El sur de Madrid se recupera de los daños provocados por la fuerte tormenta
- Se registraron 46 litros por metro cuadrado en Arganda y 36 en la capital, según la Aemet
- Los servicios de limpieza trabajan sin descanso para restaurar los desperfectos
La tromba de agua y granizo que protagonizó la tarde de este lunes en la Comunidad de Madrid fue producida por el paso de una depresión aislada en niveles altos (DANA o "gota fría"). Esta afectó a numerosos municipios como Arganda del Rey, Valdemoro, Pinto, Rivas, Getafe, Fuenlabrada y Madrid capital.
Poco a poco la red de transportes vuelve a la normalidad. Seis líneas de Metro se vieron afectadas y hasta las dos de la tarde el tramo de la línea 9 entre La Poveda y Arganda del Rey continúaba cortado. En lo que respecta a las carreteras, se ha podido saber que el túnel Alfonso XIII se ha reabierto en ambos sentidos, pero permanece clausurado el acceso desde la calzada interior de la M-30 al de Ventisquero de la Condesa, según ha informado el Centro de Gestión de la Movilidad de Madrid.
El colapso de Arganda del Rey
Arganda ha sido uno de los municipios más afectados. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha desplazado hasta allí para conocer "de primera mano" los daños ocasionados por la tormenta y prestar ayuda a las localidades más afectadas, después de reunirse con el alcalde, Guillermo Hita, su Corporación y algunos vecinos. La estampa que se vive en las calles mezcla a los vecinos intentando volver a la calma con los servicios de limpieza, que trabajan sin descanso para que las avenidas puedan volver a su estado original, o al menos intentarlo, después de que se registraran 46 litros por metro cuadrado, 10 más que en Madrid capital, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Los vecinos utilizan palas y cepillos para aliviar el agua, que puebla viviendas y locales. "De un momento a otro comenzó a llover y granizar", relata Melisa a Efe, tras asegurar que en los tres años que llevaba viviendo en Arganda no había nada igual. "Entre nosotros -añade Melisa- vamos a tratar de ayudar al menos a sacar el hielo". Mientras, los bomberos buscan sin descanso las alcantarillas, que en la tarde del lunes quedaron colapsadas tras la fuerte granizada. Esta cubrió la localidad de una capa blanquecina -en algunos puntos se acumularon 50 centímetros de hielo-, y ahora máquinas de construcción son las encargadas de romper estos bloques.
Aunque por el momento no se han registrado víctimas mortales tras estos sucesos, los daños materiales han sido ya calificados como "incalculables". El Consorcio de Compensación de Seguros, no obstante, se ha aventurado a hablar y los cifra en 11 millones de euros. La mayoría de los desperfectos están centrados en vehículos y establecimientos, algunos de ellos de reciente apertura.
La mayoría de vecinos coincide en que no recordaban circunstancias de este calibre. "Temible", "Creía que era el fin del mundo" son las expresiones más comentadas. Ricardo relata también a Efe que él sí recordaba una tromba de este tipo, "otro chaparrón salvaje" en el que sí falleció una persona, cuyo cuerpo se logró encontrar, arrastrado por la corriente. Este vecino acusa a la disposición de las calles de la ciudad de este tipo de situaciones: las calles laterales vierten sus aguas al centro y este se colapsa, exculpando así a las autoridades municipales.
Una tormenta "excepcional"
"Fue una situación inesperada, para la que vamos a tener poner soluciones (...), pero ante situaciones de este tipo lo importante es que reaccionemos rápido, que los servicios públicos se sigan prestando con normalidad y que los ciudadanos sientan que tanto la Comunidad como sus ayuntamientos van a estar a su lado", ha declardo Díaz Ayuso ante los medios de comunicación.
Los servicios de emergencia han gestionado infinidad de solicitudes desde las 16:00 horas de ayer hasta las 10:00 horas de la mañana del martes. En el caso del 112, se recibieron 1.500 avisos en toda la Comunidad. Se registraron 150 intervenciones de los bomberos en Madrid capital y 169 en toda la Comunidad. De ellas, hasta 10 dotaciones se desplazaron a Arganda y, junto a los vecinos, intentaron achicar el agua. Además, el ayuntamiento ha habilitado una oficina para atender a los afectados y se trabaja para que la localidad vuelve a la normalidad.
En otros territorios madrileños como Pinto o Valdemoro también se han registrado fuertes efectos tras las lluvias torrenciales. Algunos vecinos se han quejado porque los vehículos no podían arrancar. "Me tuve que meter por el maletero porque si abría las puertas, se inundaba el vehículo", relata uno de ellos. Hasta este últImo se ha desplazado el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, donde ha destacado que "los protocolos han funcionado bien" y que se ha actuado de forma "diligente" en una noche "absolutamente excepcional". El alcalde de Valdemoro, Sergio Parra, ha relatado que también han puesto en marcha un organismo para ayudar a los vecinos y que estos soliciten financiación a la Comunidad o a sus propios seguros.
Los daños en otros sectores
Los centros sanitarios también fueron afectados por las lluvias torrenciales provocadas por la DANA. Según Comisiones Obreras, fueron al menos 20, 13 centros de salud y 7 hospitales, siendo el del Sureste de Arganda el que recibió la peor parte, a pesar de ser uno de los últimos en ser construidos, en 2008. "El agua entraba por las lámparas de quirófanos y paritorios como si fuese una catarata. Los techados son de pladur, en cuanto cae el agua se reblandecen, se rompen y entra el agua. Es una deficiencia importante de la construcción. Aún están con cubos por los pasillos todavía", relatan desde el sindicato.
Además, la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores de Madrid (Asajamadrid) ha alertado de que la tormenta ha destrozado más de un 90% de la cosecha de aceituna y un 75% de la uva en Arganda del Rey. La asociación ha pedido a las autoridades actuaciones diligentes en estos casos, pues el porcentaje de ambos productos había quedado mermado por las fuertes sequías y la proliferación de conejos. El agricultor y delegado del grupo, Cipriano Guillén, aseguraba en el escrito que "lo poco que ha quedado se va a tener que coger más rápido aún, y siempre a expensas de que el fruto no enferme como consecuencia del temporal”.