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Mozambique

El Gobierno de Mozambique y la oposición firman un acuerdo de paz definitivo

  • Los acuerdos de Maputo ponen fin al conflicto más largo de África, activo durante más de cuatro décadas
  • La paz se firma a dos meses de las elecciones generales del 15 de octubre en las que ambos líderes serán candidatos

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El presidente de Mozambique, Filipe Nyusi, y el líder de la oposición de Renamo, Ossufo Momade han firmado un acuerdo histórico destinado a poner fin formalmente a décadas de hostilidades militares.
El presidente de Mozambique, Filipe Nyusi, y el líder de la oposición de Renamo, Ossufo Momade han firmado un acuerdo histórico destinado a poner fin formalmente a décadas de hostilidades militares.

El presidente de Mozambique, Filipe Nyusi, y el líder de la opositora Resistencia Nacional Mozambiqueña (Renamo), Ossufo Momade, han firmado el martes un "histórico" acuerdo de paz que, tras otros dos fallidos en los últimos 44 años de historia como país, busca la coexistencia pacífica entre las dos partes.

"Con este acuerdo venimos a decir que podemos entrar en desacuerdo, pero que siempre recurriremos al diálogo para resolver nuestras diferencias", dijo Nyusi tras la firma de un pacto que establece que "nunca, nunca, nunca más Mozambique debe ser escenario de guerra".

El presidente se fundió con Momade en un abrazo tras rubricar el texto, que aún no ha sido hecho público, frente a varios jefes de Estado africanos y representantes de la comunidad internacional.

Centenares de mozambiqueños se congregaron en la plaza de la Paz de Maputo para ser parte de este "momento histórico", como lo tildaron varios de los representantes internacionales y que se produce cinco días después de la firma del cese de hostilidades entre las dos partes.

Se abre la alternancia en el Gobierno a través de elecciones libres

"Acabamos de abrir una nueva página en nuestro país", aseguró Momade, quien tomó el relevo de un trabajo comenzado por el histórico líder Afonso Dhlakama, firmante de los dos acuerdos de paz anteriores y que falleció el año pasado y al que hoy todos quisieron recordar.

"Este acuerdo representa nuestra convicción de que en un momento de no entendimiento los mozambiqueños podemos encontrar el diálogo", afirmó el líder opositor, quien resaltó que se abre una era de "alternancia gobernante a través de elecciones libres, justas y transparentes".

Este texto llega después de que la Renamo, creada por los servicios secretos de Sudáfrica y la antigua Rodesia (Zimbabue), rechazase el resultado de las elecciones de 2014 y retomase el enfrentamiento que mantiene desde hace más de cuarenta años con el gobernante Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo), antigua guerrilla marxista que rige el país desde la independencia de Portugal en 1975.

El conflicto armado, no obstante, se suspendió gracias a una tregua en diciembre de 2016.

La paz se firma a dos meses de las elecciones generales del 15 de octubre, donde ambos líderes serán candidatos, con la voluntad, según lo afirmado el martes, de que no se produzca un nuevo enfrentamiento.

El conflicto más largo de África

"Es un gran acuerdo que pone fin al conflicto más largo de África", resumió durante la ceremonia el presidente de la comisión de la Unión Africana (UA), Moussa Faki Mahamat, quien celebró "el compromiso de los dos líderes para afrontar los desafíos de paz del país".

El presidente de Mozambique, Filipe Nyusi (izda.) y el líder de Renamo, Ossufo Momade (dcha.), muestran los documentos después de firmar el acuerdo para el cese de las hostilidades

El presidente de Mozambique, Filipe Nyusi (izda.) y el líder de Renamo, Ossufo Momade (dcha.), muestran los documentos después de firmar el acuerdo para el cese de las hostilidades. EFE/ANDRE CATUEIRA

La alta representante en funciones de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Federica Mogherini, también presente en el acto, consideró que en "un mundo lleno de conflictos, en un mundo donde todo va en la dirección errada, Mozambique nos da esperanza".

Y anunció que la UE ha desbloqueado una ayuda de 60 millones de euros para la implementación del acuerdo de paz, el tercero en la historia de este país lusófono.

El primer acuerdo de paz fue el del 4 de octubre de 1992, que se firmó en Roma por el entonces presidente mozambiqueño Joaquim Chissano y Dhlakama y que puso fin a una de las guerras más largas y cruentas de la historia moderna (1977-1992), con alrededor de un millón de muertos.

Tras diez años de paz casi efectiva, las tensiones entre ambos bandos, sin embargo, resurgieron en la primera mitad de esta década, con la Renamo denunciando su supuesta exclusión del sistema democrático mozambiqueño.

Tras alcanzar un nuevo acuerdo en septiembre de 2014 -firmado esta vez por el que fuera presidente Armando Guebuza y Dhlakama- la Renamo aceptó concurrir a las elecciones de octubre de ese año, pero volvió a las armas al no reconocer la victoria del Frelimo hasta la tregua de 2016, rubricada por Dhlakama y Nyusi.

Descentralización y desmilitarización, pasos previos a la paz

El Gobierno aceptaba entonces acelerar el proceso de descentralización del Gobierno, y la Renamo comenzar un proceso de desmilitarización de su ala armada.

Tras ello hubo un Memorándum de Entendimiento, firmado en agosto de 2018, que establecía el guión a seguir para el desarme de la Renamo, en un programa a cargo del militar argentino Javier Pérez Aquino.

La semana pasada comenzó el proceso efectivo de desarme de la Renamo, con el registro de 50 de los más de 5.000 militantes del brazo armado del partido.

Estos militantes serán reintegrados en la sociedad y en las fuerzas armadas mozambiqueñas, que tienen actualmente un frente abierto en el norte del país con la aparición a finales de 2017 de un nuevo grupo yihadista, que ha dejado 380 muertos en 145 ataques, según el Proyecto de Datos de Localización y Evento de Conflictos Armados.

A falta de que el texto del acuerdo se haga público, la investigadora de Human Rights Watch (HRW) Zenaida Machado ha considerado que para conseguir realmente una "paz duradera y efectiva" Mozambique tiene que juzgar a aquellos que han cometido abusos de derechos humanos durante el conflicto, establecer una base de datos de personas desaparecidas y compensar a las víctimas.

Además el país también necesita comenzar un proceso de paz y reconciliación nacional en el que estén involucrados todos los partidos políticos, la sociedad civil y los líderes tradicionales y religiosos