Día Mundial de la Fotografía: ¿El móvil ha superado a la cámara convencional?
- En 2016, el 98,4% de las ventas en el mercado fotográfico fue para los smartphones, según CIPA
- La facilidad para compartir en redes sociales y las aplicaciones de retoque han ayudado a desbancar a las cámaras del sector
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El 19 de agosto de 1839 Luis Daguerre dio a conocer el daguerrotipo, una de las primeras técnicas que conformaría lo que hoy en día llamamos “fotografía”. Gracias a la química, la imagen quedaba en positivo, congelada en una placa de cobre recubierta de yoduro de plata. Sin embargo, no fue el primero en percatarse de este procedimiento. 13 años antes, Joseph Nicéphore Niépce creó la que es conocida como la primera fotografía de la historia, pero siempre se recuerda más a Daguerre porque ese día facilitó la patente de su “invento”.
Korske Ara, un fotógrafo australiano, decidió que esta fecha no podía quedar en el olvido y organizó un concurso de fotografía para conmemorarla. La primera convocatoria en 2009 solo reunió a unos pocos curiosos, pero la web de World Photography Day gana cada vez más adeptos.
La penetración de la fotografía en los hogares
“La mejor cámara es la que llevas contigo”. Esta frase, del fotógrafo Chase Jarvis, sirve de ejemplo para explicar la situación que atraviesa el sector en la actualidad. Hace años, solo unos pocos podían decir que tenían un equipo propio, que por lo general era de carácter profesional. Ahora, los materiales son cada vez más accesibles y el interés por esta disciplina empieza a una edad más temprana.
Ahora no es el momento de entrar en la discusión de qué marca es mejor. No. Lo preocupante es que empresas como Canon, Nikon o Sony saben que el panorama no va bien desde hace tiempo. Incluso en 2019 Canon, por ejemplo, ha perdido un 10,9% con respecto al año pasado: pasó de vender 970.435 unidades a 865.000 a nivel mundial. No solo ella, sino que todas estas compañías asumen que las pérdidas continuarán y que las previsiones no mejorarán en un corto plazo. ¿Sorpresa? La respuesta la tienes a unos pocos centímetros de distancia, probablemente en tu bolsillo.
Los smartphones, los rivales de las cámaras convencionales
Aunque la fecha de la aparición del primer teléfono inteligente es difusa -unos hablan del IBM Simon Personal Comunicator (1992), otros del Ericsson R380 (2000) y los más “modernos” consideran al iPhone (2007) como el que marcó la diferencia por su novedosa interfaz-, no hay duda de que la gran mayoría de la población lo utiliza como su cámara principal. Para muchos es incómodo cargar con una clásica y prefieren llevarse el móvil para sus viajes o eventos de todo tipo.
Los datos también lo corroboran. En 2017 se hizo muy popular una gráfica que anticipaba los mayores temores. La CIPA, la Asociación de Cámaras y Productos de Imagen estadounidense, ilustraba cómo estos pequeños receptores le habían comido terreno a las marcas reinas sin ni siquiera proponérselo. En 2016, el 98,4% de las ventas correspondieron a los smartphones, el 0,8% a las cámaras compactas, el 0,5% a las DSLR (réflex) y el 0,2% a las mirrorless.
Hay quien piensa que es por una cuestión económica, pues algunos cuerpos rondan los 4.000 euros, sin contar con los accesorios básicos para empezar a disparar. No obstante, marcas como Huawei, Samsung, Oppo o iPhone tienen en sus catálogos modelos que superan los 1.000 euros y cada vez son más populares los objetivos adaptables a las cámaras traseras, además de los populares palos selfies que poblaron las calles hace un tiempo.
Y, aunque las ventas caigan en el sector fotográfico, los smartphones tampoco atraviesan su mejor momento, aunque no son datos tan alarmantes. Según la empresa tecnológica Gartner, en el primer tramo de 2019 el negocio se dejó un 2,7% con respecto al mismo período del año anterior, lo que se traduce en 373 millones de dispositivos vendidos; aun así, una cifra astronómica. Huawei, la más afectada por el veto de Estados Unidos, asistió a miles de devoluciones de sus dispositivos, pero eso no le ha impedido situarse como la segunda marca más vendida a nivel mundial, por detrás de Samsung.
El negocio de las aplicaciones de retoque fotográfico
Otro motivo de peso para explicar esta penetración podría ser el del (poco) cuidado a la hora de hacer fotografías. Hace años, quienes usaban una cámara convencional solían invertir más tiempo en la puesta a punto, en la preparación de la escena y en hacer correcciones en postproducción -en el caso de disparar en digital y no en analógico-.
Por su parte, quienes disparaban con el móvil era porque usaban continuamente las redes sociales para “exhibirse” y cualquier toma les valía para subirla inmediatamente. En este gráfico de Statista se demuestra que en 2017 se tomaron 12 billones de fotos, y que Facebook fue la que más acaparó, con 300 millones.
Más infografías en Statista
Sin embargo, ese argumento resulta cada vez más flojo. Diariamente surgen más apps que ayudan a cambiar una imagen en pocos minutos -son habituales los vídeos de influencers mostrando cuáles tienen en su móvil y qué filtros son los que más emplean-, en vez de utilizar programas como Photoshop, un ámbito que sí que sigue considerándose más profesional.
De hecho, la casa Adobe tampoco ha perdido la oportunidad. Ha lanzado en la App Store y Google Play Photoshop y otra herramienta muy empleada, Lightroom, para no quedarse desfasada ante el resto y seguir retiniendo usuarios, sea en el dispositivo que sea.
Instagram, el “postureo” y el peligro de conseguir la foto perfecta
La red social, desde 2012 propiedad de Facebook y la que más crece en España, es todo un escaparate para lucirse y ver cómo lo hace el resto. Aunque Instagram ha anunciado que los likes dejarán de estar disponibles -por el momento así es en Australia, Canadá, Italia, Irlanda, Japón, Brasil y Nueva Zelanda- para que sea “un lugar de expresión personal donde la gente se sienta cómoda”, según recogió El Mundo, hay quienes hacen lo que sea por conseguir unos cuantos corazones.
Sin ir muy lejos, en verano se hizo muy popular en Galicia el monte Neme. Este, durante la II Guerra Mundial fue determinante, pues estaba repleto de wolframio, un material que reforzaba el acero y que Hitler exigió a Franco su completa extracción, ya que España, junto con Portugal, eran los dos únicos países que lo tenían en abundancia. El abuso reiterado acabó por contaminar la balsa, hoy codiciada por su color azul.
Entonces, ¿rivalidad consumada?
Si se cogen los datos, está claro que los móviles son quienes dominan, y mucho tiene que cambiar el panorama para que el nivel de sus cámaras deje de ser uno de los principales indicadores para decantarse por unos modelos o por otros. Sin embargo, se puede romper una lanza a favor de las cámaras convencionales y es que apenas existen datos de sus ventas en el mercado de segunda mano, por lo que el horizonte podría no ser tan desolador.
Pero, aun así, si retomamos el hilo de las primeras líneas, esta fecha debería reivindicarse y ser un aliciente para compartir con amigos y desconocidos el gusto por esta disciplina, sin importar cómo se practique. Y tampoco es necesario un día concreto para hacerlo, porque miles de iniciativas como la siguiente surgen en todas partes.