Luis Tosar: "Mi personaje en 'Quién a hierro mata' es un yonki del odio"
- El actor protagoniza el nuevo thriller de Paco Plaza
- Una película sobre la familia, la venganza y el narcotráfico, que se estrena el 30 de agosto
Tras el éxito de Verónica (2017), con la que consiguió 7 nominaciones a los Goya, Paco Plaza (REC) aparca el terror para narrarnos una historia de venganza en Quién a hierro mata, en la que un viejo narcotraficante que ingresa en una residencia se encontrará con que su cuidador tiene muchos motivos para odiarlo, planteándose un interesante conflicto moral. Una película con grandes actores, entre los que destaca Luis Tosar, que interpreta a Mario, ese cuidador.
“Lo que me atrajo del personaje fue su complejidad moral –confiesa el actor-. Me gustó la oportunidad de entrar en esos sitios incómodos en los que, si el personaje tiene que tomar decisiones complicadas, yo creo que el espectador también, ya que tiene que decidir quién es el bueno o el malo, o quien tiene una razón mejor para cometer los actos que comete. Y creo que esa es la grandeza de la historia. Eso y que pone al espectador en una posición difícil. Porque películas cómodas ya hay cien mil”.
“Creo que lo que tiene de especial es que no es una película de venganza, sino sobre el rencor –añade Paco Plaza-. Sobre cómo el rencor puede llevarte a intentar hacer daño a alguien, a pesar de que, en el fondo, te estés haciendo daño a ti mismo. No es la típica película de Charles Bronson de venganza, de ojo por ojo. Sino que cuenta que cuando te vengas desencadenas una serie de acciones que suelen ser imprevisibles. Y sobre todo que, cuando intentas hacer daño a alguien también te lo haces a ti mismo”.
“Aunque la película tenga la estructura de un thriller clásico –añade el director-, a nivel dramático la evolución de los personajes tiene una complejidad que también me atraía”.
“Mario está enganchado al rencor”
“El rencor es lo que alimenta al personaje de Mario –añade Tosar-. Porque no es un tipo que planee una venganza. Eso no estaba en sus planes ni por asomo. Lo que pasa es que el destino pone en sus manos un personaje que es la materialización de todas las desgracias de su familia y su entorno. Debe ser tremendo que a alguien le ocurra esto”.
“Y a partir de ahí –añade el actor-, creamos una imagen que usábamos mucho en los ensayos: la de este yonki del odio enganchado al rencor, que empieza a cometer actos que se escapan a su voluntad. Que los hace forma automática, un poco como los yonkis, que después de 10 años sin meterse nada, se meten una chuta y vuelven con todo, tienen una recaída salvaje.
“Eso es lo que le pasa a Mario –comenta Tosar-, que tiene un rencor que le hace más daño a él que al resto de los personajes. Y que tendrá consecuencias. Pero lo que hace lo hace porque le sale. Es como la gente que hace el mal no porque quiera sino porque puede. Y Mario puede hacerlo. Se encuentra en una situación de poder frente a alguien muy poderoso que jodió muchas vidas. Y siendo un simple enfermero igual puede hacer algo. Eso a veces empuja al ser humano a hacer cosas que nunca haría, porque en el fondo, Mario es un buen tipo”.
“Además no es un tipo que esté relacionado con la violencia –concluye Todar-. Para él la violencia es un mundo extraño. Por eso él ejerce una violencia con lo poco que puede. Creo que ni piensa que las barbaridades que hace sean violentas”.
“Un hombre corriente en una situación extraordinaria”
Sobre el personaje de Mario, Paco asegura que: “Como decía Hithcock: “es un hombre corriente en una situación extraordinaria”. No me interesaba que fuera Van Damme o Charles Bronson, sino una persona normal, incluso un buen tipo con una vida corriente, al que le sucede una cosa que sacude los cimientos de su vida hasta el punto de que no sabe conducirse. Él no es un criminal, por lo que la situación le va superando, hasta que se le va de las manos”.
Algo que también es incómodo para el espectador: “Creo que nadie es bueno ni malo –continúa el director-. Todos somos personas con nuestras complejidades, nuestras filias y fobias, que reaccionamos mal ante la falta de cariño y bien ante el cariño”.
Un personaje complejo que necesitaba un actor de peso, como Luis Tosar: “Tener la ocasión de trabajar con uno de los mejores actores del mundo era un regalo –confiesa Paco-. El personaje tiene una dimensión muy compleja y necesitaba un actor capaz de hacerte no empatizar pero si comprender los motivos de alguien que comete unas acciones tan tremendas. Y Luis tiene ese factor humano, esa nobleza como persona, que se transmite en todos sus papeles; creo que es incapaz de producir un fotograma de mentira. Sus interpretaciones transmiten verdad”.
“Lo interesante –concluye el director- es el hecho de que alguien que se dedica a algo tan altruista noble y bonito como cuidar ancianos, que es uno de los oficios vocacionalmente más sacrificados que existen, sea capaz de cometer actos tan atroces, a la vez. Esa dualidad creo que exigía una complejidad que Luis ha sabido darle”.
