismo (OMT).
Como respuesta a esta vorágine en la que se está convirtiendo el turismo, han surgido propuestas para viajar de manera responsable, tratando de reducir al máximo su impacto. Cuidar el medioambiente, respetar el patrimonio cultural y favorecer la economía local son factores que cobran cada vez más importancia a la hora de embarcarse en una nueva aventura. La OMT engloba todo esto bajo el término de turismo sostenible.
Este movimiento posee ya un largo recorrido. Desde hace 15 años, se entrega el Premio de Ética de la OMT a las empresas que trabajan para que sus actividades sean más responsables, en 2017 se celebró el Año Mundial del Turismo Sostenible y cada vez hay más asociaciones que promueven actividades y destinos cuyo objetivo es la sostenibilidad.
Claves para ser un turista sostenible
Para empezar a ser un turista sostenible, es necesario plantearse primero dónde ir. Hay diversas organizaciones que proporcionan información sobre los destinos, como la Sustainable Top 100, que elabora cada año una lista con los destinos internacionales que consideran más sostenibles. El International Network of Sustainable Tourism Observatories (INSTO), por otro lado, es una red que supervisa el impacto económico, ambiental y social del turismo en cada destino y cuenta ya con 26 observatorios por todo el mundo.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomienda optar por el turismo de cercanía y a pequeña escala. Visitar lugares próximos permite utilizar medios de transporte menos contaminantes o incluso prescindir de ellos. Para trayectos cortos, es preferible caminar o montar en bicicleta. Si las distancias son medias, es mejor utilizar el transporte público o compartir vehículo a través de aplicaciones como Blablacar.
En el caso de los destinos de larga distancia, se recomienda optar por el tren, el autobús o el coche, siempre y cuando vaya lleno. Desaconseja, por el contrario, el avión o el crucero, ya que son dos de los medios de transporte que más contaminan y contribuyen al cambio climático por sus altas emisiones.
A la hora de escoger alojamiento, la OCU propone el turismo colaborativo. Existen plataformas para buscar apartamentos o casas como Fairbnb, que ofrece alojamientos legales y éticos y dona el 50% de su comisión a diversos proyectos sociales. También existen alternativas como el couchsurfing, en la que un local te acoge gratis en su residencia, o el intercambio de casas con otras familias que quieran visitar tu localidad.
Si estas alternativas producen desconfianza, también es posible alojarse en granjas ecológicas o buscar hoteles que cumplan con los requisitos para ser sostenibles. Ecotur.es, por ejemplo, ofrece un amplio mapa de alojamientos con certificación de sostenibilidad por toda España, principalmente casitas rurales alejadas del ruido y el ajetreo de las grandes ciudades.
El turismo sostenible no es solo visitar un destino que cumpla los requisitos, las pequeñas acciones también cuentan. La Fundación Aquae recomienda evitar imprimir los billetes del viaje en la medida de lo posible, optando por presentarlos en la pantalla del móvil. Otros detalles a tener en cuenta son revisar que la luz está apagada antes de salir del alojamiento o evitar que en el hotel laven la toalla diariamente si no es necesario, para no malgastar recursos.
A esto se suman otras decisiones a nivel económico como comprar productos locales a modo de recuerdos para incentivar la economía local, no comer en grandes cadenas comerciales, comprobar que aquello que se consuma haya sido producido de manera justa y responsable y no adquirir flora y fauna protegida. Otra decisión que una gran parte de los turistas responsables realizan es evitar consumir actividades culturales poco éticas, como aquellas que implican maltrato animal.
Destinos sostenibles en España
En España, el turismo sostenible se va abriendo camino y encontrando un hueco en la agenda política de partidos y gobiernos regionales. Ejemplo de ello es Navarra, que se convirtió en el primer Observatorio de Turismo de la INSTO de España el 23 de enero de este mismo año.
El Gobierno de Canarias lleva años volcándose en el desarrollo turístico sostenible de la zona. Por ejemplo, El Hierro se ha convertido en una isla 100% autosuficiente gracias a las energías renovables del viento y el agua. Fue declarada como Reserva de la Biosfera y Geoparque por la UNESCO y la comunidad herreña está esforzándose en proteger e impulsar la identidad de la isla, su gastronomía, artesanía y tradiciones.
Existen iniciativas como Turismo Sostenible Cantabria, donde se puede encontrar una guía con información sobre las 16 localidades pertenecientes a la Mancomunidad de Municipios Sostenibles (MMS). Poblaciones como Noja, Suances o Laredo buscan fomentar el turismo poniendo en valor su patrimonio histórico, cultural y natural.
EUROPARC, por otra parte, ha elaborado un listado de espacios naturales protegidos españoles que han sido acreditados con la Carta Europea Turismo Sostenible, entre los que se encuentran el Parque Natural de la Sierra de Grazalema, el Parque Regional Sierra de Gredos o el Parque Nacional de Monfrague entre otros.
El ecoturismo
“España, con más de 1.500 espacios naturales protegidos, supera los 7 millones de hectáreas protegidas (casi el 13% del país), y no sólo es el país europeo con más espacios naturales, sino el que más superficie de la Red Natura 2000 posee”, afirma Amanda Guzmán, de la Asociación de Ecoturismo en España (AEE). Conocer áreas naturales como estas, interpretarlas y explorarlas sin generar impactos negativos y repercutiendo positivamente en la población local es lo que define al ecoturismo, tal y como recoge la Declaración de Ecoturismo de Daimiel.
La propuesta de El Club Ecoturismo (gestionado por la AEE) son precisamente actividades como la observación de flora y fauna, la observación de las estrellas, realizar visitas guiadas por espacios protegidos para descubrir su valor natural, senderismo o rutas en bicicletas que permitan explorar estos espacios, talleres de educación ambiental, terapias con animales o descubrir el proceso de elaboración de productos locales, entre muchas otras. La cuestión es aprender desde el respeto acerca del patrimonio natural.
“Este tipo de actividades se realiza en lugares y con especies sensibles, por lo que es crucial llevarlo a cabo con suficientes garantías de no impacto y de contribución a la conservación”. Informarse acerca de la certificación de los organizadores de estas actividades no es sencillo. Es por ello que páginas como SoyEcoturista.com ofrecen un catálogo de empresas turísticas y actividades con su correspondiente certificación, para asegurar una experiencia ecoturística real y ética. Ecotur.es cuenta también con una lista de actividades agroturísticas y de corte ecologista, tanto para niños como para mayores.