Los crímenes de la familia Manson, 50 años del final sangriento del 'verano del amor'
- Se cumple medio siglo del asesinato de Sharon Tate y otros miembros de la élite de Hollywood a manos de una secta
- El autor intelectual, Charles Manson, murió en 2017 pero su figura sigue despertando horror y fascinación
En agosto de 1969 una serie de crímenes cometidos por un grupo de miembros de la llamada 'Familia Manson' acabó con la vida de siete personas en Hollywood. Los asesinatos de la actriz Sharon Tate -mujer del director Roman Polanski- y otros miembros de la élite de la Meca del cine supusieron un duro golpe al movimiento hippie y, en la práctica, terminó con el sueño del llamado 'verano del amor'.
El responsable de la masacre, de la que se cumplen 50 años, fue Charles Manson, un delincuente de poca monta y músico frustrado reconvertido en 'gurú' que utilizó su capacidad de influencia para convertir a un grupo de jóvenes de clase media en una temible banda de criminales y asesinos.
Sobre la figura de Manson -fallecido en noviembre de 2017 a los 83 años cuando cumplía cadena perpetua- se ha escrito mucho pero no parece claro cuáles eran sus objetivos reales, más allá del resentimiento y de una enfermiza obsesión por la música de The Beatles, sobre todo por el llamado Álbum blanco.
Adolescencia en reformatorios
Nacido en Cincinnati (Estados Unidos) en 1934, Charles Manson era un hijo ilegítimo de una joven de 16 años, que creció entre varias familias adoptivas y pasó buena parte de su adolescencia y juventud entrando y saliendo de reformatorios.
En 1967, cuando tenía 33 años -19 de ellos pasados en diferentes instituciones penitenciarias- se instaló en San Francisco, meca del movimiento hippie, aprovechando que estaba en libertad condicional.
Allí, durante el llamado 'verano del amor', descubrió el poder del LSD y, ayudado por su extraña habilidad para persuadir a los demás, montó la base de lo que sería su 'Familia', una secta en cuyo ideario mezclaba sin demasiado orden racismo, nazismo y un ciego culto al líder, incluida la sumisión sexual.
Al año siguiente, Manson y 18 de sus seguidores -la mayoría mujeres- se trasladaron al Rancho Spahn, cerca de Los Ángeles, donde se establecieron a la manera de las célebres comunas de la época.
Es curioso ver cómo un marginado social como Charles Manson mantenía cierta amistad con actores y músicos célebres, como Dennis Wilson, batería de The Beach Boys, con quien escribió la canción "Cease to exit", que acabaría apareciendo años después en el disco del grupo californiano 20/20, aunque bajo el título "Never learn not to love".
Gracias a Wilson, Manson pudo conocer en 1968 a Terry Melcher, hijo de la actriz Doris Day y famoso productor de grupos como The Byrds. Chales Manson estaba obsesionado con ser una estrella de rock y vio en la figura de Melcher su gran ocasión. Pero el productor rechazó la maqueta que el criminal le envió con el objetivo de conseguir un contrato discográfico.
Y aunque no está muy claro, quizá sea este el origen de los salvajes crímenes de agosto de 1969. Porque Terry Melcher vivía en el número 10050 de Cielo Drive, escenario de la masacre, pero meses antes de los hechos abandonó la mansión, en la que se instaló el matrimonio recién formado entre Roman Polanski y Sharon Tate.
La cronología y la posterior investigación señala que el 25 de julio de 1969 varios miembros de la 'familia', entre ellos Bobby Beausoleil, acudieron a casa del músico Gary Hintman, al que torturaron antes de asesinarle, al parecer por un asunto de drogas.
"La hora del 'Helter Skelter'"
Beausoleil fue detenido el 6 de agosto. Algunas fuentes apuntan que Charles Manson planeó realizar otro crimen con un 'modus operandi' similar para exculpar de ese modo a Beausoleil. Así, la noche del 8 de agosto envió a cuatro miembros de la 'Familia' -Tex Watson, Susan Atkins, Linda Kasabian y Patricia Krenwinkle- a la mansión de Cielo Drive para "destruir" a todos sus ocupantes.
"Ha llegado la hora del Helter Skelter", dijo a sus acólitos, en referencia al tema del Álbum Blanco de The Beatles que terminó por obsesionar a una mente enfermiza como la suya. Tanto que Manson, que escuchaba el disco una y otra vez, estaba seguro de que las composiciones hablaban sobre él y la 'Familia'.