“La película es una decisión permanente. Todo el rato tienes que decidir quién es el malo y quién el bueno” –añade Tosar-.
Una película sobre la familia
La película también trata sobre la familia, en concreto sobre las familias de Mario y del narco Antonio Padín. “Hay algo que me gusta mucho en el guion –confiesa paco- y es ese punto de Rey Lear que tiene que dejar su legado a unos hijos inútiles. Y cómo cada personaje tiene un conflicto con otros: Los hijos que mendigan el amor de su padre, el padre que está decepcionado con ellos. Y hacia el final de la película hay este fatum lorquiano de destino inevitable”.
La mujer y la maternidad también son dos temas fundamentales en la película. “La película se mueve todo el rato en opuestos como vida y muerte. Lo masculino como personaje es destructor y lo femenino es creador de luz y de vida. No es uno de los temas capitales de la película pero me gustaba mucho que ese momento del parto simbolice todo lo contrario de lo que está destruyendo al personaje de Luis, que se convierte en una máquina de muerte. Me gustaba esa contraposición poética de llegar a la cima de tu acción, que es matar a alguien, mientras nace algo tan importante para ti como un hijo”.
Según Tosar: “El personaje de Julia es claramente la luz en toda la historia; y el espectador piensa: “La tienes ahí, por qué no vas hacia ella en vez de hacia el otro lado”. Yo pienso en la película como dos trenes que van en la misma vía y en algún momento van a chocar. Y una es la vida y otro la muerte. Y uno está esperando qué tren arrasará con el otro. La película está constantemente oscilando entre la luz y la oscuridad, Y te lleva por esos lugares”.
Una escena clave que, para Luis Tosar, fue muy emocionante de rodar: “La escena del parto fue muy emociónante. Fue emocionante todo el día porque es una de las cosas más raras y excitantes que he vivido en el cine. Estuvimos desde las nueve de la mañana esperando el parto y no sabíamos que iba a pasar, porque podía pasar cualquier cosa. Que pudiéramos rodar o no, que se complicase el parto, que durase 24 horas. Fue muy curioso”.
Se preparó en la misma residencia donde se rodó la película
Tosar tuvo que prepararse concienzudamente para interpretar a Mario: “Nos preparamos en el mismo centro donde rodamos. Es una gente muy generosa que, aun conociendo lo oscuro y turbio del guion, nos ofrecieron estar con ellos y compartir su trabajo. Nos asesoraron en los pequeños detalles que eran importantes para la película. Y durante todos los días que estuvimos en la residencia estaban allí para apoyarnos. E incluso algunos de ellos llegaron a hacer algún papel”.
“Una parte de la historia –añade el actor- también trata de la fragilidad de cuidar una persona. La historia también trata sobre eso, de la fragilidad, el cariño… los personajes que han recibido cariño y los que no… Por ejemplo, los hijos del narco, que son unos personajes marcados por el desprecio de su padre, que al mismo tiempo se nos presenta como un personaje frágil y desvalido que tiene que ser cuidado por un tipo que parece que es su peor enemigo”.
“La heroína causó estragos en Galicia”
Los efectos de la droga y el narcotráfico también son un tema importante en la película. “La situación de Mario –asegura Tosar- era bastante reconocible para mí, porque yo soy de Lugo y allí en los 80 la heroína fue devastadora, igual que en otros muchos lugares, como Ferrol… Se notaba mucho porque la gente que tenía diez años más que tú, los que conociste en la adolescencia y eran tus referentes, poco después empezaron a desaparecer. Mucha gente vinculada al mundo de la música también, con los que yo tenía una relación muy directa… la heroína causó estragos”.
“Eso me ayudó mucho-asegura el actor- porque en la película también hay una relación muy estrecha entre la música y la heroína. Es una imagen difícil de olvidar porque forma parte de tu paisaje en épocas muy determinantes, Y eso lo vimos en algunas ciudades de una forma demoledora. Por ejemplo, en As Pontes de García Rodríguez (A Coruña), donde había una central térmica, la droga arrasó, no quedó ni un chaval. Una cosa increíble. Luego cuando llegó la depresión industrial aquellos lugares se convirtieron en ciudades fantasmas”.
“Por ese motivo -añade- me parecía interesante recrear eso en la película, porque creo que se ha fotografiado poco en el cine, en donde tendemos más al glamour de la droga y los narcotraficantes. Idealizamos el mundo del hampa porque es muy interesante cinematográficamente y lo solemos mostrar de un modo más lúdico y festivo. Por eso me gustaba que en esta película mostráramos el rastro que queda cuando los oropeles han desaparecido”
Algo con lo que está de acuerdo el director: “La trama no trata del mundo del narcotráfico, sino que es una circunstancia que afecta a los personajes. Por eso no hemos hecho una labor de documentación excesiva sobre el negocio, porque lo que nos interesaba es plasmar cómo afecta a las personas, que es algo que en Galicia está muy presente. Ha habido una generación, los 80 los 90, lo que llaman la Generación perdida, en la que el impacto de la droga fue demoledor, sobre todo en la zona de las Rías Baixas. Ha dejado muchas heridas abiertas y muchas cicatrices. Me interesaba más ese efecto colateral del narcotráfico que la propia industria”.
