La cumbre del G7: un éxito diplomático con anuncios sorpresa pendientes de concretar
- El acercamiento a Irán, la ayuda a la Amazonia o el acuerdo sobre la tasa digital son algunos de los resultados
- Macron despliega una intensa actividad diplomática frente a un Trump más contenido
Un día después del fin de la cumbre del G7 en Biarritz, que durante tres jornadas ha reunido a los mandatarios de Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Estados Unidos, Canadá y Japón, cabe hacer un balance de los acuerdos adoptados y de los avances (si los ha habido, al menos en el discurso público) respecto a las expectativas. Estos son algunos de los puntos más destacados:
Acercamiento a Irán
Quizá el resultado más llamativo de la cumbre pero el más difícil de concretar. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha desplegado una sorprendente estrategia para que Irán estuviera muy presente en los debates. Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia y la retirada del pacto nuclear, la tensión entre Teherán y Washington va en aumento y contamina toda la política de Oriente Medio.
Macron invitó por sorpresa al ministro de Exteriores iraní para acercar posturas y en la conferencia de prensa con Trump anunció la posibilidad de una reunión del estadounidense con su homólogo iraní, Hasán Rohaní.
Aunque este martes Rohaní ha enfriado esta perspectiva, las maniobras de Macron han conseguido al menos que Trump module su discurso y se abra a la posibilidad de un nuevo acuerdo nuclear.
Ayuda para la Amazonia
Macron consideró que los incendios en la Amazonia constituían una "crisis internacional" y como tal debían estar en la agenda del G7. Ni el gesto ni la argumentación del presidente francés ("arde nuestra casa") gustaron a su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro.
Macron ha arrancado del resto de líderes del G7 una ayuda de 20 millones de dólares (casi 18 millones de euros) para asistir a los países afectados (Brasil, Bolivia, Perú y Paraguay) en su lucha contra los incendios, y un plan a largo plazo para ayudar a la reforestación. Miembros del gobierno brasileño ya han adelantado que podrían no aceptar dicha ayuda si incluye algún tipo de condiciones, como trabajar junto a las ONG.
Por el contrario, la cumbre no ha concluido ningún acuerdo sobre biodiversidad o clima. Macron restó importancia a la ausencia de Trump de las reuniones sobre este apartado.
Tregua en la guerra comercial con China...
La guerra comercial entre EE.UU. y China parece haber encontrado un punto de sosiego en el marco del G7.
La cumbre se inició el viernes con oscuros nubarrones después del anuncio de China de nuevos aranceles y de las declaraciones airadas de Trump, que respondía a su vez con nuevas tasas y "ordenaba" a las empresas estadounidenses buscar otros mercados.
El lunes, en cambio, Trump anunciaba que el presidente chino, Xi Jinping, estaba dispuesto a retomar las negociaciones comerciales.
De momento solo son declaraciones. Como en el caso de Irán, la parte china ha sido menos explícita y optimista, pero se ha mostrado abierta a sentarse a la mesa.
... y en la escaramuza con la UE
Estados Unidos había amenazado con imponer aranceles al vino francés como represalia por el impuesto a las actividades digitales que Francia ya aplica, y que afecta a gigantes tecnológicos como Google.
El compromiso alcanzado entre París y Washington consiste en alcanzar un acuerdo en 2020 "para modernizar las reglas de la fiscalidad internacional en el marco de la OCDE". Francia devolverá a las empresas a las que ya aplica el impuesto la diferencia entre lo cobrado y lo que fije en ese nuevo marco internacional.
Macron roba el protagonismo a Trump
El acercamiento a Irán, la "iniciativa de la Amazonia", la tregua en la tasa digital... Macron ha desplegado una sorprendente actividad diplomática para que la cumbre de Biarritz arrojara algún resultado práctico.
Habrá que ver si todas estas promesas se concretan, pero desde luego el presidente francés ha aprovechado su momento, ha conseguido presentarse con un líder con influencia internacional frente a un Trump más contenido que de costumbre. Los medios franceses, que al comienzo de la cumbre destacaban la "teatralidad" del inquilino del Elíseo, saludan ahora su "audacia" y su "victoria diplomática".
Una contracumbre sin incidencia
Macron también ha conseguido que nadie arruine su gran momento: la cumbre de Biarritz ha estado absolutamente blindada por la Policía. Las protestas de la contracumbre se han visto desplazadas a Bayona, Hendaya e Irún (España), lejos de los cenáculos de los mandatarios internacionales.
El sábado, una marcha de miles de personas entre Hendaya e Irún para protestar por los "daños sociales y ecológicos del capitalismo" concluyó sin incidentes, mientras que una manifestación en Bayona se saldó con 68 detenidos y enfrentamientos entre grupos de manifestantes y la Policía, que usó gas lacrimógeno. En general las protestas han sido pacíficas y no han tenido la menor incidencia en la cumbre.
Los temas pendientes: Brexit y Rusia
No todo han sido éxitos para Macron. La cumbre no ha servido para acercar posturas sobre la inminente salida del Reino Unido de la UE. El presidente de la Comisión Europea, Donald Tusk, y el primer ministro británico, Boris Johnson, se han responsabilizado mutuamente en el caso de un Brexit duro.
Johnson, que mantuvo su primera reunión con Donald Trump (una de las imágenes más esperadas de Biarritz) tampoco ha obtenido del estadounidense algo más que la promesa de un futuro acuerdo bilateral "bastante rápido" una vez que Londres abandone la UE.
La cumbre tampoco ha sido el escenario de un acercamiento a Rusia. El país fue expulsado del grupo tras su anexión de Crimea en 2014. Aunque Trump insistió en volver a invitar a Moscú, Macron dejó claro que su regreso solo será posible con un consenso del resto de miembros, que aún no existe.