No está muy claro si los asesinos sabían que Melcher ya no habitaba en aquella finca. Lo cierto es que asaltaron la mansión y, con una extrema crueldad, asesinaron aquella noche a cinco personas: Sharon Tate, embarazada de ocho meses del cineasta Roman Polanski, que salvó la vida porque se encontraba en Londres rodando El día del delfín, película que nunca terminó; su amiga Abigail Folger, heredera de una empresa cafetera; el novio de esta y guionista polaco Wojciech Frykowski; el peluquero de las estrellas y exnovio de Tate, Jey Sebring; y Steven Parent, un joven de 18 años amigo del jardinero que salía del domicilio y que se vio sorprendido por la llegada del 'cuarteto de la muerte'.
Un segundo crimen 24 horas después
Más allá de los detalles escabrosos -en las paredes los asesinos escribieron la palabra 'Cerdos' con sangre de las víctimas- los crímenes mostraron una crueldad extrema por parte de sus autores y sembraron el pánico en la alta sociedad de Los Ángeles que, al día siguiente, volvió a sufrir un segundo mazazo con el asesinato del matrimonio formado por Leno y Rosemary LaBianca.
En esta ocasión el propio Manson, acompañado por seis de sus seguidores, estuvo presente en el lugar de los hechos y 'dirigió' el crimen, que sus acólitos ejecutaron con una brutalidad similar a la que habían llevado 24 horas antes en Cielo Drive. Como en aquel caso, la sangre de las víctimas sirvió para pintar en las paredes mensajes como "Helter Skelter" o "muerte a los cerdos".
El ensañamiento mostrado, la falta de vinculación con las víctimas y los enigmáticos mensajes confundieron inicialmente a la policía y generaron una reacción por parte de la opinión pública, que culpó de los sucesos al "licencioso" modo de vida de las estrellas de Hollywood.
Pero finalmente Manson fue detenido después de que una de las integrantes de la 'Familia' y autora de los crímenes, Susan Atkins, confesara los hechos a una compañera de celda tras ser arrestada como sospechosa de la muerte de Gary Hintman.
Permuta a cadena perpetua
Fue el empeño personal del fiscal Vincent Bugliosi el que consiguió que Charles Manson fuera enjuiciado y considerado como principal culpable como autor intelectual de los asesinatos, por lo que fue condenado a pena de muerte en enero de 1971, aunque le fue conmutada por cadena perpetua por un cambio en la doctrina judicial.
El juicio fue un auténtico circo mediático. Los seguidores del asesino jaleaban con cánticos a las puertas del tribunal a un Manson que intentó defenderse a sí mismo, quiso atacar al juez y se tatuó una X en la frente -que posteriormente modificaría hasta convertir en una esvástica-.
Los miembros de la 'Familia' también fueron condenados a largas penas -excepto Linda Kasabian, que obtuvo inmunidad por colaborar y aportar pruebas contra la secta-. La mayoría sigue en prisión o ha muerto entre rejas, como el propio Manson, convertido en la encarnación del mal. "El hombre vivo más peligroso", tituló la revista Rolling Stone a principios de los 70.
Pero su influencia en la cultura popular es evidente. Su apellido inspiró el nombre de la banda Marilyn Manson y de su líder y vocalista y grupos como Guns N' Roses han versionado al asesino. El cine y la televisión siguen tratando los crímenes de la 'Familia' con absoluta fascinación, como ocurre con la última película de Quentin Tarantino, Érase una vez en Hollywood o la serie Mindhunter. Incluso novelas recientes como Las chicas, de Emma Cline, contemplan con fascinación un movimiento cuya maldad nos sigue horrorizando medio siglo después, mientras que libros como Manson: la historia real, de Tom O'Neill tratan de arrojar luz hacia unos hechos que, por horrendos, nos siguen pareciendo inexplicables.
Los crímenes de la 'Familia Manson' supusieron un antes y un después en el movimiento hippie, al que pertenecían muchos de los miembros de la secta. Una ola de terror recorrió Estados Unidos, que empezó a mirar con desconfianza a aquellos jóvenes portadores de mensajes de paz y amor. Su mensaje de inocencia terminó por dar paso a una nueva ola de puritanismo que puso fin a los 60 y al largo 'verano del amor'.