Grandes actores
Aunque Tosar sea el protagonista, la película tiene un reparto impresionante, con grandes actores entre los que destaca Xoán Cejudo, que interpreta al narcotraficante Antoio Padín y que era uno de los mejores actores, directores y autores gallegos. Desgraciadamente falleció en septiembre de 2018.
“Para mí fue muy emocionante trabajar con Xoán porque lo conocía desde que empecé a dedicarme a esto –confiesa Tosar-. Llegué a Santiago con 19 años y él ya era una figura local del teatro. Y daba clase en unos talleres de teatro a los que me apunté. Y a partir de ahí tuvimos una relación que ha durado muchos años. Trabajamos juntos en el teatro en varias ocasiones y para mí fue uno de mis referentes cuando empecé en este negocio. Y poder trabajar con él tantos años después fue muy emocionante y especial. Es una pena que no haya podido ver la película acabada”.
Destacar también el excepcional trabajo de María Vázquez, que es la esposa de Tosar, y de los actores que interpretan a los hijos del traficante: Ismael Martínez y Enric Auquer. “Con Ismael ya había trabajado en REC 3 y poder trabajar con Enric Auquer ha sido una suerte. Es excepcional, un potro salvaje. De lo que más contento estoy de la película es con el trabajo de los actores. Han sabido hacer lo que yo quería que es que siempre pareciesen personas de verdad, no actores. Y lo han hecho estupendamente”.
“Todos llevamos dentro un ángel y un demonio”
Aunque con esta película se aparte del terror, con el que ha conseguido tantos éxitos, Paco Plaza confiesa que: “La película tiene mucho de terrorífica. No lo puedo evitar. Hay algo en la manera de mirar las cosas que determina el género de las películas. Sobre todo cuando tratas un guion que no es tuyo, siempre intentas incorporar elementos que te hagan sentir más cercano a la película. Y no es una película de terror pero tampoco una comedia romántica”
“Creo que traten de lo que traten –añade el director-, lo que tienes que hacer es intentar comprender a los personajes y sus motivaciones. Y lo que les pasa a esas personas es lo que acaba condicionando si nos encontramos en un drama, un thriller o una película de terror. Pero básicamente nuestro trabajo como cineastas es intentar contar la historia de esas personas porque, al final, el cine básicamente son personas a las que les pasan cosas, de la naturaleza que sean. Hay que ser honesto y acercarse a los personajes para que dejen de ser personajes y comiencen a ser personas”.
En cuanto a las diferencias entre el mal sobrenatural y el humano, Paco confiesa que: “Siempre da más miedo lo humano. Yo creo que todos tenemos dentro un ángel y un demonio. Somos capaces de lo mejor y lo peor dependiendo del entorno, las circunstancias, las personas con las que nos cruzamos… Creo que nadie es en blanco y negro. Tenemos una gama de grises en nuestro interior que también es uno de los temas de la película. La mejor persona es capaz de cometer la mayor atrocidad”.
"No me molestan los spoilers"
Aunque esta sea una película de la que es mejor no saber nada, Paco Plaza confiesa que: “A mí no me molestan mucho los spoilers. Ya sabía cómo acababa La pasión de Cristo y aun así me encantó la peli. Si lo único importante de una película fuera lo que pasa, ninguna película histórica sería interesante. Creo que el cine, más allá de contar una trama, transmite unas emociones y la experiencia de ver cómo te cuentan una historia. Mi padre es muy de contar los finales. En mi casa ha habido mucha tradición de spoilers”.
Aparte de Hitchcock, la película tiene mucha influencia del cine de los 70. “El cineasta que más me influye es Buñuel, es mi director favorito y el espejo en el que siempre me miro para ver cómo rodaba –asegura Paco-. Cuando ruedo una película siempre pienso cuáles pueden ser sus primas hermanas y en este caso nuestra prima francesa es Un profeta, de Jacques Audiard, y nuestra prima coreana Mother, de Bong Joon-ho. Esa es la familia en la que quiere militar esta película”.
A pesar de hacerse famoso por el terror, Paco Plaza confiesa que le gustaría hacer una comedia: “Sí, me encanta el humor y en muchas de mis películas lo meto. Me encantaría hacer una comedia pero tenía que ser una comedia. Eso sí, no sería una comedia de zombis porque ya he acabado con el género. Ya no puedo más. Es una etapa cerrada de mi vida”.
No así el terror: “El año que viene rodaré una película de terror que se llamará La abuela y que esperamos empezar a rodar a principios del año. Con ese título imagínate de que va” -concluye Paco-.
Quien a hierro mata se estrena el próximo 30 de agosto.